Gerardo Sánchez, director de 'Días de Cine': "He visto más de 30.000 películas"
- Sánchez ha presentado sus Memorias de un cinéfilo sarnoso en el Festival de Cine de San Sebastián
- "De pequeño me fascinaron las películas que vi en el cine Usera", asegura
Lleva al frente de Días de Cine (La 2 de RTVE) 16 de los 33 años que cumplirá el programa el próximo seis de octubre. El cine corre por sus venas hasta el punto de que sus compañeros le retan a recordar películas, directores, actores... que acierta el 99,9 % de las veces. Su vida es cine y el cine es su vida, como nos demuestra en sus divertidas y emocionantes Memorias de un cinéfilo sarnoso (Silex ediciones). Una carta de amor al Séptimo Arte, que presenta este sábado en el Festival de Cine de San Sebastián. Nos referimos a Gerardo Sánchez (Madrid 1960).
"El título —nos confiesa—, es un homenaje a ese deslenguado que fue Groucho Marx y a sus Memorias de un amante sarnoso. Decidí ese título, en lugar de Memorias desmemoriadas, por eso y por una anécdota que me pasó con unos 18 años con un "cinéfilo sarnoso" en la cola del Cinestudio Griffith que fue parecida a aquella de Alvy Singer con Marshall McLuhan en Annie Hall".
Lo cierto es que pocas personas en el mundo entero pueden presumir de ser tan cinéfilas como Gerardo: "Mi hijo, que es ingeniero informático, y muy cartesiano, me ha hecho una evaluación a la baja, comenzando por cuando empecé a ir a la Facultad. La evaluación es de unas 30.000 películas vistas (aunque son más). Y en mi colección personal tengo más de 13.000. Aunque llevo desde hace un año o así sin registrarlas en la base de datos. No me da la vida".
Destacar el prólogo de Elvira Lindo, en el que habla de Gerardo como ese niño que consiguió su sueño: "Cuando le pedí si me escribiría un prólogo al libro y me dijo que 'sí', quedé infinitamente agradecido a la vez que infinitamente aterrorizado. ¿Y si no le gustaba? De modo que varias veces le dije que, si no le gustaba, quedaba por mi parte eximida del compromiso. Pero lo leyó y me dijo que le había parecido precioso. Yo creo que el prólogo que ha escrito dice muy bien de qué va el libro, que es mucho más que un vademécum cinéfilo, es un retrato de época, de barrio, de la infancia y crecimiento, de sensaciones, de nostalgia, con bastante comedia y desenfado para no solemnizar. Mucha gente me dice que se identifican totalmente con lo que he escrito. Y eso me sorprende mucho. Ahora me parece más una novela que unas memorias".
01.30 min
Transcripción completa
Complicado seguir su sombra...
la de un hombre que ha pasado gran parte de su vida
en la oscuridad de una sala de cine...
y al que un grito...
"YABADABADÚUU" le cambió para siempre.
Nació el 30 de septiembre de 1960,
el día que se estrenaban los Picapiedra...
y asegura que eso no puede ser casualidad.
Ahí empezó un idilio con la imagen inquebrantable
hasta hoy...
"La gente cree que se más de lo que se
pero contento porque
el cine es mi vida o mi vida es el cine".
Mente en permanente ebullición y hombre verborreico,
tanto como su libro...
420 páginas escritas por un cinéfilo nada sarnoso
y muy ingenioso.
"Quiero pensar siempre cuando ves esa pelicula
que te hace sentir transportado a otra galaxia.
Cuando sales de ver esa pelicula
eres otra persona de la que habia entrado.
Y eso a mi me parece muy bonito también pasa con libros, músicas".
En un paseo con aquel niño que podía ver
hasta 6 películas al día
y que tuvo en sus padres a sus mejores aliados.
"Lo que yo soy,es por mis padres.
Los milagros no existen no hay nadie tan listo
el que diga lo contrario miente.
Todo se lo debemos a alguien que se ha sacrificado por nosotros".
El laboratorio de Días de cine nunca para
como no para este hombre a muchas revoluciones
al que solo es posible verle quieto cuando disfruta de tantas películas
que le han acompañado hasta hoy,
y las que le quedan.
"Quería, y quiero, ser astronauta"
En el libro, Gerardo confiesa que su primera vocación fue más elevada que la de dedicarse al cine: "Quería, y quiero, ser astronauta. Me fascinaban las películas de ciencia ficción desde muy niño, y me fascinaba ver por la TV (y lo recuerdo aún hoy perfectamente) ver a los astronautas de las misiones Gemini y luego Apolo entrando en las cápsulas y luego la cuenta atrás y el despegue".
Gerardo Sánchez, con ocho años, con un fotómetro colgando del cuello
En el libro también agradece a sus padres que fomentaran esa vocación cinéfila. Pero, ¿cuál fue la primera película que recuerda haber visto en el cine?: "Recuerdo muy nítidamente dos películas vistas en el cine Usera. Recuerdo más, pero por fijar, cualquiera de ellas podría ser 'la primera'. Una es el maravilloso western El oro de Mackenna y la otra una policiaca alemana en blanco y negro titulada Asfalto húmedo (que hace años compré en DVD —en alemán—).
En cuanto al momento en que decidió dedicarse al cine, cree que "fue en la primera semana de la Facultad (estudió Ciencias de la imagen visual y auditiva), aunque había demasiadas cosas que parecían indicarlo".
Además, Gerardo reivindica el cine como experiencia colectiva: "Por supuesto. No es lo mismo ver una película solo que en una sala llena (palomitas, ruidos y maleducados aparte). Elvira Lindo lo dice muy bien en el prólogo. Mi vida está llena de experiencias maravillosas al ver una película en la sala y lo cuento en el libro".
"Nací el mismo día que los Picapiedra"
Leyendo el libro, comprobamos que Gerardo parecía destinado al mundo del cine: "No es solo que yo naciera el mismo día en que Los Picapiedra comenzaron a emitirse en Estados Unidos, el 30 de septiembre de 1960. Esto lo supe 50 años después. Pero es que yo me crie con los dibujos animados de Hanna-Barbera (y los cartoon de Warner, claro), de forma que los Picapiedra formaban parte de mi vida antes de saber que lo eran con esa conexión atan azarosa como cósmica".
"Y desde muy pequeño —añade—, me fijaba en los créditos, porque la voz del doblaje en castellano neutro los decía, de forma que aquello adquiría una especie de solemnidad. Desde entonces leo siempre los créditos de las películas (hasta el minuto tres de los larguísimos créditos finales actuales)".
Esa fascinación por el cine fue creciendo, imparable, de forma que las películas marcaron las etapas de su vida: "Por ejemplo —nos confiesa—, de pequeño me fascinaron esas películas que vi en el cine Usera. Además de El oro de Mackenna, 20.000 leguas de viaje submarino, Ulises..."
"Con apenas doce o treces años, vi tres películas que me marcaron para siempre, en 'Cineclub', un programa de lo que entonces llamábamos 'el UHF' (después La 2) absolutamente impropias para mi edad: Nosferatu, El manuscrito encontrado en Zaragoza y El hombre ilustrado".
"Y epifanías cinematográficas he tenido decenas -añade el director de Días de cine-, Por poner unos pocos ejemplos, Blade Runner, El graduado, Excalibur, Dersu Uzala, Cantando bajo la lluvia, Luces de la ciudad, Amanecer, Centauros del desierto, Con la muerte en los talones... y, por acercarnos en el tiempo, Chungking Express y In the mood for love. O, mismamente, este año: Fallen leaves, La Chimera, o La estrella azul".
Portada de 'Memorias de un cinéfilo sarnoso'
"Veía una media de cinco o seis películas diarias"
En la portada del libro, vemos a Gerardo en su época de la facultad, participando en el rodaje un corto con 20 años. "Yo era el foquista de ese corto infumablemente pretencioso titulado El hombre de los brazos atados. Pero eso no me exime de ser, creo, igualmente pretencioso. Aunque yo creo que si lo hubiera dirigido yo, hubiera sido una comedia disparatada en lugar de un disparate sin gracia. La época de la facultad la resumo en algunos muy buenos profesores, algunos buenos y demasiados malos profesores. Algunos compañeros estudiantes muy pedantes y muchas películas vistas al día. En aquella época yo me veía una media de cinco películas diarias. Cuatro algunos días, seis otros, pero una media de cinco. Una locura. Sí, éramos muy pedantes".
En aquel entonces, Gerardo tenía un sueño: "Siempre pensé que yo podría perfectamente ser director, pero de cine, de alguna película de estudio de Hollywood, en modo "artesano". Lo que no imaginé jamás es que sería director de Días de Cine".
Sobre la película que podría ver en bucle, una y otra vez, Gerardo nos comenta: ¿Cantando bajo la lluvia? ¿Luces de la ciudad? ¿El hombre tranquilo? ¿La fiera de mi niña? ¿Centauros del desierto? ¿2001? (y muchas más)"
Y en cuanto a las que todavía no ha podido ver: "Por suerte sigo descubriendo películas que ni sabía que existían. Películas antiguas mayormente. Hace unos meses conocí Armonías de juventud, que no había visto, de Busby Berkeley de 1940, con una secuencia animada fascinante de George Pal".
Gerardo Sánchez con Emma Suárez
Llegó a RTVE con Naranjito
En 1982, Gerardo Sánchez entró en Televisión Española, coincidiendo con un histórico acontecimiento: "Yo comencé a trabajar en RTVE en el mundial de fútbol como mezclador de video. La primera retransmisión oficial efectuada desde Torrespaña, me tenía a mí de mezclador primerizo con un unilateral para Televisa. Fue muy divertido. Estuve dos meses. Luego al paro un par de meses hasta que me contrataron como montador de vídeo para los Servicios Informativos de RTVE. Una larga historia en la que aprendí lo que no está escrito, porque claramente salías de la facultad sin tener ni idea".
"Como yo era un 'enteradillo' del cine y me lo sabía todo, ya me mezclaba con gente como Antonio Gasset —añade Gerardo—. Años después, cogí una excedencia porque no había manera de salir de montador y hacer otras cosas. En ese momento, en 1991, se creó Días de Cine. Cuando volví, en 1997 y ya como redactor, pasé al Canal 24 horas. Jesús Ortiz, histórico productor de RTVE, me decía cada vez que me veía, que que hacía yo que no estaba en Días de Cine. Algo después, mi amiga Belén García Barragán me decía repetidamente 'tú acabarás dirigiendo Días de Cine'.
Ha conocido a muchos grandes del cine
Como director de Días de Cine ha conocido a muchísimos actores, directores. "Muchos de ellos me han sorprendido. De todos, más conocidos, y menos, me quedo con muchas cosas. De Bayona, el darme él las gracias a mí por tenerle en el programa; y la broma que me hizo con Danny Boyle. Con Pepe Sacristán, recuerdo hablar después de grabar sobre The last picture show, una de sus películas favorita y yo decirle que había salido en Blu-Ray, con montaje extendido, y cambiar sus planes para irse a comprarlo. O cuando Carlos Saura me dijo: "yo tengo a Sara Baras delante, digo 'acción' y baila. Lo hace perfecto, pero yo le digo que repita", mientras sonreía pícaramente. Peter Weir diciendo, mirándome a los ojos, cosas como estas: 'El cine forma parte de todo eso que nos alimenta' o 'Se puede filmar el misterio, pero hay que creer en ello'. Julieta Serrano diciéndome 'tú tenías que haber sido actor' o Blanca Portillo diciéndome que era la segunda vez en su vida que alguien la entrevistaba sin mirar papeles. En fin, hay muchas cosas más".
Destacar también las numerosas anécdotas que recoge Gerardo, algunas junto a esos grandes del cine: "Mucha gente me decía que me parecía a Danny Boyle, y cuando vino a presentar Trainspotting 2, me llamaron de Sony para que nos conociésemos, porque a él le habían dicho que había un español que parecía su hermano gemelo. Y cuando llegué a donde estaba me recibió al grito de 'My brother'. Y nos hicimos una foto. Menos mal que ese día no me había puesto una camisa blanca y una chaqueta azul, porque entonces sí que habría sido el colmo de los colmos".
Gerardo Sánchez con Danny Boyle
También es un gran melómano
Gerardo también es un gran melómano, hasta el punto de que muchas veces, tras ver una película, se ha ido corriendo a comprar la banda sonora. "La música es para mí una especie de Magdalena de Proust. Me evoca cosas de todo tipo. Tengo miles y miles de músicas en la cabeza. He sido comprador casi compulsivo de Bandas Sonoras, y por supuesto me gusta la música clásica y el rock. Mi vida no sería lo mismo sin Los Beatles".
Por eso ha creado una lista de canciones para acompañar la lectura de este libro: "He querido hacer una especie de Banda Sonora del libro, pero tengo la impresión de que lo que me ha salido, 242 temas, es tan solo una de las muchas posibles bandas sonoras. Podría haber hecho una con 1000 temas o con 5000. Soy incontinente".
Gerardo Sánchez
"El cine lo tiene complicado"
En cuanto al futuro del cine, Gerardo es un poco pesimista: "El cine, como lo hemos conocido, lo tiene complicado. No soy gurú de nada, pero creo que la experiencia en sala, que es el 95% de mi experiencia cinematográfica, no volverá. El cine además está olvidando ese lenguaje maravilloso que se forjó durante el siglo XX, cuando era el séptimo arte y el arte del siglo XX. No es broma, a veces en Días de Cine hemos hecho ese juego de Fahrenheit 45, diciendo que seremos "los hombres películas" (y mujeres) deambulando por el bosque y recitando películas como los resabiados repentes que somos (al menos yo creo que lo soy)".
Pero mientras el cine siga, rezaremos porque también Días de Cine siga acompañándonos todas las semanas. Y con Gerardo como director y presentador: "Yo creo que no soy presentador de DDC. Ni Gasset ni yo queríamos serlo, aunque finalmente cada uno a nuestra manera estamos ahí. Siempre he pensado (y en el libro hablo de ello) que salir en TV hace que aumenten exponencialmente tus posibilidades de convertirte en un imbécil. Vanitas pecata mundi. La TV es una hoguera de vanidades. Mi madre siempre me decía que salía muy poco (o nada) y que otros "salían" y yo le decía "mamá, es que se vuelven idiotas". Pero las madres suelen tener razón. Hago lo que hago y está bien hecho, aunque una vez alguien de forma imprudente me dio su permiso para presentar el programa haciendo "esas cosas tuyas" (se refería a hacer el payaso, supongo)".
Desde que Gerardo es director, el programa no deja de innovar: "Sobre los cambios, me aplico la máxima del Príncipe de Salina en El Gatopardo: "Algo había de cambiar para que todo siguiera como estaba". 33 años tiene Días de Cine (bueno, los hace el próximo día 6 de octubre). Hemos cambiado cosas a veces por evolución natural y otras por necesidad, como la idea de esos invitados semanales, hombres y mujeres al 50% religiosamente, que fue algo obligado en un momento dado de forma inesperada, lo que me obligó a retomar una idea de tiempo atrás y darle la forma que conocemos ahora para articular el programa. En cuanto a los premios de Días de Cine, fueron una idea loca, maravillosa, que no ha hecho más que darnos satisfacciones, y por supuesto, mucho trabajo que hacemos con entusiasmo insultantemente infantil. Vamos a por la edición número 12 el próximo 15 de enero de 2025"
Días de Cine es uno de los mejores programas cinematográficos de la historia y Gerardo destaca que: "Un programa como este solo puede existir en una televisión pública como es RTVE. De hecho, no hay otros programas así en el mundo. A veces surge uno, pero muere al poco tiempo. Todo el mundo ve películas y todo el mundo creo, por tanto, que sabe de cine y por eso al cine se le da el poco valor que se le da. Me temo que eso es lo que pienso".
"Y por supuesto me gustaría ver a Días de Cine cumpliendo 50 años. Lo mejor está siempre por llegar. Aunque no sea conmigo", concluye Gerardo.
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