Los cambios en la menstruación en el confinamiento no se deben a la COVID-19, sino al estrés, según un estudio
- Los cambios consistieron en la ausencia de menstruación, el retraso de la misma y los sangrados abundantes
- Se trata del primer estudio que explora la relación entre salud mental y los desequilibrios de la regla en la pandemia
El estrés y los cambios en el estado emocional producido por el confinamiento, y no la infección por COVID-19, tuvo un impacto significativo en los ciclos menstruales de las mujeres. Así lo ha constatado un estudio desarrollado por dos ginecólogos del Hospital Santa Creu i Sant Pau de Barcelona, que confirma cuál fue la causa de los cambios en la regla que multitud de mujeres experimentaron durante el encierro entre marzo y mayo de 2020. Se trata del primer estudio que explora la relación entre salud mental y los desequilibrios de la regla en la pandemia.
La investigación, que no ha podido concluir el número total de mujeres que se vieron afectadas por estas alteraciones, ha realizado una encuesta en internet a cerca de 6.500 mujeres entre los 15 y 55 años que no contrajeron el virus en aquella época. Estas experimentaron cambios menstruales como su ausencia, retraso y sangrados abundantes, los cuales, según el estudio, influyeron en el estado emocional y el estrés que sufrieron muchas.
Asimismo, señala que las que más estrés sufrían lo hacían por miedo a contagiarse, falta de dinero o la situación laboral.
Más de la mitad considera que la calidad de vida empeoró
Un total de 6.449 mujeres respondieron a la encuesta, aunque cerca de 5.000 luego fueron válidas para el análisis final. El estudio ha permitido recoger datos de interés, como información sobre las actividades durante el confinamiento, la actividad sexual, las percepciones del estado emocional, los cambios en las características menstruales y el impacto en la calidad de vida. El análisis de los cambios menstruales se limitó a aquellas que respondieron que no usaron anticonceptivos hormonales.
Según los datos, el 92,2% de las encuestadas tuvo al menos una menstruación durante el confinamiento y solo el 7,7% experimentó amenorrea, ausencia de regla. Por otro lado, el 50,1% considera que la calidad de vida global empeoró durante el confinamiento, frente al 41,3% que considera que se mantuvo más o menos igual. Solo un 8,7% reportó una mejora.
Mientras, para casi la mitad de las mujeres, un 49,8% disminuyó la actividad sexual en aquellas semanas.
El estrés y cambios emocionales, entre las causas
En el caso de los cambios menstruales, el estudio concluye que no existieron diferencias significativas tuvo al menos una menstruación durante el confinamiento a nivel estadístico en lo que respecta a la incidencia de amenorrea o la regularidad del ciclo menstrual, que también se puede ver afectada por otros motivos, como la perimenopausia (el período de transición natural hacia la menopausia). Las mujeres encuestadas se evaluaron por la duración y características del aislamiento, la percepción de exposición a la COVID-19 y la situación económica o laboral.
En cambio, el estudio sí muestra dichas diferencias en lo que respecta a la intensidad de los cambios en el estado emocional relacionados con los factores estresantes del confinamiento. Y también refleja diferencias importantes con base en los cambios en el ciclo menstrual.
Por todo ello, la investigación del hospital barcelonés ha concluido que fueron los cambios en el estado emocional los que más afectaron en los trastornos menstruales que muchas mujeres experimentaron durante la pandemia, y no la duración del confinamiento o el propio virus.