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Keir Starmer pide el respaldo de los británicos para sus políticas tras semanas de críticas

  • El primer ministro ha reconocido las dudas de los ciudadanos sobre sus medidas en el congreso laborista
  • Starmer ha afirmado que no dudará en tomar "decisiones impopulares" si así mejora la economía

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El primer ministro británico pide el apoyo ciudadano para que respalden sus planes políticos
El Primer Ministro británico y líder del Partido Laborista, Keir Starmer, durante la Conferencia del Partido Laborista en Liverpool EPA/ADAM VAUGHAN

El primer ministro británico, Keir Starmer, ha hecho un llamamiento personal a los británicos para que respalden sus planes políticos de reconstruir la nación, y ha prometido que pueden ofrecer un futuro con unos estándares de vida mejores, calles más seguras y mayores servicios.

En su primer congreso anual del Partido Laborista en Liverpool como primer ministro, ha intentado ofrecer una visión más optimista de sus iniciativas, lo que supone un cambio desde el tono sombrío que adoptó tras asumir el poder en julio.

Starmer ha reconocido que los británicos podrían dudar de su gobierno después de que sus ministros recortaran la financiación de combustible de invierno a algunos pensionistas. Pese a ello, ha asegurado que no dudará en tomar decisiones "impopulares" si eran necesarias para estimular el crecimiento económico.

"Después de todo lo que has pasado, lo difícil es escuchar a un político pedir más", ha declarado ante los representantes de su partido. "Pero en el fondo creo que también saben que nuestro país necesita un plan a largo plazo y no podemos dar marcha atrás", ha añadido.

El primer ministro ha recalcado que solo tomando "decisiones difíciles" el país podrá alcanzar "más rápido" el desarrollo previsto por su Gobierno.

Cambio de tono y ataque a los conservadores

Las declaraciones de Starmer suponen un giro con respecto a la narrativa anterior de su Gobierno desde que la victoria en julia de los laboristas con una mayoría aplastante que acabó con 14 años de gobiernos conservadores.

En su momento, el líder laborista dijo repetidamente que la herencia del anterior Ejecutivo volvía difícil "maniobrar" para solucionar los numerosos problemas del Reino Unido. Gran Bretaña.

Starmer no ha dudado en volver a enumerar lo que describió como el legado procedente de la decisión de los conservadores al no aumentar el número de plazas penitenciarias, no construir nuevas casas o controlar la inmigración. Todo ello ha dejado una brecha de 22.000 millones de libras (26.400 millones de euros) en las finanzas públicas, una acusación que la oposición niega.

"No olvidéis lo que hicieron y no dejéis que intenten echarnos la culpa, porque el estado de nuestro país recae sobre ellos", ha afirmado.

El cambio de tono sucede también después del discurso de la ministra de Finanzas, Rachel Reeves, que el lunes dibujó un escenario optimista y anunció que podría revisar las reglas fiscales para permitir una mayor inversión pública.

Lluvia de críticas

Acosado por las numerosas críticas tras los recortes en los pagos de combustible en invierno y otras medidas impopulares, Starmer ha buscado restablecer la confianza ciudadana durante su discurso. Todo en un momento en el que la celebración no era la esperada después de que los laboristas regresaran al poder.

El líder laborista enfrenta también una serie de escándalos a raíz de una serie de regalos personales que ha recibido desde que asumió la presidencia, y entre los que figuran gafas de 2.800 euros, cuatro entradas para ver al Arsenal por 2.600 y otras cuatro para un concierto de Taylor Swift por 4.750.

Aunque gran parte de estos presentes han sido "declarados", varios diputados conservadores han aprovechado la ocasión para reclamar una investigación por parte de la comisión de estándares parlamentarios.

Starmer también se ha enfrentado a un interlocutor que le ha exigido saber qué estaba haciendo el Gobierno para salvaguardar a los niños en Gaza, algo que ha sido atajado rápidamente por el primer ministro.

"Mientras él protestaba, nosotros cambiábamos de partido, por eso tenemos un Gobierno laborista", ha declarado, lo que ha hecho que las protestas queden ahogadas por una serie de vítores y aplausos.

Pese a las suspicacias de los últimos meses, Starmer ha pedido a todos los británicos que sean pacientes con su Gobierno, y ha declarado que el dolor a corto plazo será sustituido por una ganancia a largo plazo.

"No lo haré con respuestas fáciles. No lo haré con falsas esperanzas", ha reclamado Starmer. "No se equivoquen, el trabajo del cambio ha comenzado, y apenas estamos comenzando", ha insistido.