El presidente de Irán afirma que la Policía de la moral debería haber salido de las calles: "Se suponía que tenían que parar"
- "¿Aún molesta a la gente?", ha preguntado el mandatario iraní, Mahsud Pezeshkian, sobre el cuerpo de seguridad
- Este lunes se cumplen dos años de la muerte de Mahsa Amini tras ser detenida por agentes de la institución
El presidente de Irán, Masud Pezeshkian, ha afirmado este martes que se "suponía" que la conocida como Policía de la moral debería haber parado sus actividades, cuando se cumplen dos años de la muerte de la joven Mahsa Amini tras ser detenida por este cuerpo de seguridad por supuestamente no llevar bien puesto el velo islámico.
"¿La Policía de la moral aún molesta a la gente?", ha respondido el mandatario a una periodista en su primera rueda de prensa tras tomar posesión del cargo a finales de julio. "Lo miraré. Se suponía que debían parar", ha añadido Pezeshkian, quien durante la campaña electoral insinuó que sacaría a la temida Policía de la moral de las calles, si le era posible.
La periodista a la que respondía le había asegurado que para llegar al lugar de la rueda de prensa en Teherán había tenido que tomar varios desvíos para evitar a los agentes, cuyo cometido es la aplicación del estricto código de vestimenta para las mujeres de la República Islámica.
Más tarde, otra periodista ha insistido en la cuestión de la Policía de la moral y el velo y el mandatario ha insistido en que tratará la cuestión para "llegar a un compromiso" con la otra parte, en una aparente referencia a sectores más conservadores de la política del país islámico.
Aunque fue suspendida tras la muerte de Amini, la Policía de la moral regresó a las calles de Irán a mediados de abril y comenzó de nuevo a arrestar a mujeres que no se cubren con el hiyab. Las detenidas suelen ser liberadas tras la firma de un documento en el que se comprometen a llevar esta prenda.
Dos años de la muerte de Amini
Mahsa Amini murió a los 22 años, el 16 de septiembre de 2022, bajo custodia de la Policía de la moral que la había retenido supuestamente por no llevar bien puesto el velo islámico. Las circunstancias de su fallecimiento nunca fueron aclaradas, pero los hechos provocaron una oleada de protestas sin precedentes contra la República Islámica, protagonizadas por jóvenes y mujeres al grito de "Mujer, vida, libertad", que fueron duramente reprimidas por el régimen de los Ayatolás.
La dura respuesta de las autoridades a las movilizaciones dejó 500 muertos y más de 22.000 detenidos. Además, fueron condenadas a muerte una veintena de personas y, desde entonces, las ejecuciones en Irán han aumentado un 75% con al menos 1.425 personas ejecutadas. La cifra supone casi el doble que en los dos años anteriores a las protestas, cuando se registraron 815 ejecuciones, según ha denunciado este lunes la ONG Iran Human Rights (IHRNGO).
Durante las manifestaciones, Pezeshkian criticó la represión y en la campaña electoral insinuó flexibilizar la política del velo obligatorio e incluso acabar con la temida Policía de la moral. Sin embargo, desde que se impuso en las elecciones presidenciales del 5 de julio y tomó posesión del cargo a finales de ese mes no ha vuelto a abordar el asunto, hasta ahora.
Ahora bien, el presidente iraní tiene una capacidad de decisión limitada en cuestiones nacionales y en política exterior en Irán, donde el líder supremo, Ali Jameneí, ejerce de jefe de Estado con vastos poderes.
La ONU ha denunciado que las autoridades iraníes han intensificado los esfuerzos para eliminar los derechos fundamentales de mujeres y niñas, y atacan cualquier forma de activismo que trate de defenderlas. Mientras tanto, muchas iranís continúan sin usar el velo islámico a pesar de una represión que incluye detenciones por parte de la policía de la moral, la confiscación de vehículos e incluso latigazos.