Svalbard, deshielo por el cambio climático y tensión por la guerra de Ucrania
Noticia Documentos TV
- El archipiélago noruego en el Ártico es el lugar habitado más cercano al Polo Norte
- TVE ha comprobado sobre el terreno las consecuencias del cambio climático y la guerra de Ucrania
Las islas Svalbard, en el océano Ártico, son el lugar habitado más cercano al Polo Norte. Los efectos del calentamiento global y el cambio climático son aquí muy notables y visibles.
Ha sido siempre un lugar tranquilo, donde rusos y noruegos convivían en paz y estabilidad. Pero la guerra de Ucrania y las sanciones de Occidente contra Moscú han llegado también hasta aquí, han aparecido los recelos entre los vecinos y las relaciones están congeladas.
El lugar de la tierra que más se calienta
Svalbard se caliente entre tres y cinco veces más que cualquier otro lugar del planeta. "Empecé a investigar aquí porque veíamos que Svalbard era el lugar donde el cambio climático se producía primero y de forma más rápida", nos explica el director internacional del Instituto Polar Noruego, Kim Holmén. Él fue uno de los primeros científicos en dar la voz de alarma y reconoce que, "por desgracia, el clima ha cambiado más rápido de lo que esperábamos".
A Kim Holmén algunos le llaman el rey de Svalbard por sus grandes conocimientos científicos sobre la zona.
"Lo que está ocurriendo en Svalbard y en el Ártico tiene consecuencias en todo el mundo, en la subida del nivel del mar y en el clima global del planeta", advierte el glaciólogo francés, Leo Decaux, que lleva años estudiando los efectos del calentamiento en los glaciares que cubren un 60% del territorio del archipiélago.
Hay más de 2.200 glaciares. "Estamos perdiendo unos tres metros de hielo cada año, cada verano. Este proceso se está acelerando desde hace 30 años", sentencia el glaciólogo francés.
La situación es dramática, en palabras de Kim Holmén. El experto advierte que "el mundo sería más pobre sin el ecosistema ártico. Y la naturaleza aquí cambiará radicalmente. E indica al resto del mundo lo que se avecina. Ya hemos cambiado el planeta y debemos hacer todo lo posible para que los cambios sean los menores posibles".
“El mundo sería más pobre sin el ecosistema ártico. Y la naturaleza aquí cambiará radicalmente“
El equipo de Documentos TV tuvo la oportunidad de comprobar con el científico noruego los efectos del cambio climático que llevan a investigadores como él a hacer llamamientos para que el resto del mundo vea lo que ocurre en Svalbard como una advertencia de lo que ocurrirá en el resto del planeta.
Hilde Falun Strom es una activista defensora del Ártico y creadora de la plataforma Hearts in the Ice (Corazones en el hielo) para promover el diálogo mundial sobre los cambios que se están experimentando en las regiones polares.
"Desde que llegué en 1995 hasta ahora, en 2024, han pasado 29 años y, en este tiempo, la temperatura media en invierno ha subido diez. Diez grados es mucho", nos cuenta. Esta ciudadana científica y exploradora pasó 19 meses en una cabaña, junto a su colega y amiga Sunniva Sorby, aisladas en la inmensidad del Ártico. Durante ese tiempo recogieron datos para proyectos científicos de diferentes instituciones. Y lo hicieron en todas las estaciones del año y bajo todo tipo de condiciones, lo que ha ayudado a los científicos a comprender lo que ocurre en todas las estaciones, lejos de Longyearbyen, la capital de facto de Svalbard.
Longyearbyen, de asentamiento minero a ciudad de científicos y turistas
Longyearbyen es la ciudad más al norte del mundo y en ella todo es lo más al norte: iglesia, cementerio, colegio, hoteles, restaurantes. A pesar de estar situada en un territorio inhóspito, en la localidad viven 2.500 personas, más de la mitad noruegos y el resto de más de 50 nacionalidades. "Se trata de una sociedad loca situada a 78 grados al norte, es decir, muy al norte".
Normalmente, si se da una vuelta alrededor de los 78 grados norte, apenas se pueden encontrar iglús, mientras que, en Longyearbyen, existe esta sociedad urbana única con todas las cualidades de una gran ciudad. Es una sociedad extremadamente dinámica", explica a Documentos TV su alcalde, Leif Terje Aunevik.
Sus gentes acaban atrapadas por la magia del Ártico, a pesar de la dureza de las condiciones de vida durante una gran parte del año y de la naturaleza salvaje que les rodea, en la que el oso polar es el rey.
"En Svalbard hay osos polares por todas partes. Cuando salimos de la ciudad, tenemos que llevar un rifle y una pistola de bengalas. Estamos en su territorio. No es nuestro territorio. Pero si la bengala no lo asusta, si viene y llega a 50 metros, se nos permite disparar, porque se trata de nuestra vida", nos explica Leo Decaux, antes de acometer la subida a un glaciar junto al equipo de Documentos TV.
Pero no fueron ni la ciencia ni el turismo las razones de la presencia humana permanente en esta zona tan remota. La estatua de un minero, en el centro de Longyearbyen, recuerda sus orígenes.
"Todo comenzó en 1901. Un hombre de negocios estadounidense, John Munro Longyear, vino de vacaciones. Cuando regresó a Estados Unidos, se llevó unas muestras de carbón para analizar. La calidad era realmente buena. Regresó tras cinco años. Abrió la mina de carbón número uno, en 1906. Así comenzó la industria minera del carbón en Noruega", nos explica Leif Arne Bjorkas, guía de la mina Gruve 3, que cerró en 1996.
Rusia en Svalbard
Fue la explotación del carbón lo que también llevó hace casi un siglo a Rusia (en aquel entonces, antigua URSS) a adquirir unos asentamientos en el archipiélago noruego. El más grande y activo es Barentsburg que sufre las consecuencias de las sanciones de Occidente contra Moscú.
Solo dos compañías navieras siguen ofertando el trayecto desde Longyearbyen y el turismo ha bajado. Además, las relaciones están congeladas, incluso a nivel científico, algo de lo que se quejan los científicos de uno y otro lado. "Es más difícil importar nuevos equipos. Casi todos los equipos científicos están incluidos en las listas de sanciones", reconoce el director del Instituto del Ártico y del Antártico en Barentsburg, Aleksandr Novikov.
“Las sanciones lo están arruinando todo“
"Las sanciones lo están arruinando todo. No obstante, seguimos apoyando los contactos personales. Sabemos que todo el mundo espera que la guerra termine y que podamos comunicarnos y trabajar juntos por el futuro", asegura Igor Vasilievich, jefe del departamento de Hidrología del mismo centro.
"La parte rusa del Ártico es aproximadamente la mitad de este. Tenemos que encontrar la manera de compartir datos. El medio ambiente no conoce fronteras. La investigación sobre el medio ambiente y sobre el futuro del planeta exige que cooperemos", advierte Kim Holmén.
“El medio ambiente no conoce fronteras. La investigación sobre el medio ambiente y sobre el futuro del planeta exige que cooperemos“
Los asentamientos son propiedad de una empresa estatal rusa, Arktikugol, que es la todopoderosa mano del Kremlin en la zona. Los habitantes del asentamiento proceden históricamente de Rusia y de la zona ocupada de Ucrania. Algunos ucranianos lo abandonaron tras la invasión de su país.
"La mayoría del grupo que se quedó son ciudadanos de las nuevas regiones rusas de la República Popular de Lugansk y la República Popular de Donetsk, que expresaron su deseo de convertirse en ciudadanos de la Federación Rusa", comenta el cónsul ruso, Andrei Chemerilo, siguiendo la doctrina de Moscú.
Rusia planea abrir un centro de educación científica en Pyramiden, su otro asentamiento, ahora abandonado. Y contaría con la participación de China, que busca afianzar su presencia en Svalbard, objeto de deseo de todos porque el deshielo abre nuevas perspectivas para rutas marítimas y para recursos naturales en uno de los lugares más geoestratégicos del planeta.
“Todo el mundo sabe que el Ártico es el futuro, transporte, los recursos“
"Todo el mundo sabe que el Ártico es el futuro, el transporte, los recursos", nos dice el cónsul ruso. "En los últimos años, la Ruta Marítima del Norte se ha convertido en una ruta de transporte cada vez más utilizada y relevante", apostilla Andrei Novikov.
Desde la invasión rusa de Ucrania, el archipiélago noruego es, además, parte de la pugna entre Rusia y la OTAN en el Ártico. "Cerca del 53% del litoral del territorio ártico pertenece a la Federación Rusa. En la zona ártica de la Federación Rusa viven más de 2,5 millones de personas. Usted misma puede valorar la importancia que el Ártico y Svalbard tienen para la Federación Rusa", recuerda, a modo de advertencia, Andrei Chemerilo.