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El mejor periodismo narrativo latinoamericano desembarca en Madrid: crónicas y libros para "llegar tarde" a la noticia

  • Abre en la capital el Espacio Late, librería, cafetería y redacción abierta, "casa" de la Revista Late
  • Reivindican un periodismo lento y en comunidad como antídoto a la precariedad de los medios en la era de la inmediatez

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Mónica Rivero, periodista y socia del Espacio Late, librería, cafetería y redacción abierta
Mónica Rivero, periodista y socia del Espacio Late, librería, cafetería y redacción abierta CEDIDA/ESPACIO LATE

En la era del periodismo de la inmediatez y de la lucha sin cuartel por captar la fugaz atención de lectores y espectadores, una pequeña aldea gala en el centro de Madrid no solo resiste, sino que trata de nadar a contracorriente: apostar por el reporterismo lento, el que llega tarde, por un género largo como la crónica, siguiendo la mejor tradición latinoamericana, e incluso volviendo a lo analógico y a los espacios físicos en los que hacer comunidad.

Se trata de Espacio Late, la "casa" de la Revista Late, un proyecto colaborativo de periodistas de varios países latinoamericanos nacido en 2017 y que hasta ahora funcionaba sobre todo en línea. Pero desde este domingo, cuando abre sus puertas al público, será también una librería, cafetería, redacción abierta y espacio para la creación, con talleres periodísticos y literarios, entre otros.

Es una apuesta política que contradice los tiempos, volver analógico algo que era digital

"Es una apuesta política que contradice los tiempos, volver analógico algo que era digital", cuenta Marta Montojo, periodista española y una de las impulsoras de este proyecto. Especialmente tras el aislamiento pandémico había ganas de verse, "ir a contramano de la tendencia que fue remotizar las relaciones", asegura por su parte Mónica Rivero, cubana y afincada en Madrid desde hace un año. 

Lo han sacado adelante, además, "sin pedir un préstamo a ningún banco".

Daniel Wizenberg, periodista y socio del Espacio Late

Daniel Wizenberg, periodista y socio del Espacio Late

"Lo financiamos organizándonos en red con gente que vive aquí y que no vive aquí", señala Daniel Wizenberg, argentino, en un "ejercicio de innovación periodística para buscar fuentes de financiación que nos permitan ser independientes y mantener un periodismo lento", según Montojo. Los tres reciben a RTVE.es en este espacio recién reformado en el barrio de Malasaña, listo, a falta de unos pocos libros, para recibir a los primeros clientes.

"No hay medios latinoamericanos investigando Europa, siempre es al revés"

En este remar contra la corriente general, también quieren contar Europa a Latinoamérica, y no solo en el sentido inverso. "Esta es una explicación por la cual estamos en Madrid. No hay ningún medio latinoamericano investigando Europa, siempre es al revés", señala Wizenberg. Una apuesta para que "no solamente los latinoamericanos sean narrados, sino que también se transformen en narradores".

Que no solamente los latinoamericanos sean narrados, sino que también se transformen en narradores

Proyectos como Late, en el que ahora participan tanto latinoamericanos como españoles, buscan una "sinergia", una "buena combinación entre la tradición latinoamericana de la crónica y la tradición del periodismo de investigación, de datos", con más raigambre en el Viejo Continente, sigue.

Buscan "complementar la mirada", según Rivero, ya que "hay cosas que tienen que ver con la realidad local que uno como local quizás no puede ver, y viceversa"

Ponen de ejemplo investigaciones que han llevado a cabo, con esta doble mirada de aquí y de allá, en las que demuestran la externalización de los costes ambientales de la industria europea en Latinoamérica. "La política verde europea puede existir porque contaminan en otro lado", apunta Wizenberg, y Montojo ejemplifica: "Hay ríos contaminados en México de empresas que contaminaban el Rin, y ahora el Rin está perfecto". 

Importar un periodismo "que bebe mucho de la poesía"

De la América que habla español han salido nombres históricos y también referentes actuales imprescindibles de la crónica, desde Gabriel García Márquez hasta Gabriela Wiener, pasando por Juan Villoro, Mariana Enriquez, Pedro Lemebel, Leila Guerriero o Martín Caparrós (estos dos últimos, por cierto, participantes del primer taller de Espacio Late hace unos meses).

Wizenberg reivindica la manera de contar latinoamericana, pero no porque haya algo diferente, "especifico", en ella, sino porque no ha sido tan tenida en cuenta a este lado del charco.  "Al final, si el trabajo está bien hecho no importa el pasaporte de quien lo haga, pero nos parece importante que exista esto porque no estaba presente".

Montojo, por la parte española, cree que sí que se puede aprender de un periodismo latinoamericano más literario, como el de Guerriero o Caparrós, con un ritmo que "bebe mucho de la poesía". "La escuela de periodismo muy asentada en España es casi el teletipo, creo que sí que hace falta y hay una sed de algo así, algo con más color".

Rocío Periago, Cullen Munger, Daniel Wizenberg, Marta Montojo y Mónica Rivero, impulsores del Espacio Late

Rocío Periago, Cullen Munger, Daniel Wizenberg, Marta Montojo y Mónica Rivero, impulsores del Espacio Late

"En América Latina los periodistas están bajo la línea de pobreza"

Y más allá de los grandes nombres y tradiciones literarias, recuerda que la gran diferencia con el periodismo de España y otros países europeos es "el presupuesto" con el que se trabaja en América, "y eso que Europa tiene problemas presupuestarios".

"La restricción presupuestaria en América Latina es muchísimo mayor", lamenta, y recuerda que allí, en general, "los periodistas están bajo la línea de pobreza".

Por eso, una organización cooperativa como Late busca "recuperar el oficio como un modo de vida en el cual se pueda vivir bien y producir algo además que nos interese producir". "Que no tenga que sacrificar la realización profesional por la realización económica", añade su compañera cubana.

"Cuando la noticia no está ya en portada queda una historia"

Los fundadores de este proyecto quieren recuperar de aquel periodismo clásico la idea, algo vintage, de llegar tarde. Aunque Late viene de "Latinoamérica Escribe", hay también un juego de palabras con la palabra en inglés para "tarde"

"Vamos a reivindicar llegar cuando la noticia ya no está en los titulares, cuando ya no es portada. Ahí queda una historia, cuando pasa la breaking news queda una comunidad, un entorno del que no se sabe qué fue", reivindica Rivero.

Reivindicar la pausa es un acto político

Niegan que un periodismo como este, de largo alcance, ya no tenga cabida ante el auge de la información al minuto, las alertas en el móvil y el clickbait —titulares engañosos para llevar al lector a acceder a noticias—. "Reivindicar la pausa es un acto político", afirma Montojo.

"Precisamente por la irrupción de la inteligencia artificial y de este periodismo barato, rápido, que nadie está dispuesto a pagar -ya sean los jefes o los consumidores-, la crónica se tiene que perfilar como el género predominante", defiende, "como la alternativa que hay que poner en valor, lo que podemos hacer las personas que no pueden todavía hacer las máquinas".

¿Cómo competir en el "feroz" mercado de la atención?

Otro desafío al que se enfrenta el periodismo actual, recuerdan, es la gran competencia por la atención del usuario. "Es complicado porque hay un mercado de la atención que es feroz, y no solo compites con otros medios y con otros periodistas, sino con todo tipo de contenido", relata Rivero, aunque recuerda que "lo importante sigue siendo el contenido más que el formato, si uno encuentra una historia interesante que tenga una resonancia en la gente, la gente lo va a seguir".

Si uno encuentra una historia interesante que tenga resonancia en la gente, la gente lo va a seguir

Para Wizenberg, la expansión de las redes también tiene ventajas: "Se puede encontrar el segmento que se ajuste a lo que estás produciendo y a partir de ahí construir una comunidad". Cita el caso de otro socio de Late, un reportero y tuitero argentino llamado Fernando Duclos, mejor conocido como Periodistán, que ha creado en Twitter (ahora X) una comunidad con casi 300.000 seguidores, y que ha editado con ellos varios libros de crónicas de sus viajes por el mundo.

Además, ellos apuestan por un periodismo híbrido: no quedarse solo en el texto, sino combinarlo con otros formatos. En este espacio en Madrid habrá por ejemplo grabación de pódcast e incluso teatro de no ficción, entre otras opciones en las que aún están trabajando. Todo, recuerdan, está aún por definir en este laboratorio del periodismo del futuro con una fuerte ancla en el pasado.