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Hizbulá confirma que su objetivo fue la base israelí de Gilot y que midieron la respuesta para no atacar a civiles

  • Hasán Nasrallah ha indicado que la operación se ha completado "según lo previsto"
  • Según el grupo chií, Israel no ha destruido "ninguno" de sus misiles

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Israel e Hizbulá intercambian ataques en plena escalada del conflicto aunque esquivan una guerra a gran escala

El líder del grupo chií libanés Hizbulá, Hasán Nasrallah, ha anunciado este domingo que el ataque en respuesta al asesinato de su máximo comandante, Fuad Shukr, llevado a cabo esta madrugada, ha tenido como objetivo principal la base israelí de Gilot y ha indicado que "controlaron" el alcance de la misma para evitar objetivos civiles. Aunque Nasrala ha asegurado que la operación se ha completado "según lo previsto", Israel, por su parte, ha afirmado a la AFP que la base en cuestión "no ha sido alcanzada".

El "principal objetivo de la operación" era "la base de Glilot, la principal base de la inteligencia militar israelí", situada "a 110 km de la frontera", ha declarado Nasrallah en un discurso televisado en el que ha negado las "falsas acusaciones" de Israel sobre la destrucción de lanzaderas de cohetes. "Ninguno de nuestros misiles de precisión o estratégicos ha resultado dañado en los ataques israelís", ha añadido el líder del movimiento islamista. El grupo, ha indicado su líder, "no tenía previsto disparar contra objetivos en Tel Aviv", incluidos el aeropuerto de Ben Gurion y el Ministerio de Defensa de Israel.

Hizbulá, aliado de Irán y Hamás, ha lanzado 320 cohetes Katyusha y drones que han alcanzado once objetivos militares israelís, según cifras de la propia milicia, en "venganza" por el asesinato de su máximo comandante, Fuad Shukr, en un bombardeo atribuido a Israel a las afueras de Beirut el pasado 30 de julio. La represalia, ha asegurado Hizbulá, "ha sido completada y lograda por hoy".

Previamente, Israel había informado del ataque con cien aviones a "miles" de lanzaderas de cohetes en "40 zonas" del sur del Líbano, después de que asegurara que había identificado que Hizbulá preparaba un "ataque extensivo" inminente sobre su territorio. El jefe del grupo libanés ha asegurado durante su discurso que la campaña israelí solo ha alcanzado valles "vacíos" o en los que previamente habían estado desplegados proyectiles, pero de donde ya se había sido retirado el armamento.

Hizbulá, que responde así con casi un mes de demora, al bombardeo israelí que mató a Shukr y a otras seis personas a las afueras de Beirut, no había especificado hasta ahora cuál había sido el objetivo principal de su venganza. Por la mañana, el grupo se ha limitado a anunciar que había lanzado más de 300 proyectiles a once cuarteles y bases del Ejército israelí cercanos a la frontera, como maniobra para despistar a las defensas antiaéreas y permitir que sus drones ingresaran a lo "profundo" del territorio israelí.

"Si los resultados no son suficientes, responderemos otra vez"

Hizbulá se ha referido el domingo por la mañana a una "primera fase" de su venganza por el asesinato de Shukr, dando a entender que se producirían más ataques en los próximos días. Sin embargo, el líder de la formación chií aclaró que se referían a dos fases distintas de la propia respuesta de este domingo, que primero ha incluido el lanzamiento de más de 300 proyectiles y, posteriormente, el envío de drones contra dos bases militares clave.

Nasrallah ha explicado que sus drones se han dirigido a la base del principal departamento de inteligencia militar israelí, Aman, y a la Unidad 8.200. "Nuestra información indica que una serie de drones alcanzaron ambos objetivos especificados, pero el enemigo lo está manteniendo en secreto, como es habitual", ha defendido el líder del grupo chií.

De hecho, un portavoz del ejército israelí ha indicado a la AFP que podía "confirmar que la base de Glilot no fue alcanzada". La base, que según medios israelís alberga también la sede del Mossad, la agencia exterior de Israel, está situada a las afueras de Tel Aviv.

"Evaluaremos el impacto de la operación de hoy", ha indicado Nasrallah. "Si los resultados no se consideran suficientes, responderemos en otra ocasión", ha añadido. Sin embargo, los limitados efectos de la respuesta han ayudado a apaciguar los miedos a una guerra abierta en el Líbano y a confirmar que ninguna de las partes está interesada en una escalada de envergadura.

La ONU urge a la desescalada tras aumentar el intercambio de fuego

Tras los intercambios de fuego de la última jornada, el secretario general de la ONU, António Guterres, ha expresado su preocupación por el "importante aumento del intercambio de fuego en la Línea Azul" y ha instado a Israel y al grupo chií libanés Hizbulá a una desescalada "inmediata".

"Estas acciones ponen tanto a las poblaciones libanesa como israelí en riesgo, y amenazan la seguridad y estabilidad regionales", ha indicado Guterres a los medios a través de un portavoz. "El secretario general llama a una desescalada inmediata y a las partes a volver urgente e inmediatamente a un cese de las hostilidades y a implementar por completo la resolución 1701 (2006)" del Consejo de Seguridad, ha añadido sobre el conflicto en el sur del Líbano entre Hizbulá y el ejército israelí.