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La asociación RedUNE insta al Congreso a incluir la persuasión coercitiva de las sectas en el Código Penal

  • Presentarán en el Congreso 300.000 firmas para dar solución a las víctimas de sectas que quieren denunciar
  • La Policía Nacional insta a denunciar al correo sectasdestructivas@policia.es actividades delictivas de grupos o líderes

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Legislación contra sectas: víctimas y juristas llevan 300.000 firmas al Congreso

La Red de Prevención del Sectarismo y del Abuso de Debilidad (RedUNE) entregará este jueves 26 de septiembre cerca de 300.000 firmas para pedir a los grupos parlamentarios que se ponga en marcha una propuesta de ley con el fin de incluir la definición de persuasión coercitiva en un artículo del Código Penal. El objetivo es dar a los jueces una herramienta que no tenían hasta ahora para poder condenar cuando una víctima denuncie manipulación psicológica por parte de un grupo, un líder o cualquier persona.

Según ha afirmado el presidente de RedUNE a RTVE.es, Juantxo Domínguez, de incluirse la 'persuasión coercitiva', será "una protección a todas las víctimas del delito de la violencia, es decir, desde la violencia de género hasta la trata de personas, pasando por unas dinámicas abusivas tanto de grupos pseudo terapéuticos, piramidales y distintas variedades de grupos coercitivos".

España precisa una regulación legal que criminalice de forma agravada la promoción, constitución, organización y la coordinación o dirección de una organización coercitiva

Domínguez ha explicado que en países como Francia, Bélgica, Luxemburgo, y Reino Unido, la “persuasión coercitiva” y el “abuso de debilidad” en cualquier tipo de relación social ya están incluidos en su legislación.

Asimismo, ha destacado que "España precisa una regulación legal que criminalice de forma agravada la promoción, constitución, organización y la coordinación o dirección de una organización coercitiva". Así, cuentan con el apoyo de más asociaciones y colectivos como la Asociación de Víctimas de Testigos de Jehová, Psicólogos sin Fronteras y la familia de Patricia Aguilar, española captada por una secta en Perú, el caso por el que comenzó la recogida de firmas.

Falta definición en la ley

Por su parte, el abogado especializado en sectas Carlos Bardavío, quien ha colaborado en la redacción de la propuesta, ha destacado la necesidad de modificar el Código Penal para combatir eficazmente los delitos que llevan a cabo los grupos y líderes sectarios. Uno de los principales obstáculos, a su juicio, es la falta de una definición precisa en la ley: “Son términos demasiado ambiguos, lo que dificulta que los jueces puedan tipificar estos comportamientos”.

Asimismo, ha explicado: “España fue pionera en 1995 al incluir un artículo que penaliza el control o la alteración de la personalidad, pero esa norma nunca había sido aplicada hasta mayo de 2024, cuando logramos la primera condena contra un líder sectario por manipulación psicológica”.

Sentencias pioneras al Lama Losel y los Testigos de Jehová

Bardavío fue el letrado que, junto a las víctimas que denunciaron, consiguió dos sentencias pioneras. Por un lado, que el conocido como Lama Losel fuera condenado por controlar y alterar la personalidad de sus fieles con fines de carácter sexual, gracias al artículo 515.2 del Código Penal. 

Es una problemática que no entienden jueces, fiscales, muchos médicos forenses y psiquiatras. Se piensan que son chalados

En este sentido, el abogado destaca que cuando las víctimas denunciaron hace siete años, el Ministerio Fiscal quiso internar a sus clientes en un centro psiquiátrico contra su voluntad. “Es una problemática que no entienden jueces, fiscales, muchos médicos forenses y psiquiatras. Se piensan que son chalados, pero tienen un trastorno de personalidad debido a la manipulación psicológica sufrida”, ha aclarado Bardavío y ha subrayado además que “cuando se interpone una denuncia, alegan que los denunciantes son mayores de edad y que tenían que saber lo que estaban haciendo”.

Por otro lado, consiguieron que un juzgado de Torrejón de Ardoz, en diciembre de 2023, sentenciara que los Testigos de Jehová puedan ser calificados de “secta destructiva”. “Se determinó que existe veracidad en que la organización ejercita un control excesivo sobre sus miembros y en que provoca algún ostracismo social en los miembros expulsados. Es decir, que sus familiares les dejan de hablar, les causan daños psicológicos e incluso ideas suicidas”, ha explicado.

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Bardavío recuerda que en 2024 se ha dado otra sentencia pionera, en Noruega, que ha reafirmado que los Testigos de Jehová utilizan un control de la libertad de opinión y de expresión de los menores y mayores de edad y que “ejercitan una violencia psicológica extrema”. “Noruega ha quitado a los Testigos de Jehová el estatus de religión y las subvenciones”, ha sentenciado.

Sin embargo, el abogado ha hecho hincapié en que las sectas no se limitan a lo religioso: “Ahora se han identificado sectas empresariales, pseudoterapéuticas e incluso en el ámbito de las criptomonedas.

más del 50% de las víctimas de este tipo de manipulación son personas con estudios superiores y de un nivel socioeconómico medio o alto

No es un problema únicamente religioso, sino un comportamiento criminal en el que el líder manipula de forma progresiva, controlando a la víctima psicológicamente”. 

Según su experiencia, el control que ejercen estos grupos es sutil y afecta a todas las esferas de la vida de la víctima, desde lo emocional hasta lo cognitivo, generando una dependencia total. También ha comentado que no solo afectan a personas vulnerables o con problemas previos y ha afirmado que “más del 50% de las víctimas de este tipo de manipulación son personas con estudios superiores y de un nivel socioeconómico medio o alto. Cualquier persona puede ser captada por estos grupos coercitivos”.

La lucha contra las sectas destructivas en España

Nuestro país cuenta, desde 2020, con una estructura específica en la Policía Nacional que lucha contra las sectas destructivas, accesible a través del mail de denuncias anónimas sectasdestructivas@policia.es.

Una experta en sectas destructivas de la Comisaría General de Información de la Policía Nacional ha contado que es complicado calcular cuántas organizaciones de este tipo operan en España: “Muchas veces son grupos pequeños, que actúan en la intimidad y hay pocas denuncias”.

Grupo de personas practicando meditación en un bosque.

Grupo de personas practicando meditación en un bosque.

Es difícil que las víctimas sean conscientes de que están siendo manipuladas. Además, se sienten culpables o avergonzadas, lo que les impide dar el paso de denunciar”, ha explicado. Según la experta, es fundamental que las víctimas sepan que se pueden unir a otras personas afectadas o asociaciones, que no están solas y que existen mecanismos, penales, administrativos y civiles para actuar contra estos grupos.

Captan, adoctrinan, controlan y abusan de las personas

Aunque la Policía actúa sea cual sea el alcance de la organización, la experta ha recalcado que las sectas destructivas son personas o grupos que parten del engaño. “Emplean técnicas de manipulación coercitiva sin el conocimiento y el consentimiento informado de las víctimas. Van conformando una voluntad viciada y, a partir de ahí, captan, adoctrinan, controlan y abusan de las personas”.

En ese sentido, la experta ha puesto como ejemplo técnicas como el control ambiental, emocional y cognitivo; la inducción de estados disociativos de la conciencia a través del empleo de sustancias, meditaciones, mantras, respiraciones profundas, etc.

Así combaten la policía y la justicia las sectas

Así, los líderes, grupos o personas específicas dentro de ciertos colectivos, acaban cometiendo delitos como coacciones, contra la libertad, contra el patrimonio, apropiaciones indebidas, estafas, contra la libertad sexual e incluso trata de seres humanos.

Los expertos consultados concluyen que, además de una reforma legal, es crucial el apoyo de la sociedad y las instituciones para que las víctimas de estos grupos puedan dar el paso de denunciar, obteniendo así el respaldo necesario para salir de una dinámica de control que, en muchos casos, dura años.