¿Cómo cambia el cerebro de la mujer durante el embarazo?
- Durante la gestación, el cerebro de la madre pierde materia gris
- Se siguen manteniendo unos niveles muy altos de plasticidad, poco comunes en la edad adulta
La gestación implica un cambio en todos los órganos y sistemas del cuerpo de la mujer. Pero ahora, investigadores de la Universidad de California han publicado en la revista científica Nature Neurology de qué forma afectan estos cambios al cerebro de las embarazadas. Se trata de un estudio que ha constatado cambios neuro-anatómicos significativos de una mujer antes, durante y después de dar a luz, sin que esto suponga algo malo.
La teoría de la mente o la percepción del yo son algunas de las cuestiones qué más varían en este estado. Se debe a que el cerebro pierde materia gris, una zona en la que se ubican la mayoría de las neuronas clave para las funciones básicas como la memoria, el habla o la toma de decisiones. Por otro lado, se ha registrado que aumenta la materia blanca, que ocupa más de la mitad de la masa cerebral y es necesaria para funciones cognitivas como la conectividad neuronal.
Así lo ha corroborado en una entrevista en RNE la investigadora y neuróloga Susana Carmona. "Observamos detrimentos en el estudio de materia gris que tienen un pico o un valle en el momento del parto y que luego revierten ligeramente en el postparto. Tras la expulsión de la placenta y todo el cambio hormonal, algunos de los cambios parecen revertir, pero no llegan a la línea base, especialmente en ciertas regiones", ha puntualizado la autora de Neuromaternal: ¿Qué le pasa a mi cerebro durante el embarazo y la maternidad?.
Mientras que algunas mujeres mantienen estos niveles hasta dos años después, otras los revierten en apenas dos meses.
Una adaptación cerebral para facilitar la maternidad
Aunque en un primer instante la pérdida de materia gris suene como algo peyorativo para la salud cerebral femenina, se trata de un cambio necesario que se asocia con la optimización de funciones. "El problema es que vemos ese cambio como algo malo, pero no tenemos ningún indicador de que esté relacionado con los problemas de memoria o cognición. Más bien al contrario. El cuerpo y el cerebro de la mujer se adapta para facilitar este proceso. Aunque solemos relacionar las reducciones de volumen (de materia gris) con una atrofia o un empeoramiento de funciones, sabemos por otros procesos como la adolescencia, que también se caracterizan por una disminución del volumen, que se debe a una optimización de funciones", ha explicado la experta.
Estas conclusiones, extraídas del primer mapa del cerebro registrado durante la gestación, se explican, sobre todo, por el incremento de determinadas hormonas vinculadas con el embarazo. De hecho, el detrimento de materia gris tiene un pico en el momento del parto, que luego tiende a revertir ligeramente en el postparto.
Es por ello que los investigadores del estudio se han sorprendido de que sigan manteniéndose unos niveles tan altos de plasticidad en la edad adulta.
¿En qué se traducen esos cambios?
Aunque todavía no se han traducido los datos a lenguaje neurológico, todo parece indicar que cuanto más cambia el cerebro durante la gestación, más puntúan las madres en la escala de vínculo maternofilial. "Lo que sí sabemos es que a cualquier mamá que le preguntes te va a decir que se siente muy diferente. Entonces estamos intentando averiguar si eso tiene que ver con la vinculación con el bebé", ha explicado Carmona.