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Aplazada por hospitalización la declaración de Dominique Pelicot, acusado de drogar a su mujer para que la violaran

  • El juicio comenzó el 2 de septiembre y debería finalizar una o dos semanas antes de Navidad
  • Una de las sesiones de abusos sexuales a la que fue sometida su mujer duró al menos seis horas

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Los acusados de violar a Gisèle Pelicot, parte de una cultura que desprecia a las mujeres

Dominique Pelicot, el hombre que está siendo juzgado en Aviñón, en el sureste de Francia, por haber drogado durante años a su mujer para que otros abusaran sexualmente de ella en estado inconsciente en su propia vivienda, ha sido hospitalizado este martes, lo que ha dejado en suspenso su declaración y la continuidad del proceso durante varias horas.

La abogada del acusado, Béatrice Navarro, ha contado a la prensa en un receso del juicio que su cliente había empezado a tener los primeros síntomas el pasado viernes de "una infección urinaria, tal vez un cólico nefrítico" y dio a entender que "no recibió atención durante el fin de semana".

Al inicio de la audiencia de esta mañana, el presidente del Tribunal de lo Criminal de Vaucluse, Roger Arata, ha indicado que el principal acusado no iba a poder declarar por la tarde por un problema de salud. Más tarde, el magistrado ha informado de que "tenemos un certificado médico expedido hoy" que especifica que no existe "ninguna contraindicación para las actividades cotidianas y los traslados" de Dominique entre el centro penitenciario donde se encuentra detenido y el tribunal de Aviñón.

Este lunes, Pelicot se ausentó poco después de iniciarse la sesión por la misma razón. Arata ha solicitado un peritaje para conocer exactamente su estado de salud para poder decidir.

Macrojuicio en Francia: el marido de la víctima la drogó para que la violaran 72 hombres

No obstante, la audiencia de este martes ha continuado con el testimonio de Stéphan Gal y Jérémie Bosse Platière, principales encargados de sacar adelante la investigación sobre el caso, que involucra a otros 50 hombres de edades entre los 26 y los 74 años, quienes habrían sido reclutados por Pelicot a través de internet con el fin de violar a su mujer.

Del total de 51 hombres en el banquillo, 35 han reconocido haber mantenido relaciones, pero con el matiz de que no entendían que fuese un abuso no consentido, mientras solo tres han pedido disculpas de momento.

La Fiscalía ha dado cuenta de al menos 92 violaciones durante 10 años, aunque para la víctima toda sospecha se limitó a lagunas temporales en su memoria.

En un primer registro en la vivienda, los investigadores no localizaron la droga con la que Dominique dejaba inconsciente a su esposa, pero el hombre terminó reconociendo que escondía los botes de Temesta (lorazepan) en botas de montaña.

Seis horas de abusos sexuales con un solo hombre

El perito Olivier Eymard, que examinó el material incautado a Dominique Pelicot, ha explicado ante el tribunal que a partir del análisis de cinco vídeos sucesivos en los que aparecía un mismo hombre se estimó que una de las sesiones de abusos sexuales a las que fue sometida Gisèle duró al menos seis horas con un solo hombre.

Lo ha hecho a preguntas de los abogados de la víctima que querían conocer las fechas exactas en que se habían hecho los vídeos y las fotografías que se le requisaron a Dominique Pelicot en 2020 y que son la principal base de la acusación.

Eymard ha querido dejar "claro que la fecha de última modificación (de cada vídeo) corresponde a la realización" y eso permite determinar la duración de las sesiones, en respuesta a la polémica que se había generado porque algunos abogados cuestionaban que fueran tan largas como decía la acusación particular.

Pelicot estuvo drogando a su mujer con ansiolíticos entre 2011 y 2020, lo que se supo después de ser detenido por grabar bajo las faldas a mujeres en un supermercado de la ciudad de Carpentras.

Esas grabaciones las guardaba en un disco duro con decenas de hombres a los que había contactado en línea, en buena parte a través de una plataforma de contactos que fue cerrada posteriormente.

El caso de Gisèle Pelicot, parte de una cultura que desprecia a las mujeres

Entre los acusados de violar a Gisèle Pelicot hay 51 hombres, desde bomberos, o policías, hasta enfermeros o periodistas. Perfiles muy variados, muy comunes. Hombres normales.

"Hablamos de un hombre que ofertaba a su mujer en las redes sociales, pero había hombres que accedían. Eso ni es enfermedad mental ni una monstruosidad. Forma parte de una cultura que desprecia a las mujeres", explica a TVE Ana Bernal Triviño, periodista y profesora de la Universidad Abierta de Cataluña.

También es parte de esa cultura la actitud de los que lo conocían y no lo denunciaron. "Tiene que ver con los códigos de un determinado modelo de masculinidad y tiene que ver con un 'yo no participo, pero no identifico la violencia'", añade Carmen Ruiz Repullo, socióloga especializada en Violencia de Género.

Las expertas tampoco consideran un monstruo a su marido y la fachada de hombre encantador que mostraba al exterior es algo que se repite en otras agresiones.

Gisèle Pelicot ha querido dar la cara, al público y a sus agresores. Una decisión valiente, dicen, pero que no se le puede pedir a otras víctimas.

Las expertas explican que aunque el caso de Gisèle Pelicot es extremo y ha servido para visibilizar, hay otras muchas violencias diarias, comunes e invisibles.