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Casas y escuelas pendientes de reconstruir tras el terremoto en Marruecos: "Nuestro pueblo nunca volverá a ser el mismo"

  • Más de 2.900 personas perdieron la vida en el seísmo más mortífero registrado en el país desde 1960
  • Las autoridades han avanzado en las obras de reconstrucción de 49.632 viviendas dañadas, según datos del Gobierno

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Un año después del terremoto más mortífero en Marruecos desde 1960

"Nuestro hermoso pueblo ha sido destruido y nunca volverá a ser el mismo. No importa lo que hagan", asegura Fátima desde Ouirgane, un pueblo bereber de menos de 7.000 habitantes en la provincia de Al Haouz, una de las zonas más afectadas por el terremoto que sufrió Marruecos hace un año.

El 8 de septiembre de 2023, sacudió Marruecos un seísmo de magnitud 6,8, cuyo epicentro se situó en las montañas del Alto Atlas, a alrededor de 70 kilómetros de Marrakech. El terremoto, el más mortífero en el país norteafricano desde 1960, acabó con la vida de más de 2.900 personas y causó graves daños a edificios e infraestructuras en las provincias de Al Haouz, Chichaoua, Taroudant, Ouarzazate y Azilal.

Fátima vive en una casa de cemento algo apartada del pueblo junto a su familia y a un bebé llamado Amín que con tan solo 20 días perdió a su madre en el terremoto. En Ouirgane, el turismo ofrecía ingresos adicionales para muchos, ya que hay pocas oportunidades de trabajo además de cultivar la tierra en pequeñas propiedades.

"Ouirgane es un lugar turístico y casi la mayoría de los habitantes trabajan en el campo. El pueblo se vio afectado tras el terremoto y hay quienes perdieron su trabajo porque hay pocos turistas", comenta a RTVE.es esta mujer marroquí, quien lamenta que su hijo Aziz no ha podido trabajar durante seis meses debido a una enfermedad. "Hemos estado viviendo de la subvención del Gobierno de 230 euros al mes durante un año. Esperamos que las cosas vayan bien en el futuro", añade.

Fátima se refiere a una de las ayudas que ha dado el Gobierno marroquí a un total de 63.862 familias víctimas del terremoto que han recibido durante un año una ayuda mensual de 2.500 dirhams (230 euros). Además, 57.805 familias también recibieron una primera entrega de 20.000 dirhams (alrededor de 1.800 euros) para reconstruir sus casas.

Alojados en tiendas de campaña un año después

Aldeas enteras, la mayoría formadas por viviendas y edificios de adobe, se derrumbaron por completo en las zonas más afectadas por el terremoto. Alrededor de 300.000 personas, un tercio de ellas niños, vieron sus hogares destruidos o dañados por el seísmo. Según el Gobierno marroquí, más de 59.674 viviendas sufrieron los estragos del terremoto, el 32% con daños graves y el 68% con parciales.

Las autoridades marroquíes han avanzado en las obras de reconstrucción de 49.632 viviendas del total de 55.142 permisos de reconstrucción de viviendas que se emitieron, según datos del Gobierno.

"Un año después hay familias que han sido indemnizadas y sus casas han sido reconstruidas, pero todavía hay otras que esperan su turno aquí en Ouirgane y en el resto del país", comenta Fátima. "Las que esperan siguen viviendo en tiendas de campaña. Si dijera que su situación es buena, mentiría, a pesar de la ayuda que les llega diariamente de los habitantes del pueblo, las asociaciones y el Gobierno. El verano ha sido caluroso y estamos al borde del invierno, así que espero que este asunto se resuelva lo antes posible porque en el pueblo nos conocemos todos", añade.

Las tiendas de campaña, paisaje habitual en las localidades de Marruecos un mes después del terremoto

La limpieza de escombros comenzó alrededor de la primavera de 2024, pero todavía no ha terminado, especialmente en las aldeas más remotas. "En términos de infraestructuras, se reconstruyeron muy rápidamente. Es en lo que se refiere a las viviendas en lo que todavía queda trabajo pendiente", afirma a RTVE.es el responsable de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (IFRC) en Marruecos, Sami Fakhouri.

"Al principio había algunas tiendas de campaña, después algunas organizaciones y el Gobierno instalaron una especie de contenedores de más calidad como refugios temporales", asegura Fakhouri, que detalla que desde IFRC se han distribuido alrededor de 400 unidades de refugio temporal. "Tienen 20 metros cuadrados, con dos puertas aisladas para las bajas y altas temperaturas. No es como vivir en tu casa, pero son algo más hogareñas. Se pueden convertir dos unidades en una para familias más grandes", detalla.

El responsable de IFRC en Marruecos asegura que estas unidades "pueden durar años" y que "pueden ser reutilizadas", pero recalca que lo que necesitan las víctimas del terremoto es "volver a tener unos ingresos como tenían antes del terremoto criando ganado, sembrando y trabajando en la agricultura". "Algunas personas aún no han logrado volver a tener ingresos", advierte.

El inicio del curso escolar en contenedores

La destrucción de escuelas a causa del seísmo ha hecho que muchos niños, especialmente niñas, hayan visto interrumpida de forma temporal su educación primaria. El inicio del curso escolar en septiembre de 2023 se vio ampliamente afectado en las aldeas situadas en el epicentro del terremoto.

La mayoría de los alumnos pudo volver a la escuela para el resto del curso escolar al cabo de unas semanas, al igual que en el inicio de este año. Sin embargo, las condiciones en las que vuelven en ocasiones son difíciles, ya que lo hacen en contenedores convertidos en aulas o en situaciones de mayor riesgo, en escuelas dañadas que han seguido en uso.

"En algunas aldeas la infraestructura de la escuela no se puede utilizar. Siguen dando clases en contenedores. Algunos niños y algunas niñas podrán empezar el curso escolar con normalidad, pero otros no", explica a RTVE.es la coordinadora de la respuesta al terremoto de Marruecos de Oxfam Intermón, Anna Roses Bello. "A día de hoy hay muchas escuelas destruidas y van a empezar el curso escolar en contenedores", detalla.

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Desde IFRC se ha llegado a un acuerdo con los departamentos de educación en dos zonas afectadas "en las que estamos montando unidades temporales para convertirlas en aulas", según afirma Fakhouri. "Las combinamos para que haya espacio para los estudiantes y también estamos instalando unidades temporales para las viviendas de los profesores", subraya.

Los servicios de atención primaria también se vieron interrumpidos en las aldeas más remotas del Alto Atlas afectadas, con el consecuente perjuicio para a quien necesita servicios médicos y psicológicos.

Por ello, la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja ha alcanzado un acuerdo con el Ministerio de Sanidad para "utilizar también esas unidades (contenedores) como clínicas temporales mientras los centros médicos son reconstruidos", detalla Fakhouri.

Mujeres y niñas, las víctimas más vulnerables

Varios estudios han demostrado que los desastres naturales como tsunamis, huracanes o terremotos afectan de forma desproporcionada a mujeres y niñas, que corren un mayor riesgo de violencia y explotación que los hombres y niños. Ocurrió, por ejemplo, tras el terremoto de Nepal de 2015, cuando se registró un aumento de la violencia contra las mujeres.

Por ello, la organización Oxfam Intermón organiza periódicamente actividades en las aldeas más afectadas por el terremoto en Marruecos para informar sobre los derechos de las mujeres y la violencia de género, así como para sensibilizar las repercusiones del seísmo en la salud mental. Asimismo, ofrece apoyo escolar a niñas que están desplazadas de sus aldeas y sus familias para poder estudiar.

"Trabajamos con tres organizaciones feministas de la sociedad civil marroquí. Siempre tenemos a las mujeres en el foco, desde actividades como la educación (...) hasta la gestión de casos de violencia de género con acompañamiento psicológico, toda la gestión de su dossier legal, facilitar un abogado o abogada", detalla Roses Bello.

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"También apoyamos actividades económicas a las mujeres para su autonomía económica y facilitamos que tengan una actividad económica y que les permita tener sus propios recursos económicos”, comenta.

Para atender las necesidades de higiene menstrual de niñas y mujeres, IFRC ha distribuido a lo largo de este año 4.041 kits compuestos por compresas, productos de higiene íntima y artículos de limpieza, así como un total de 8.810 paquetes de compresas desechables.

Un año después del terremoto, la situación está evolucionando lentamente con la retirada de los escombros y la reconstrucción. Muchas familias, para las que pensar en restablecer sus condiciones de vida antes del seísmo todavía es prematuro, viven aún las devastadoras consecuencias del terremoto.