Harris consigue poner a Trump a la defensiva en un tenso debate repleto de reproches
- Los candidatos han discutido sobre la economía, el aborto, la migración o la política exterior
- Aunque la candidata demócrata se sitúa ligeramente por delante, las encuestas apuntan a una elección muy reñida
A menos de 60 días de los comicios, la demócrata Kamala Harris y el republicano Donald Trump han medido sus fuerzas en un debate repleto de ataques y reproches que ha puesto al exmandatario a la defensiva. Todos los ojos miraban a la actual vicepresidenta, que ha reiterado su intención de "pasar página" en el que ha sido su primer cara a cara presidencial tras irrumpir en la carrera hacia la Casa Blanca hace apenas dos meses. Lo ha hecho ante un adversario de sobra conocido por los estadounidenses que ha puesto el foco en algunos de sus temas estrella, como la inmigración, para escapar de otros más escabrosos planteados por los moderadores, como su papel en el Asalto al Capitolio.
"Hola, soy Kamala". Esas han sido las primeras palabras de la vicepresidenta al entrar en el plató del Centro Nacional de la Constitución, en Filadelfia, Pensilvania, mientras se acercaba a estrechar la mano de su rival, que se había dirigido directamente a su atril. Toda una declaración de intenciones del que era su cometido en el debate, darse a conocer ante un público que quería saber más acerca de sus propuestas. El de este martes, era el séptimo debate presidencial del republicano en su carrera política, pero el primero de Harris, que entró en la escena electoral tras la renuncia de Biden a la carrera por la reelección.
Harris recuerda a Trump que ella es la candidata
La sombra del actual mandatario y de sus políticas ha estado presente durante todo el encuentro. Trump ha atacado su gestión tanto a nivel nacional como, sobre todo, en política exterior, y ha intentado en todo momento ligar su actuación a la de su rival, número dos del presidente durante su estancia en el Despacho Oval, que todavía continúa. "Le recuerdo que no se presenta contra Joe Biden, se presenta a las elecciones contra mí", le ha objetado la candidata demócrata a un Trump que le ha instado en varias ocasiones a "ir a la Casa Blanca" y poner en marcha sus propuestas.
Los aspirantes a presidir EE.UU. han expuesto sus diferencias en cuestiones como la economía, la inmigración, los derechos reproductivos o los asuntos internacionales y se han culpado mutuamente de ser un peligro para la democracia. Trump, de hecho, ha insistido en que tiene la llave del fin de las guerras en Ucrania y Gaza que, dice, "no habrían comenzado" si hubiese seguido al frente del Ejecutivo y ha asegurado que los líderes internacionales no respetan a Biden, pero sí a él.
Sobre el conflicto en Gaza, Harris ha defendido "el derecho a defenderse" de Israel, pero ha recordado que "han sido asesinados demasiados palestinos" y ha defendido la solución de dos Estados que garantice la convivencia de ambas partes. "Debe aportar seguridad para Israel, pero también para Palestina", ha dicho. El exmandatario, por su parte, ha afirmado que si su rival llega a la Casa Blanca "Israel dejará de existir".
Trump estalla contra la inmigración
Durante el transcurso del debate, el candidato republicano se ha fijado un objetivo claro: cargar contra la inmigración y los millones de migrantes a los que Biden y Harris "han dejado entrar" al país. "En Springfield, comen perros, la gente que viene, comen gatos. Se comen a las mascotas de la gente", ha afirmado Trump ante su rival, que permanecía atónita. El moderador, de hecho, ha intervenido para aclarar que el ayuntamiento de la localidad citada había negado tales afirmaciones.
"Esta es la razón por la que tengo el apoyo de ciertos republicanos", ha dicho la candidata demócrata tras las palabras de Trump, que llegaban justo después de que Harris arremetiera contra los mítines del expresidente, a los que ha calificado de "aburridos". "Los míos son los mejores mítines de la historia", se ha defendido el magnate antes de volver a insistir en la protección de las fronteras. "Va a hablar de inmigración siempre que pueda, aunque no le hayan preguntado", había advertido la vicepresidenta poco antes.
El candidato republicano ha afirmado de los migrantes que "roban" el trabajo a los estadounidenses y que elevan las cifras de violencia en EE.UU. mientras estas disminuyen en sus países de origen.
El magnate también ha sido preguntado sobre su papel en el asalto al Capitolio, en concreto, sobre si se arrepentía de algo. Aunque con evasivas, Trump ha acabado diciendo que él no tuvo "nada que ver" y ha culpado a la entonces presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, de permitirlo. Harris ha recordado que ella estaba en el Congreso ese día y ha asegurado que su rival "incitó" a sus seguidores a perpetrar el ataque.
"El expresidente ha sido acusado y enjuiciado exactamente por esa razón", ha subrayado Harris, que ha recordado también en otros momentos del debate las múltiples causas penales que enfrenta Trump. El republicano se ha defendido diciendo que "cada uno de esos casos" fue iniciado por los demócratas que, según él, han utilizado la Justicia como "arma" contra un contrincante político.
Se levanta el telón y Kamala Harris cruza el escenario
para estrecharle la mano a Donald Trump.
Era la primera vez que se veían cara a cara
y, el encuentro ha sido encarnizado
Trump la ha llamado marxista;
dice que si gobierna destruirá el país
y que llegará la III Guerra Mundial.
Ella lo ha llamado mentiroso, divisivo, radical;
le ha recordado el asalto al Capitolio,
los juicios en su contra y un golpe donde más le duele,
su ego.
Le ha dicho que hasta sus seguidores abandonan sus mitines, aburridos,
antes de que acaben.
En la pantalla partida,
ella lo descalificaba con sus gestos de incredulidad,
mientras él repetía teorías infundadas,
como que los inmigrantes se comen a los perros de los estadounidenses.
Hora del alegato final.
Ella se vende como una lider que se preocupa por los ciudadanos.
Él le pregunta por qué no está haciendo más cosas
ahora que es vicepresidenta.
Fin del debate.
Trump no se ha quedado a gusto;
sale en busca de más cámaras para decir
que ha sido su mejor actuación.
Preguntamos a su partido:
no tiene pelos en la lengua, lo defiende una gobernadora.
Kamala Harris es un desastre, dice su nuera;
¿y eso de que los inmigrantes se comen a las mascotas?
Hay denuncias, asegura un congresista.
Los demócratas, después de un verano convulso,
han recuperado la sonrisa.
"Una mujer espontánea, segura.
Y vimos un Donald Trump enojado, acorralado".
¿Y sobre sus cambios de posición de Kamala Harris
a lo largo de su carrera?
Está buscando consensos, responde un gobernador.
Un antiguo cargo de Donald Trump ahora dice que su exjefe
está fuera de control
y mientras tanto Kamala Harris acaba de cosechar
el apoyo más buscado,
el de la cantante más popular, Taylor Swift.
Diferencias sobre economía y derechos reproductivos
La economía, principal inquietud de los votantes estadounidenses, ha abierto el debate. La candidata demócrata ha criticado las políticas llevadas a cabo por Trump durante su etapa en la Casa Blanca y ha subrayado la labor de la actual administración para "limpiar el desastre" de su predecesor, al que ha acusado de querer bajar los impuestos solamente a los ricos.
Trump, por su parte, ha insistido en que su gestión trajo la "mejor etapa económica" del país y ha culpado a su rival de "destrozar" Estados Unidos al achacarle el alto nivel de inflación actual, "posiblemente el peor de la historia de nuestra nación", según el líder republicano.
Como viene siendo habitual en sus mítines, Harris tampoco ha tardado en hacer referencia a sus orígenes humildes y ha puesto sobre la mesa su "plan para una economía de oportunidades". En un descafeinado intento de dar a conocer sus propuestas políticas, la candidata demócrata ha mencionado, entre otras cuestiones que ha abordado de manera superficial, su intención de implementar deducciones fiscales para pequeñas empresas, desgravaciones para familias jóvenes y ayudas para incentivar la natalidad.
El republicano, que se ha desmarcado del conocido como Proyecto 2025 — una polémica iniciativa de un grupo ultraconservador para reformar el gobierno federal — ha insistido en que es "un libro abierto" y que su propósito es "bajar los impuestos" y crear, de nuevo, "una gran economía".
El debate en torno a los derechos reproductivos ha sido el segundo gran tema de la noche. La candidata demócrata ha defendido el derecho de las mujeres "a decidir" y ha criticado la derogación del histórico fallo Roe VS Wade a manos de los seis jueces a los que Trump "colocó a dedo" en el Tribunal Supremo. El líder republicano, por su parte, ha argumentado que la medida solo trajo al país lo que querían "todos" los estadounidenses, es decir, que, como sucede ahora, sean los estados quienes regulen los límites de este derecho.
La vicepresidenta, por su parte, ha manifestado su intención de volver a garantizar este derecho blindándolo en el Congreso estadounidense y ha acusado a su rival de querer prohibir el aborto sin excepciones. "No voy a firmar ninguna prohibición o veto, porque ya tenemos lo que todo el mundo quería [...], que esto volviera a los estados", ha insistido Trump.
7 de cada 10 estadounidenses, según los sondeos,
tendrán previsto ver el debate presidencial.
No es de extrañar
que se hayan organizado por todo el país
lo que aquí llaman "Watch parties",
fiestas para seguir colectivamente el debate en bares,
terrazas, discotecas,
o clubes políticos como este,
el club republicano metropolitano de Nueva York.
Un centenar de trumpistas se reunían
en una de las ciudades más demócratas del país.
Ovacionan cada intervención del expresidente
y abuchearon las recetas económicas de Harris.
"Trump está lanzando sus mensajes,
pero Kamala se ha preparado mejor de lo que pensaba", reconoce Lou.
Para Irina es importante
que insistiera en que no firmará una prohibición nacional al aborto.
Lo que está claro es que su candidato les divierte.
Nos vamos a Midtown.
Los liberales neoyorquinos han convocado en este bar.
El comentario del republicano sobre migrantes que comen mascotas
en Ohio ya se ha convertido
en el chascarrillo favorito de la noche.
Soy dueña de un gato...
no entiendo qué obsesión tiene esta campaña con las mascotas.
En este otro local queer han dedicado sus cócteles a
Kamala...
Tsunami Azul, coco kamala y Lágrimas de Maga...
Eventos para ver el debate casi como si fuera la SuperBowl.
que atraer y fidelizar votantes, dice uno de los organizadores desde
Queens...
No es casual que los demócratas incluso faciliten una guía animando
a montar watch parties...
o que Harris decidiera cerrar la noche en una de ellas
La primera prueba de fuego de Harris
A sus 59 años, Harris ganó la nominación demócrata tras la precipitada salida de Biden, que abandonó la contienda electoral después de haber reiterado una y otra vez que no lo haría. La irrupción de la actual vicepresidenta supuso un empujón para su partido en los sondeos y acabó con meses de dudas sobre la edad del presidente y su capacidad para vencer a Trump, ya que en los últimos meses el demócrata había protagonizado sonados lapsus que hacían entrever su dificultad para seguir en el cargo.
Solo en las primeras 24 horas tras anunciar su candidatura, Harris recaudó 81 millones de dólares para su campaña y, en el mes de agosto, ha triplicado lo recolectado por Trump. Además, los sondeos, aunque apuntan a que la disputa será muy reñida, sitúan por delante a la candidata demócrata con una intención de voto del 47,1% frente al 44,4% de su rival, según el promedio de encuestas realizado por la web FiveThirtyEight. El resultado final, sin embargo, dependerá de lo que ocurra en siete estados clave (Wisconsin, Míchigan, Pensilvania, Nevada, y Georgia) y el margen allí es mucho más ajustado.
Tras el debate, la cantante estadounidense Taylor Swift ha dado un empujón a la campaña demócrata brindando su apoyo a Harris tras el debate. La influencia de la artista, que tiene más de 280 millones de seguidores en Instagram, donde ha publicado el mensaje, puede ser decisiva para captar votantes.
La primera prueba de fuego de Harris
A sus 59 años, Harris ganó la nominación demócrata tras la precipitada salida de Biden, que abandonó la contienda electoral después de haber reiterado una y otra vez que no lo haría. La irrupción de la actual vicepresidenta supuso un empujón para su partido en los sondeos y acabó con meses de dudas sobre la edad del presidente y su capacidad para vencer a Trump, ya que en los últimos meses el demócrata había protagonizado sonados lapsus que hacían entrever su dificultad para seguir en el cargo.
Solo en las primeras 24 horas tras anunciar su candidatura, Harris recaudó 81 millones de dólares para su campaña y, en el mes de agosto, ha triplicado lo recolectado por Trump. Además, los sondeos, aunque apuntan a que la disputa será muy reñida, sitúan por delante a la candidata demócrata con una intención de voto del 47,1% frente al 44,4% de su rival, según el promedio de encuestas realizado por la web FiveThirtyEight. El resultado final, sin embargo, dependerá de lo que ocurra en siete estados clave (Wisconsin, Míchigan, Pensilvania, Nevada, y Georgia) y el margen allí es mucho más ajustado.
Tras el debate, la cantante estadounidense Taylor Swift ha dado un empujón a la campaña demócrata brindando su apoyo a Harris tras el debate. La influencia de la artista, que tiene más de 280 millones de seguidores en Instagram, donde ha publicado el mensaje, puede ser decisiva para captar votantes.