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'Dulces tinieblas', un cuento para adultos tan bello como perturbador

  • También os recomendamos la adaptación de un clásico: Los viajes de Gulliver. De Laputa a Japón
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Detalle de la portada de 'Dulces tinieblas'
Detalle de la portada de 'Dulces tinieblas'

Las versiones originales de los cuentos tradicionales, como Blancanieves, Hansel y Gretel, La Sirenita... nos sorprenden por algunas escenas de crueldad. Pero, es que, antes de que llegará Disney (y otros) y fueran censurados, eliminando esos episodios violentos, esos cuentos cumplían una función educativa y social. Por ejemplo, con Caperucita y el lobo los padres prevenían a los niños de que no se fueran con desconocidos. Una función que prácticamente ha desaparecido en los cuentos actuales que suelen ser sobre protectores con los niños y les muestran mundos idealizados en los que el peligro no existe.

Hoy os vamos a recomendar un cuento (cómic) para adultos que se inspira en aquellas historias originales: Dulces tinieblas (Norma editorial) y también la adaptación al cómic de Los viajes de Gulliver. De Laputa a Japón (Norma Editorial), que adapta uno de los viajes menos conocidos del personaje de Jonathan Swift.

'Dulces tinieblas'

Dulces tinieblas (Norma editorial) es un clásico moderno de los franceses Fabien Vehlmann (del que hace poco recomendamos El Dios Salvaje) y el dúo artístico Kerascoët (Marie Pommepuy y Sébastien Cosset). Una preciosa fábula protagonizada por unos inocentes y diminutos habitantes del bosque que se irá volviendo más y más oscura a medida que avance la historia.

Y es que el cómic parte de una sencilla pregunta: ¿Qué pasaría si los niños (esos seres diminutos) no recibieran educación y para ellos todo fuera un juego? Posiblemente que serían incapaces de distinguir el bien del mal, como les pasa a estos encantadores personajillos que acaban cometiendo los mayores crímenes por diversión. Por eso remarcamos que es importante educar a los niños sin ocultarles los peligros del mundo real. Para que cuando tengan un problema sepan identificarlo y enfrentarse a él.

Página de 'Dulces tinieblas'

Página de 'Dulces tinieblas'

Si las historias de Tim Burton humanizan a los monstruos y los acercan a los niños (Eduardo Manostijeras, Pesadilla antes de Navidad, Frankenweenie...) podemos decir que aquí pasa lo contrario, que estos personajes de apariencia inocente se comportan como auténticos monstruos. Pero no porque lo sean conscientemente, sino porque nadie les ha enseñado esa diferencia entre el bien y el mal. Y eso los hace muy peligrosos.

La historia comienza con una niña inmóvil en un campo primaveral, alrededor de la que hay una eclosión de vida. Y aparecen un montón de personajes (tan bellos como inocentes) que parecen salidos de un cuento de hadas. Pero, como decimos, ese encanto y dulzura no tardará en convertirse en algo inquietante y, en ocasiones, aterrador.

Página de 'Dulces tinieblas'

Página de 'Dulces tinieblas'

Una fábula que también se inspira en clásicos como Alicia en el País de las Maravillas, y en el que destacan esos bellos dibujos de Kerascoët, que logran hipnotizarnos con la forma en la que plasman la belleza de ese frondoso bosque que sirve de escenario a la historia y el irresistible encanto de esas encantadoras criaturas.

Unas criaturas de las que es imposible no enamorarse, incluso cuando nos muestran su lado más oscuro. Y, lo más importante, que nos hace reflexionar sobre la forma en la que nos relacionamos con los demás.

Recordad que, a pesar de la belleza de sus páginas, este es un cuento para adultos.

La traducción es de Eva Reyes de Uña.

Portada de 'Dulces tinieblas'

Portada de 'Dulces tinieblas'

'Los viajes de Gulliver. De Laputa a Japón'

Norma editorial también nos ofrece una preciosa e interesante adaptación de Los viajes de Gulliver. De Laputa a Japón, de Johnathan Swift, a cargo de Bertrand Galic y Paul Echegoyen. Un clásico de la literatura universal que fue una exitosa parodia de los populares libros de viajes de su época.

Este cómic es muy interesante porque es una relectura del tercer viaje de Gulliver, que es uno de los más desconocidos, ya que es de los que menos se han adaptado a otros medios.

Y es que todos conocemos los viajes del marino y cirujano a los reinos de Liliput (donde sus habitantes solo miden 15 centímetros) y a Brobdingnag (el país de los gigantes), pero el cuarto viaje, al país de los Houyhnhnms (unos caballos alados inteligentes), y este tercero, no son tan populares.

Páginas de 'Los viajes de Gulliver. De Laputa a Japón'

Páginas de 'Los viajes de Gulliver. De Laputa a Japón'

Un tercer viaje que comienza cuando el doctor Lemuel Gulliver se embarca en una nueva aventura por los mares. Hasta qué su barco es atacado por unos piratas que lo dejarán en medio del océano en un bote a la deriva. Allí será rescatado por los habitantes de Laputa, una isla flotante. También conocerá reinos gobernados por la tiranía e incluso descubrirá el secreto de la inmortalidad. Hasta que llegué a uno de los países más exóticos en su época: Japón.

De entre todas estas aventuras destaca la que transcurre en ese reino de Laputa. Una ciudadela flotante donde los ricos se han volcado en la música, las matemáticas y la astronomía pero son incapaces de encontrar a esos conocimientos algún uso práctico. Viven en un mundo ideal alejado de la realidad y son incapaces de mantener la concentración durante mucho tiempo, por lo que se despistan muy facilmente. Por eso hay unos "golpeadores", encargados de darles una colleja para que vuelvan al mundo real. Una crítica de la obsesión del ser humano por la tecnología y la ciencia que lo aleja del mundo real (¡escrita en 1726 pero que parece hacer referencia a los móviles de la actualidad!).

Página de 'Los viajes de Gulliver. De Laputa a Japón'

Página de 'Los viajes de Gulliver. De Laputa a Japón'

Estos personajes dominan a la gente de debajo, que es la encargada de administrarles los víveres que necesitan. Y si se niegan a hacerlo pueden bombardearlos desde arriba con piedras. Por lo que el libro también es una parábola sobre los ricos y los pobres que también alude a los abusos de Inglaterra sobre Irlanda en la época.

Un libro que sigue inspirando películas como surafricano Elysium (Neill Blomkamp, 213) y, sobre todo, El castillo en el cielo (Hayao Miyazaki, 1986), titulada Tenkū no Shiro Laputa en su versión original, y donde  el director japonés también nos presentaba una ciudad flotante a la que llama Laputa, en homenaje a Jonathan Swift.

Destacar las estupendas ilustraciones de Paul Echegoyen, que también se ocupa del color.

La traducción es de Xisca Mas.

Portada de 'Los viajes de Gulliver. De Laputa a Japón'

Portada de 'Los viajes de Gulliver. De Laputa a Japón'