El Consejo de Seguridad, a debate en la Cumbre de la ONU: "Está bloqueado, usan el derecho a veto según sus alianzas"
- El secretario general de la ONU, António Guterres, ha reconocido que el Consejo está "desactualizado"
- El órgano está formado desde su creación, en 1945, por el Reino Unido, Francia, China, Rusia y Estados Unidos
La Cumbre del Futuro se celebra por primera vez en Naciones Unidas. Se trata de un encuentro en el que los líderes de hasta 130 países tratan un asunto que viene de largo: la reforma del Consejo de Seguridad de la ONU.
En el marco de la Asamblea General de Naciones Unidas, la cita anual en la que se han escuchado momentos históricos como el discurso del chileno Salvador Allende o la primera intervención de un líder de Sudáfrica, de Nelson Mandela, el secretario general de la ONU, António Guterres, reconoce que el Consejo está "desactualizado".
Este órgano está formado desde su creación, en 1945, por el Reino Unido, Francia, China, Rusia y Estados Unidos. Son los miembros permanentes y tienen el derecho a veto, es decir, deciden si una resolución se aprueba o se rechaza. A pesar de que el Consejo de Seguridad también está compuesto por diez miembros no permanentes que van rotando, son los ganadores de la II Guerra Mundial los que tienen la última palabra en decisiones importantes, como pedir un alto el fuego en una guerra. Desde hace casi 80 años, la razón de su creación ha sido la de preservar la paz y evitar conflictos en el futuro.
Objetivo incumplido
Sin embargo, a día de hoy, hay más de una veintena de conflictos activos en el mundo. Además de la ofensiva sobre Gaza o Ucrania, también hay guerras en Sudán, Yemen o Burkina Faso. La profesora de Organizaciones Internacionales en la Universidad Carlos III Florabel Quispe alerta de que los intereses políticos impiden a estos cinco miembros permanentes cumplir su objetivo: "Ahora mismo Naciones Unidas es un muerto en vida porque el Consejo está bloqueado, ya que usan el derecho a veto según sus alianzas".
Los países que más abusan de ese privilegio son Estados Unidos y Rusia. El 75% de las veces corre a cuenta de ellos. Según el informe de Oxfam Internacional 'Veto a la humanidad', ocho de las 12 resoluciones relacionadas con Palestina e Israel han sido vetadas, también 15 de las 58 relacionadas con Siria o cuatro de las siete sobre Ucrania.
Las consecuencias de estas decisiones, llevadas a cabo por apenas cinco países de los 193 que integran Naciones Unidas, repercuten sobre millones de personas. El texto de la organización indica que más de 230 millones necesitan ayuda urgente, lo que supone un incremento del 250% desde 2015.
La responsable humanitaria de Oxfam Internacional, Marta Valdés, explica a RNE que las consecuencias van más allá: "Millones de personas en crisis no reciben asistencia". Añade que hay mucha descompensación: no hay ninguna resolución relacionada, por ejemplo, con la crisis de Etiopía.
Propuestas de reforma
De los cinco miembros permanentes, no hay ni uno solo que pertenezca al continente africano. Tampoco de regiones enteras como América Latina o el Sudeste Asiático. "No necesitamos una bola de cristal para ver que los desafíos del siglo XXI requieren de mecanismos globales de resolución de problemas más efectivos, interconectados e inclusivos", asegura Guterres.
Por ello, muchas voces se han alzado con propuestas para reformarlo. Maya Ungar, que forma parte del grupo de investigación Crisis Group y especializada en la ONU, explica que hay un grupo de Estados -Brasil, Alemania, India y Japón-, que lleva dos décadas tratando de conseguir ser miembros permanentes en el Consejo. Marta Valdés considera que se tiene ampliar y, además, se tendría que eliminar la capacidad de veto.
La meta es que las decisiones del Consejo de Seguridad de la ONU no vayan en contra de la voluntad de la Asamblea General, cuyas decisiones no son vinculantes, pero ahí sí están representados todos los Estados. Por el momento, los líderes firmaron este domingo una declaración comprometiéndose a trabajar para que este órgano sea más inclusivo. Pero es el propio Consejo de Seguridad el que tendría que aprobar un nuevo sistema. Rusia ya ha rechazado esta propuesta.