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La izquierda sale a la calle en Francia para protestar contra el nombramiento como primer ministro del conservador Barnier

  • Mélenchon ha confirmado la presentación de una moción de censura en cuanto empiecen las sesiones en el Parlamento
  • La Francia Insumisa también promoverá un procedimiento parlamentario para la destitución del presidente, Emmanuel Macron

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Miles de personas se manifiestan por toda Francia contra Macron y el nuevo primer ministro, el conservador Michel Barnier

Miles de personas, convocadas por partidos, sindicatos y organizaciones de izquierdas, se han manifestado este sábado por toda Francia para protestar por el nombramiento como primer ministro del conservador Michel Barnier.

Las alrededor de 150 marchas convocadas en el país por La Francia Insumisa (LFI) y por otras formaciones del Nuevo Frente Popular (NFP), pero no por el Partido Socialista (PS), han servido sobre todo para denunciar el nombramiento de Barnier como "la negación de la democracia", como ha resumido Jean-Luc Mélenchon, líder del LFI, que ha sido uno de los líderes políticos presentes en la marcha de París

Mélenchon ha confirmado la presentación de una moción de censura contra Barnier, que se han comprometido a votar todos los partidos de izquierda, en cuanto empiecen las sesiones en el Parlamento. "No le corresponde a él (al presidente, Emmanuel Macron) decidir qué es un Gobierno estable. Tendría que haber nombrado a Lucie Castets, nuestra candidata" a primera ministra, ha dicho. La Francia Insumisa también promoverá un procedimiento parlamentario para la destitución de Macron, aunque no será apoyado por otros partidos de izquierda.

Un portavoz de la Prefectura de Policía ha indicado a Efe que a la manifestación de la capital han acudido unas 26.000 personas y que ha habido cinco detenidos, mientras que los organizadores han cifrado los participantes en 160.000 en París y en 300.000 en toda Francia. El Ministerio del Interior ha rebajado la participación en todo el país hasta 110.000 personas.

El Nuevo Frente Popular (NFP) constituido por los partidos de izquierda para presentarse a las elecciones legislativas que convocó Macron de forma anticipada el 30 de junio y el 7 de julio obtuvo 193 diputados de un total de 577 y reclamaba al presidente poder formar gobierno al ser el primer grupo en la Asamblea Nacional.

En lugar de eso, Macron optó por Barnier, miembro de Los Republicanos (LR), el partido de la derecha tradicional, que se quedó con el 6% de los votos y 47 escaños, pero que cuenta con el apoyo implícito de la mayoría presidencial saliente (166 diputados).

Bardella: "No se puede hacer nada sin nosotros"

La razón esgrimida por el Elíseo es que era el único que no corría el riesgo de ser tumbado rápidamente con una moción de censura, ya que la extrema derecha de Marine Le Pen, que fue con diferencia el bloque más votado (un 37%, frente al 28% de la izquierda), aunque se quedó con solo 142 escaños, ha dicho que no votará una moción de censura contra él, al menos de momento.

Jordan Bardella, presidente de la Agrupación Nacional (RN) de Le Pen, ha insistido en que el suyo es "el primer partido de Francia" en votos y en diputados, y eso significa que "no se puede hacer nada contra nosotros o sin nuestra aprobación o censura". También ha avisado de que juzgarán a Barnier "por sus actos" y se ha felicitado de "haber impedido que la extrema izquierda se haga con el poder".

En respuesta a esas palabras, el primer secretario del Partido Socialista (PS), Olivier Faure, que no se ha sumado a las protestas en la calle contra Barnier, ha acusado en su cuenta de X a Macron de haberse puesto "bajo la tutela" de la extrema derecha al nombrar a ese primer ministro. "Macron y sus amigos habrían podido optar por no censurar al NFP, dejarlo gobernar aceptando compromisos puesto que no tenemos mayoría absoluta", ha señalado.

Barnier, que además de continuar las consultas para formar Gobierno ha hecho su primer desplazamiento como primer ministro al hospital Necker de París, se ha desmarcado de esa idea de que su continuidad depende de la extrema derecha. "El Gobierno está bajo la vigilancia democrática de todos los franceses y de todos los grupos políticos que están constituidos de diputados que representan el pueblo en su diversidad", ha afirmado.