Ni pócima mágica, ni capa de invisibilidad: "Con la tartrazina, no vas a volver invisible por completo a nadie"
- Científicos descubren que un colorante alimentario vuelve transparente la piel y otros tejidos de ratones
- El hallazgo, que puede ser muy útil para diagnosticar enfermedades, consigue milímetros de penetración
Se llama tartrazina y es ampliamente utilizada en todo el mundo en alimentos como aperitivos, bebidas energéticas o caramelos. Ahora, un equipo de científicos de la Universidad de Stanford le ha encontrado un nuevo uso a este colorante alimentario: poder ver bajo la piel de un ser vivo. Al aplicarla sobre ratones, han logrado que la piel de su cráneo y abdomen se vuelva transparente. Los detalles del estudio se han publicado en la revista Science.
Mediante la aplicación de manera tópica de un compuesto basado en tartrazina, los investigadores han podido observar los vasos sanguíneos, órganos y músculos de los roedores, y todo ello sin provocar ni un rasguño a los animales. Aunque la técnica aún no ha sido sometida a ningún ensayo clínico para evaluar factores tan importantes como su toxicidad, no se espera que esta pueda suponer un problema, dado que se trata de un colorante autorizado y ampliamente consumido en numerosos países, entre ellos España.
El avance podría revolucionar las investigaciones ópticas en biología y ayudar en la detección precoz de numerosas enfermedades, como una alternativa a las técnicas que se utilizan actualmente, en general más agresivas, ya que requieren de procedimientos invasivos como la práctica de incisiones o la aplicación de contrastes.
Sin embargo, el equipo científico aún no ha probado este proceso en seres humanos, cuya piel es aproximadamente diez veces más gruesa que la de un ratón. Los siguientes pasos de la investigación consistirán en determinar qué dosis de la molécula de colorante puede funcionar mejor en el tejido humano. Además, también están experimentando con otras moléculas que podrían ser más eficaces que la tartrazina.
"Una ventana al interior del cuerpo"
"Se trata de un descubrimiento muy interesante, innovador y alentador desde el punto de vista de la aportación de técnicas de diagnóstico diferentes que nos ayuden en el ámbito del diagnóstico de imagen en biomedicina", valora para RTVE.es Conchi Serrano, investigadora del Instituto de Ciencia de Materiales de Madrid, perteneciente al CSIC. Sin embargo, esta científica deja claro que lo que se busca no es ninguna pócima de la invisibilidad, y que aunque se trata de una noticia que puede compartir muchas características con relatos de ciencia ficción, en realidad la nueva técnica únicamente consigue "unos milímetros de penetración". "Con la tartrazina, no vas a volver invisible por completo a nadie. La intención solo es poder ver por debajo de los tejidos más superficiales, abrir una ventana al interior del cuerpo", aclara.
"El método ya existía, pero lo han conseguido mejorar como diez veces, volviéndolo diez veces más transparente", explica Serrano, quien destaca que los efectos son muy rápidos desde que se aplica, por lo que "reducimos el tiempo para volver transparentes los tejidos de días a minutos".
Además, el proceso es "reversible", ya que la transparencia desaparece cuando se limpia la capa de tartrazina, mientras que el colorante que ha penetrado en la piel se metaboliza y se elimina a través de la orina. La resolución que permite es también mucho mayor, y puede "llegar hasta las micras, profundizando más de un milímetro en los tejidos".
"Estos investigadores han conseguido pensar de una manera diferente, en el sentido de que la comunidad científica, desde hace décadas, está intentando volver transparentes los tejidos para poder ver lo que está pasando dentro sin tener que ser muy invasivos", prosigue esta bióloga, quien subraya que es un objetivo "sobre todo de los científicos que trabajan en técnicas de imagen, para entender el funcionamiento y para hacer diagnóstico de enfermedades".
La magia de la física
"Para los que entienden la física fundamental que hay detrás de esto, tiene sentido; pero si no estás familiarizado con ella, parece magia", opina Zihao Ou, autor principal del estudio, quien explica que la piel dispersa la luz cuando esta incide en ella, y por eso se vuelve opaca. "Combinamos el colorante denominado tartrazina, que es una molécula que absorbe la mayor parte de la luz, especialmente la azul y la ultravioleta, con la piel, que es un medio de dispersión. Por separado, estas dos cosas bloquean la mayor parte de la luz que las atraviesa, pero si las juntas, se logra la transparencia de la piel de ratón", agrega.
Tal y como continúa ilustrando Ou, la "magia" se produce porque al disolver en agua las moléculas que absorben la luz, cambia el índice de refracción de la solución, de forma que coincide con el índice de refracción de los componentes de los tejidos, como los lípidos. Básicamente, las moléculas de colorante reducen el grado de dispersión de la luz en el tejido cutáneo.
"Lo que hace opacas a las cosas es la dispersión de la luz, que incide sobre una superficie e intenta penetrar, pero se encuentra moléculas, componentes, que lo que hacen es dispersarla, evitando la transparencia. La tartrazina interacciona con esos componentes del tejido y consigue que la luz sí que pueda atravesarlos, volviéndolos transparentes", describe la investigadora del Instituto de Ciencia de Materiales de Madrid Conchi Serrano.
Esta investigación es una nueva aplicación de ecuaciones de décadas de antigüedad que pueden describir la relación entre la absorción y el índice de refracción, llamadas relaciones de Kramers-Kronig. Además de este colorante alimentario, otras moléculas absorbentes de luz han demostrado efectos similares.