Mantener rutinas y evitar dispositivos electrónicos: la primera guía sobre el sueño infantil llega a España
- Expertos en medicina del sueño ofrecen herramientas para entender la importancia del sueño según la edad
- Entre los problemas más frecuentes, la privación de sueño es el más predominante en los más jóvenes
Varios estudios revelan que el 30% de los menores de 18 años en España padecen o han padecido problemas de sueño. Óscar Sans, coordinador del grupo de trabajo de Pediatría de la Sociedad Española de Sueño (SES), señala que esta situación es un indicador preocupante de la salud de los jóvenes, que a menudo ha pasado desapercibida. "Un mal descanso nocturno está vinculado a un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, neurológicas y metabólicas a largo plazo", afirma a RTVE.es. Además, sus efectos se reflejan en el día a día, ya que pueden sentirse más apáticos, irritables y menos concentrados en clase.
Ante esta situación, expertos en medicina del sueño, junto al Hospital San Joan de Déu, han creado la primera guía sobre el sueño infantil. "El objetivo es dar a los padres herramientas para entender la importancia del sueño y su normalidad según la edad", explica Sans. Titulada Guía Faros sobre el sueño normal y sus trastornos en Pediatría, se ha presentado este martes en la 32ª Reunión Anual del SES y estará disponible en 2025. No obstante, este experto ha compartido un adelanto de su contenido.
"Vivimos en una sociedad privada de tiempo"
Lo primero en lo que esta guía nos quiere hacer reflexionar es sobre la importancia del sueño en nuestro organismo. "Es una necesidad fundamental. Nos permite regenerarnos y descansar de todo lo que hemos hecho durante el día, tanto el cuerpo como la mente.
Además, sabemos por estudios, que permite prevenir futuras patologías". Pero esta función esencial choca con la realidad de la mayoría de la población.
"Vivimos en una sociedad privada de tiempo que nos lleva a sacrificar horas de sueño", destaca el experto. Una situación que se ve reflejada en los datos, ya que España ostenta el récord en consumo de ansiolíticos y fármacos para dormir del mundo. Según el experto, los hábitos poco saludables y los ritmos inagotables de trabajo influyen, a lo que se suma una visión negativa del sueño alentada por frases como "duerme el que es vago" o "el que no quiere trabajar".
Un ritmo frenético que también se está observando en los más jóvenes quienes, según apunta Sans, las investigaciones muchas veces marginalizan. "Esta guía busca ampliar el foco en ellos, ya que cada vez estamos viendo más casos en consultas de niños y niñas con problemas, así como otras patologías", añade.
La falta de sueño predomina entre los más jóvenes
Entre los problemas más frecuentes, la privación de sueño es el más predominante en los menores de 18 años. "Estos niños, que van privados de sueño, no acaban aprovechando la jornada escolar. Se quedan dormidos en las primeras horas y la clase acaba pasando por ellos". Lo que, más tarde, puede llevar a una disminución del rendimiento académico y el fracaso escolar.
Las madres y padres, por su parte, explica el experto, notan esta falta de sueño, motivo habitual de consulta, a nivel conductual: "Descansar poco o mal acaba provocando que a medida que pasa el día, sobre todo en el caso de los más pequeños, aumente la irritabilidad y les cuesta más hacer las cosas". Mucho tiene que ver las jornadas escolares, largas en comparación con otros países europeos, que no dejan casi tiempo para el descanso. "Muchos llegan de extraescolares y se tienen que poner a hacer deberes, por lo que sacrifican la siesta. En cambio, ningún padre se plantearía sacrificar la cena".
“No acaban aprovechando la jornada escolar“
En el caso de los adolescentes, la situación se agudiza con el uso excesivo de los dispositivos móviles y su influencia en las horas de sueño. "La exposición a la luz brillante que tienen los móviles y las tablets les dice a nuestro cerebro que toca estar despierto, lo que puede llevar luego a un problema para conciliar el sueño".
Esta acción hace que una sustancia que abre la puerta al sueño, la melatonina, que es segregada en condiciones de escasa luz y para iniciar el sueño, no lo haga y se desajuste. "Hace que todo nuestro ritmo de sueño y de vigilia se altere". Asimismo, Sans subraya que a esto se añade los cambios en los patrones de sueño en la adolescencia, ya que según crecemos el ser humano se vuelve más nocturno. "Es la tormenta perfecta, ya que estos jóvenes se acuestan tarde y luego deben de madrugar para las clases".
Pautas para cuidar el sueño
Pese a que parezca mentira, la recomendación más importante es la de mantener unas buenas rutinas y hábitos de sueño. "Todo lo que hacemos durante el día va a favorecer o empeorar nuestro inicio de sueño, por lo que hablamos de rutinas de 24 horas". Además de evitar usar dispositivos digitales antes de dormir, Sans también recomienda evitar las cenas copiosas tardías, ya que esto va a hacer que les cueste conciliar más el sueño al decirle a nuestro cerebro que persiste la digestión. "El intestino es conocido por ser el segundo cerebro por la gran cantidad de neuronas que tiene y está muy relacionado con nuestro reloj biológico".
Asimismo, también aconseja que la actividad física no se realice a última hora de la tarde, sino que se plantee mejor por las mañanas. Las horas de sueño recomendadas a partir de los seis años hasta la adolescencia son unas 10 horas.
En cuanto a los bebés lactantes, los consejos pasan porque se levanten a la misma hora y que las siestas, fundamentales para su desarrollo, sean de la misma duración y no más tarde de las cuatro de la tarde. "Es recomendable que, hasta el año de edad, duerman una media de 14 horas, contando los momentos de siesta. A partir de ahí lo recomendable serían unas 12 horas", añade el experto.
No cambiar los horarios y rutinas el fin de semana es clave para los adolescentes. Muchos creen que pueden recuperar horas de sueño con una "maratón", pero esto genera el llamado jet lag social. "Es como si viajaran a Nueva York el fin de semana. Esa creencia es errónea y solo provoca que inicien la semana desajustados en sus horarios de sueño". Es aconsejable que duerman un poco más de 8 horas entre diario.
La guía también aborda los problemas de sueño en niños con trastornos del neurodesarrollo, como autismo o TDAH, que, en algunas enfermedades, puede llegar afectar hasta al 80% de los casos. Sans subraya que dormir mal agrava los síntomas diurnos de estos trastornos, lo que hace esencial prestar atención para mejorar la calidad de los pacientes y sus familiares.
Conocer y reconocer la falta de sueño
No obstante, Sans señala que lo más importante es preguntarse cómo se levanta el niño o la niña por la mañana y cómo funciona durante el día. "Observar eso te dará la clave para saber si tu hijo está durmiendo lo suficiente, así como si lo hace bien o no".
En este sentido, el papel de los profesores y profesionales de la Atención Primaria también es fundamental, ya que muchas veces son los primeros en percibir que el niño o el adolescente no está descansando bien. Y la formación de estos actores, además de las familias, es clave para poder identificarlo. "Al final, no afecta de la misma forma la falta de sueño en un niño que en un adolescente. Mientras que el primero estará más desconcentrado, el más mayor sentirá un efecto de somnolencia".
El investigador considera que, igual que pasó con las dietas saludables en su día, hay que explicar cuatro cuestiones básicas sobre la importancia del sueño, especialmente en las escuelas. "Conocer un poco nuestra fisiología y cuáles son los signos y síntomas para reconocer la falta de sueño", concluye.