El campo recuerda que la migración circular no es nueva y pide que no sea un "brindis al sol": los retos de la medida
- El sector agrícola asegura que han encontrado problemas para contratar en origen desde la mayoría de provincias
- Las ONG recuerdan que amainar la crisis migratoria pasa por el desarrollo económico de los países emisores
"La idea es quedarnos unos tres meses, hasta que haya cosecha". Diego, colombiano, es uno de los 20.500 trabajadores que han venido este año a trabajar a España con un contrato de temporero para recolectar peras y manzanas en Lleida. Su testimonio, recogido por el Telediario, describe lo que esta semana se ha repetido con un término algo más difuso, "migración circular".
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, lo lanzó en la primera parada de su gira africana como una de sus apuestas para asegurar una inmigración "humana, segura y ordenada", pero no es una novedad. Colombia, Ecuador, Honduras, Perú, Guatemala, Uruguay, Argentina, Marruecos y Senegal ya tenían convenios de colaboración de este tipo con España, y ahora se suman Mauritania y Gambia.
Los programas de contratación en origen, que suponen el retorno de estos ciudadanos a sus países al terminar el trabajo, existen desde el año 2000 y se han destinado sobre todo a la agricultura, pero en las últimas décadas su uso ha sido "anecdótico" en la mayoría de las provincias españolas salvo Huelva, según las organizaciones agrarias ASAJA y COAG consultadas por RTVE.es.
"Nosotros esa práctica la hemos venido haciendo hasta que hemos empezado a no tener los apoyos gubernamentales", lamenta el presidente de ASAJA Castilla-La Mancha, José María Fresneda, quien tacha el anuncio de Sánchez de "brindis al sol" y carga contra la "rigidez de la legislación laboral" española que, dice, "hace imposible una gestión eficiente cuando llegan las grandes campañas agrícolas". De acuerdo con su estadística, el sector necesita entre 85.000 o 100.000 trabajadores.
El campo de Huelva reclama que se agilicen los trámites
La fórmula ha tenido más relevancia en la provincia de Huelva, como ilustran las imágenes de la partida de más de mil temporeras marroquíes en 2020, ataviadas con mascarillas y esperando los controles de temperatura para cruzar la frontera, cerrada para casi todo lo demás. Era plena pandemia de coronavirus, pero el sector onubense de la fresa y los frutos rojos no podía prescindir de las trabajadoras del país vecino. Ahora, los agricultores de la zona piden que se agilicen los trámites.
"Que haya una infraestructura administrativa en esos países para poder poner a los empresarios, facilitarle la labor de encontrar a los trabajadores, de darles la documentación, de hacer la selección. Y por parte del Gobierno nuestro, hay que hacer los visados, hay que hacer los pasaportes…", reclamó el secretario de la Unión de Pequeños Agricultores de Huelva, Manuel Piedra Chaves, en el Telediario.
Desde el Gobierno, en cambio, aseguran que los procedimientos de migración circular se han "simplificado enormemente" con la reforma del reglamento de extranjería. Esta contempla contratos fijos discontinuos con una autorización de cuatro años de duración y la posibilidad de trabajar un máximo de nueve meses al año. Corresponde al Ministerio de Inclusión aprobar la cifra de empleos a cubrir anualmente por trabajadores extranjeros que vivan fuera de España.
El problema, señalan desde COAG Almería, es que el éxito depende de que las autoridades de empleo certifiquen que los puestos de trabajo no se han podido cubrir por mano de obra en el país y, normalmente, el trámite se queda encallado en ese punto. Por ello, el secretario general de la organización agraria almeriense, Andrés Góngora, desea que el anuncio de Sánchez se concrete en una "conferencia nacional con las comunidades autónomas" y así se garantice que todos los niveles de la administración están en sintonía.
El siguiente escollo reside en asegurar la colaboración de los países de origen. "Nosotros hemos tenido alguna experiencia de países que no han colaborado y ha sido imposible porque los visados no salen a tiempo o no se tramitan. Si el país no colabora, es muy complejo", explica Góngora, que cree que, ahora que se debate la reforma integral de la ley de extranjería, en fase de audiencia pública, es un buen momento para abordarlo.
Trascender las campañas agrícolas: "Hay que formar en origen"
Porque COAG considera la migración circular idónea para un sector agrario con grandes dificultades para cubrir sus necesidades de mano de obra. "Nosotros nos movemos por campañas y, aunque [los trabajadores] sean fijos discontinuos, es lógico que intenten buscar un trabajo más estable después de unos años", valora el agricultor almeriense sobre la alta rotación en las plantillas. Coincide con el Gobierno al hablar de una triple ganancia: para los trabajadores migrantes, las empresas españolas y los países de origen, donde sus ciudadanos pueden seguir contribuyendo.
La agricultura no es el único sector que necesita trabajadores en un país en el que, según el Banco de España, se necesitarán 24 millones de trabajadores migrantes hasta 2053 para hacer sostenible el sistema de pensiones. El Gobierno lo cifra en 300.000 al año, con datos de diversos estudios de organismos nacionales e internacionales. Además, actualmente existen casi 150.000 puestos de trabajo vacantes en España, la mayoría en el sector servicios, según el Instituto Nacional de Estadística.
Por eso, desde la Fundación Ibn Battuta —que promueve las relaciones entre los países árabes y Europa, y da apoyo social y laboral a migrantes— consideran que las contrataciones en origen no deberían destinarse solo a las necesidades puntuales y temporales, sino también a las permanentes. "Hay que trabajar también en la formación en los países de origen", propone su presidente, Mohammed Chaib, que ha sido diputado del PSC en el Parlament y en el Congreso, y pide un pacto entre los "dos partidos de Estado".
La fundación que preside Chaib conoce de primera mano las experiencias de migración circular en Huelva y asegura que el acuerdo "está funcionando", si bien denuncia graves incumplimientos en algunos casos en lo que respecta a la dignidad y las condiciones de vivienda y empleo de estas mujeres. "Están viviendo en condiciones pésimas y encima les dicen que si no les gusta se pueden marchar a su país, me parece lamentable. No estoy hablando, claro, de todos los agricultores", declara a RTVE.es.
Ibn Battuta, como otras ONG, tiene el convencimiento de que las contrataciones en origen no despejarán por sí solas la crisis migratoria que vive ahora Canarias, cuando más de 30.000 personas han llegado a España de forma irregular en lo que va de año, un 66% más que en el mismo periodo de 2023, según el último balance del Ministerio del Interior, hasta el 15 de agosto. "La solución está en el desarrollo económico y social de los países de origen", opina. Y en eso, la Unión Europea puede jugar un papel clave.