Pedro del Hierro 'se parte la camisa', como Camarón: así ha sido su asombroso desfile
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En febrero de 2024, Nacho Aguayo y Álex Miralles ya nos adelantaban, ilusionados, que sería un septiembre muy emocionante. La casa celebra por todo lo alto su 50º aniversario y después de inaugurar la exposición comisariada por Laura Cerrato ha invitado a una potente lista de famosos a su desfile. Destaca el lugar, la asombrosa Sede del Instituto del Patrimonio Cultural de España, un edificio de Fernando Higueras y Antonio Miró Valverde conocido como la "Corona de espinas". Un escenario espectacular para un día grande en el que han tirado la casa por la ventana: la lista de invitados es tan potente como la lista de modelos de varias generaciones, desde Judit Mascó y Mark Vanderloo a Mayka Merino y Nuria Rothschild, sin olvidar a grandes de la pasarela como Verónica Blume, Oriol Elcacho y Davinia Pelegrí, Vanesa Lorenzo y Madeleine Hjört.
Pedro del Hierro se maneja en los códigos clásicos
La colección mira al pasado, pero solo como espejo en el que saber si está a la altura de lo que hacía el maestro, fallecido en 2015. Y sí, lo está. La línea de mujer rezuma elegancia y maneja los códigos de la feminidad clásica, que se adaptan a los nuevos tiempos. Vemos prendas muy trabajadas, como las chaquetas con aberturas laterales para sacar los brazos sin usar las mangas, vestidos de alfombra roja con volúmenes sofisticados, sin exceso.
Hay piezas más rompedoras, osadas, pero la calma y la sensatez estética, que está desapareciendo, impera. "Hemos tomado muchas referencias de Pedro, las asimetrías, los juegos de colores y amor por las texturas diferentes", dicen Aguayo y Miralles, autor de la parte masculina, que rivaliza en belleza, refinamiento, modernidad y excelencia con la de mujer. "De toda la obra de Del Hierro hemos decidido partir de la colección de 1989/90, que fue la primera mixta que presentó. Pero hemos huido de la nostalgia y no queremos ser anacrónicos. Los dos somos los directores creativos y estamos orgullosos de ser los portavoces de un equipo enorme que está detrás y sin ellos nada sería posible".
Durante meses han trabajado con la presión y los nervios de dos perfeccionistas. No era un desfile normal, y se habían propuesto un gran reto: demostrar, y remarcar, que Pedro del Hierro no es un logo.
Del Hierro, tan rupturista como Camarón
En la parte masculina vemos guiños a aquel final de los 80, con conjuntos de prendas de estilo relajado, en colores suaves y apetecibles. En contraste, trajes de factura recia, esmóquines fabulosos, chaquetas sin solapas, juegos de pantalón con una sobrefalda o pareo. Mucho liso, elegante, pero a la vez mucha textura, excitante. El desfile nos ha llevado al pasado a través de la música: ha comenzado con la Soleá de Miles Davis que Pedro Almodóvar popularizó en La flor de mi secreto, bailada por la gran Manuela Vargas y no ha faltado La leyenda del tiempo, de otro grande, Camarón de la isla. "Cuando publicó ese disco, el mundo del flamenco se le echó encima. Fue un rompedor, un revolucionario y hemos querido asemejar aquel rupturismo musical con el rupturismo estético que llevó a cabo Pedro del Hierro.
Un final de cine
La ovación ha sido larga y los famosos invitados se han puesto en pie para aplaudir con ganas. Viejas glorias de la prensa del corazón, como Isabel Preysler, quedan eclipsadas por talentos del cine como Marisa Paredes, Emma Suárez, Blanca Cuesta, Javier Cámara, María León o Juana Acosta. La realeza de la música, representada por Amaral y Alaska, que ha 'pinchado' tras el desfile han compartido front row con estrellas televisivas e influencers, las dos profesiones que tiene ahora Victoria Federica, que no se ha perdido la fiesta.
Para entender la grandeza de Pedro del Hierro, Premio de Honor de la Academia de la Moda Española, hay que ver el desfile y la exposición, dos formas de acercarse a este visionario que tuvo claro que la moda tiene que ir de la mano de la industria. Hoy, 50 años después de lanzar su firma, la casa que lleva su nombre ha hecho los deberes, sabiendo conjugar la pasarela y la fantasía, con el negocio y lo comercial.