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Michel Barnier, el europeísta con fama de buen negociador elegido por Macron para sortear la inestabilidad política

  • El exministro y excomisario europeo negoció el acuerdo del Brexit y tiene una amplia experiencia política
  • A sus 73 años, se convierte en el primer ministro más mayor de la V República con el reto de unificar a los partidos

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Macron nombra primer ministro a Barnier y provoca la indignación de la izquierda

Dos meses después de perder la mayoría parlamentaria en las elecciones legislativas, el presidente Emmanuel Macron ha nombrado al nuevo primer ministro de Francia. Tras semanas de tensas negociaciones, el exministro y excomisario europeo Michel Barnier recoge el testigo de Gabriel Attal —quien suma más de 50 días en funciones— como inquilino del Hôtel de Matignon, residencia oficial del jefe del Ejecutivo, y hereda la difícil tarea de gobernar con una Asamblea Nacional dividida en tres bloques (izquierda, centroderecha y extrema derecha) que protagonizan constantes disputas.

Con una amplia trayectoria y un marcado perfil europeísta, a sus 73 años, Barnier es un viejo conocido de la política francesa, aunque ha pasado los últimos años en un segundo plano. En 2021, se presentó a las primarias de su formación, Los Republicanos (LR) —que ahora cuenta con apenas 50 diputados en el Congreso—, pero fue eliminado en la primera vuelta, frustrando su intento de llegar al Elíseo. Antes, sin embargo, había sido ministro hasta en cuatro ocasiones y ha ocupado cargos de especial relevancia en el seno de la Unión Europea. Fue, de hecho, el jefe de las negociaciones entre Bruselas y Londres para ejecutar el Brexit y es conocido por su buena fama de mediador.

Su elección pone fin a semanas de incertidumbre en las que habían sonado con fuerza otros nombres como el del socialista Bernard Cazeneuve o el del conservador Xavier Bertrand, finalmente descartados tras múltiples desacuerdos a ambos lados del espectro político francés. Barnier se convierte en el quinto primer ministro de la era Macron y, como tal, su principal objetivo será esquivar una posible moción de censura que obligue a su salida. Su primera tarea será presentar los presupuestos de 2025 en una Cámara dividida.

Del primer ministro más joven, al de más edad

Barnier recibe el testigo del que fue el primer ministro más joven de Francia (35 años) y se convierte en el jefe de Gobierno de más edad de la V República. "Le he dicho a Gabriel Attal que ser joven es formidable, pero es un título que uno pierde muy rápido, yo lo perdí hace mucho", afirmó el jueves Barnier, que a los 22 años fue también el consejero más joven del país, en su primera intervención como jefe del Ejecutivo en Matignon, acompañado de su predecesor.

El nuevo primer ministro también prometió ser "humilde", "útil" y "responder a los desafíos" que se abren paso, al tiempo que ha situado como prioridades el acceso a la educación pública, la seguridad y el control de la inmigración. "¿Qué se espera de un primer ministro? Creo que se espera que diga la verdad, aunque sea difícil, y la verdad sobre la deuda financiera y ecológica es muy dura", afirmó. Sobre esto último, ONG ecologistas citadas por AFP aseguran que su Gobierno puede volver a situar "la ecología en el centro de la acción gubernamental" y reabrir "cuestiones urgentes".

Natural de La Tronche, una comuna francesa cerca de Grenoble, Barnier creció en el seno de una familia de artesanos cristianos y "de izquierdas", tal y como recordó desde Matignon, al rememorar uno de los consejos que le había dado su madre. "Me dijo, Michel, puedes tener la opinión que quieras [...] pero nunca seas sectario", relató el excomisario, quien desde los 14 años, además, militó en el movimiento gaullista, algo de lo que, dice, siente "orgullo".

En su juventud, se graduó en la Escuela Superior de Comercio de París y comenzó su andadura política siendo un veinteañero. En sus inicios, alternó su estancia en distintos gabinetes ministeriales de Gobiernos conservadores (entre 1973 y 1977) con su cargo como consejero general en su región natal, Saboya.

Asimismo, ha sido diputado en la Asamblea Nacional entre 1978 y 1995 y ha estado al frente de cuatro carteras de Gobierno. Fue ministro de Medio Ambiente (1993 -1995) en cohabitación con François Mitterrand; de Asuntos Europeos (1995 - 1997) y Exteriores (2004-2005) con Jacques Chirac; y Agricultura (2007-2009) con Nicolas Sarkozy.

El señor Brexit con fama de buen mediador

"Patriota y europeo", así se define en su cuenta de X el propio Barnier, que ha pasado parte de su más de medio siglo de experiencia ligado a los Veintisiete. Fue eurodiputado entre 2009 y 2010, vicepresidente del Partido Popular Europeo (PPE) y dos veces comisario europeo —de Política Regional entre 1999 y 2004 y de Mercado Interior entre 2010 y 2014—.

Además, en 2016 fue designado por el entonces presidente de la Comisión Europea Jean-Claude Juncker para dirigir el grupo de trabajo para la preparación y el desarrollo del Brexit con el Reino Unido, cargo que ejerció durante cinco años. Su amplio conocimiento de los entresijos de la UE condujo a un aplaudido trabajo como jefe de las delicadas negociaciones entre Londres y Bruselas, que le llevó a ganarse el apodo de "señor Brexit".

"Fue en este papel donde demostró un gran talento", aseguraba Juncker a AFP tras conocer su nombramiento. "Mi querido Michel, ¡mantén la calma!", le aconsejó después al nuevo primer ministro, al que define como "un hombre de ultraderecha" y del que subraya su "capacidad de escucha" y su habilidad para "hablar con los demás para convencerlos". Cualidades que pueden serle de utilidad para lidiar con la fragmentada Asamblea Nacional, en la que solo cuenta con el apoyo del bando presidencial y de LR, sin mayoría.

"Siempre he creído que las buenas ideas vienen de todas partes cuando uno se toma el tiempo de escuchar", afirmó Barnier en su primera alocución como primer ministro, en la que garantizó que hará "todo lo posible" para estar a la altura.

Ahora, como él mismo defiende, tiene por delante la gestión del Gobierno francés en un "momento de mucha gravedad" para el país. Su primer prueba de fuego llegará en apenas tres semanas, cuando tenga que presentar los próximos presupuestos en la Asamblea antes de la fecha límite, fijada el 1 de octubre. "Manos a la obra", concluyó desde la que desde el jueves se convierte en su nueva residencia.