De Venecia a Venecia: Almodóvar se desquita en los grandes festivales con el León de Oro
- El cineasta, que acudió a la Mostra por primera vez en 1983 con Entre tinieblas, se quita la espina de los certámenes
- En 1988 ganó mejor guion por Mujeres al borde de un ataque de nervios y en 2019 el León de Oro a su carrera
¿Quién necesitaba más el brillo de la foto? ¿Pedro Almodóvar con su primera victoria en un gran festival? ¿O la Mostra de Venecia con un mito vivo con el León de Oro en la mano? En las alturas de Almodóvar ya no es posible consagración alguna, pero la decisión del jurado presidido por Isabelle Huppert acaba con una de esas anomalías que a veces suceden: uno de los directores más celebrados de la historia del cine no había ganado ninguno de los grandes festivales.
“Ha costado 44 años”, resumía en un mensaje en la red social X Agustín Almodóvar junto a una imagen de Pedro y el León. La cuenta de Agustín apunta a 1980, año del estreno de Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón, la primera película de Almodóvar. Es decir, el premio se deseaba largamente.
Un hecho objetivo es que la cinefilia mundial lleva décadas situando a Almodóvar en la liga de los grandes europeos del séptimo arte, a la altura de Fellini, Bergman, así que el León de Oro alinea la historia de los festivales con la de Almodóvar, cerrando una extrañeza tan grande como la de que Hitchcock nunca ganase el Oscar a mejor dirección.
No pudo ser en el festival de festivales, Cannes, con el que Almodóvar ha tenido una larga historia de amor y al que ha acudido con la mayoría de sus películas desde los años 90. Especialmente en dos ocasiones rozó la Palma de Oro: en 1999 ganó el premio a la mejor dirección con Todo sobre mi madre, pero la victoria fue para Rosetta, de los hermanos Dardenne. Y, sobre todo, 2006, cuando Volver apuntaba a la Palma, pero el jurado eligió El viento que agita la cebada, de Ken Loach, otorgando el premio de mejor actriz a todo el reparto de Almodóvar.
Venecia, el festival que descubrió a Almodóvar al mundo
Con todo, la historia internacional del manchego comenzó en Venecia, en 1983, al que acudió con Entre tinieblas, su tercera película, todavía sin competir por el León de Oro, sino en una sección de cine emergente llamada Venezia Giorno. Almodóvar sostiene a veces que el cine que realizaba en los 80 sería imposible ahora por la corrección política, pero lo cierto es que la película estuvo entonces a punto de ser censurada: para el entonces director de la Mostra, Gian Luigi Rondi, la historia de esas monjas de clausura, que se drogaban y eran abiertamente lesbianas, no casaba bien con su militancia democristiana y quiso eliminarla. “La prensa se enteró y fue imposible sacarla de la selección”, recordaba Almodóvar en 2019.
En 1988 regresó a Venecia con la película que le situó como un autor mundial, Mujeres al borde de un ataque de nervios. Desde el primer pase se posicionó como favorita, especialmente para un público rendido. Pero La leyenda del santo bebedor, del italiano Ermanno Olmi, ganó el León de Oro y Almodóvar se conformó con el premio al mejor guion, seguramente por la eterna dificultad de la comedia para ser tomada en serio. “Sergio Leone, que era el presidente del jurado, y Lina Wertmüller me dijeron que mi película era la mejor, que era el cine que querían promocionar”, lamentaba Almodóvar.
En 2019, la Mostra se adelantó a Cannes, Oscar, Goyas (y todos los que tengan que venir) y fue la primera en otorgarle un premio honorífico (San Sebastián secunda este año con el Premio Donostia) y además proyectó su primer cortometraje en inglés, La voz humana, con Tilda Swinton.
Coincidencia o no, la siguiente película de Almodóvar, Madres paralelas, no viajó ya a la Costa Azul sino al Adriático, donde inauguró lujosamente la Mostra de 2021. “No le pertenezco a Cannes”, decía en una entrevista con RTVE.es antes del festival, en el que Penélope Cruz ganaría la Copa Volpi. Otra vez en el palmarés, pero sin el premio gordo.
que ha ganado el máximo premio del festival de Venecia.
Un beso muy largo y otro más al León de Oro.
El Festival de Venecia se lo otorga por "La Habitación de al lado"
y ya, dice, no podría vivir sin él.
Poco antes de la rueda de prensa, se reafirma en encuadrar
su película.
"Es mi respuesta a los discursos de odio que escuchamos en España.
Y debería incluso haber una penalización,
una vez que los bulos se averigüen, se controlen, se sepa todo,
que son mentiras debería haber una penalización".
Aplausos de los premiados ante la prensa internacional.
Almodóvar pide atención a las próximas elecciones
en Estados Unidos,
porque dice nos afectará a todos.
Y trae a colación un diálogo de su película.
"Si la ultraderecha y el neoliberalismo feroz van juntos
peor que puede ocurrirnos a todos y en este momento van de la mano.
En este momento"
La relación entre las dos amigas que propone su historia,
la felicidad que se le puede procurar al otro,
dice Almodóvar, puede tener un efecto muy positivo.
"Va a influir muy positivamente en que este apocalipsis nos de un
La relación del cineasta y el festival de Venecia
viene de largo.
Hace 26 años recogió el premio al mejor guión
por "Mujeres al borde de un ataque de nervios".
Su primer León de Oro, fue el de Honor a toda su carrera
hace 5 años.
Con el de ayer, al mejor director, ya tiene dos.
Almodóvar defiende que todas las películas capturan su yo de ese momento. También las imágenes: en 1983 está rodeado de su grupo de actrices, como maestro de ceremonias de una fiesta; en 2024 miraba con el León de Oro en la mano a su círculo más estrecho. En la última década, su cine habla de la soledad deliberada que dice habitar, de las enfermedades y achaques, de las reconciliaciones con el pasado, y, en La habitación de al lado, directamente de la muerte y la necesidad de morir acompañado. ¿Y ahora qué? La posible respuesta es que sus películas son cada vez más discursivas y buscan plasmar su visión del mundo, tanto íntima como políticamente: nadie duda de que queda mucho Almodóvar que celebrar.