La OCDE revisa un punto al alza el crecimiento de España este año, hasta el 2,8%, y mantiene la inflación en el 3%
- Eleva también el crecimiento español en 2025, hasta el 2,2%, y rebaja la inflación subyacente en 2024 hasta el 2,6%
- La zona euro avanzará el 0,7% este año y el 1,3% el próximo, con Alemania a la zaga de las principales economías
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha mejorado las perspectivas de crecimiento de la economía española. En sus últimas previsiones, publicadas este miércoles, ha sumado un punto al aumento de producto interior bruto (PIB) en 2024, hasta el 2,8%, y dos décimas al de 2025, hasta el 2,2%, pero ha mantenido el dato de inflación.
La revisión al alza del crecimiento es igual a la realizada esta semana por el Banco de España y similar a la del Gobierno, que en la víspera actualizó su cuadro macroeconómico con un 2,7% de variación del PIB este año y un 2,4% en el próximo.
En cuanto a la inflación en España, el organismo con sede en París mantiene su previsión para este año, en el 3%, y mejora la del próximo, cuando bajaría al 2,1%, cifras de nuevo en línea con las del supervisor español.
El mayor ajuste en este sentido se da en la inflación subyacente de 2024. Al restar energía y alimentos sin elaborar, la variación de los precios se estima en un 2,6%, esto es tres décimas menos que en el cálculo realizado en mayo. En 2025, se mantiene en el 2,2%.
Fuentes del Ministerio de Economía han celebrado el dato de crecimiento, que recuerdan que es una décima superior a su propio cálculo y creen que confirma "la fortaleza de la economía española". El departamento que dirige el ministro Carlos Cuerpo ha destacado, además, que se trata de la mayor revisión al alza para una de las principales economías desarrolladas.
El mundo resiste en el 3,2% de crecimiento y la zona euro avanza al 0,7%
El avance de la economía mundial resiste en el 3,2% tanto este año como el próximo, con una escasa revisión en los cálculos, de una décima, en 2024. La OCDE destaca que Estados Unidos se ha fortalecido en el segundo trimestre, gracias el consumo privado impulsado por el aumento de los salarios que supone la caída de la inflación, pero mantiene su proyección de incremento del PIB en el 2,6% este año. La economía estadounidense se desacelerará algo más de lo previsto en 2025, al bajar dos décimas hasta el 1,6%, una caída "amortiguada por la relajación de la política monetaria".
"El crecimiento del PIB también fue relativamente sólido en otras economías avanzadas, como Canadá, España y el Reino Unido", subraya igualmente el informe. Y es que la economía española ha crecido más que los países del entorno de la zona euro, donde se estima un aumento de la producción del 0,7% en 2024 y se ha revisado dos décimas a la baja el de 2025, hasta el 1,3%. La mejora en la unión monetaria respecto al año pasado está respaldada en la recuperación de los ingresos reales y una mejor disponibilidad del crédito.
Entre las cuatro economías europeas que desgrana el informe, el peor dato se lo ha llevado Alemania, con un crecimiento del 0,1% este año y del 1% el próximo, una décima menos de lo estimado en cada caso en el informe de primavera. Por su parte, Francia e Italia han visto mejoradas sus perspectivas de crecimiento en el ejercicio actual (hasta el 1,1% y el 0,8%, respectivamente), pero ligeramente empeoradas en el siguiente (1,2% y 1,1%).
Desde una perspectiva más amplia, son India, Indonesia y China quienes tiran del crecimiento mundial, con variaciones del PIB este año del 6,7%, 5,1% y 4,9%, respectivamente, un liderazgo que mantendrán en 2025 sin apenas variar el ritmo.
En su análisis, la OCDE considera que el crecimiento global está respaldado por un mayor gasto de los hogares, aunque el poder adquisitivo no se haya recuperado plenamente después de la pandemia en algunos países. El comercio mundial sí "se recupera más rápidamente de lo previsto", si bien advierte que el coste del transporte sigue alto y las exportaciones se han moderado.
La inflación volverá al objetivo del 2% a finales de 2025
El informe de septiembre prevé que la inflación vuelva al objetivo del 2% en la mayoría de los países del G20 a finales de 2025, si bien se estima una tasa general media del 3,3% en el próximo año, después de caer desde el 5,4% en 2024. Es más favorable la estimación de la tasa subyacente, que se espera que descienda al 2,7% en 2024 y al 2,1% en 2025.
Si en lo relativo al PIB los datos españoles eran mejores que los del entorno, en la inflación son peores. Frente al 3% este año en España, se espera una tasa general del 2,4% de media en la zona euro, con Italia bajando incluso al 1,3%. En el próximo año, no obstante, la tasa española se reequilibra con el resto alrededor del 2%. En la tasa subyacente, España se sitúa por debajo de la media ya en 2024.
Y a medida que la inflación se modere, la OCDE recomienda a los supervisores monetarios que vayan recortando los tipos de interés, pero "cuidadosamente" para garantizar que las presiones subyacentes se estabilizan de verdad.
La inflación será especialmente elevada en Turquía, pero con visos de moderarse: del 56% en 2024 al 29,1% en 2025. Igualmente, en Argentina se estima un repunte de la inflación al 147,5% este año, para bajar al 46,7% en el próximo. Ambos datos del país sudamericano han mejorado sustancialmente respecto al anterior informe.
Alerta por las tensiones geopolíticas, confianza por la mejora de ingresos
Finalmente, la OCDE advierte de que persisten "importantes riesgos" como las tensiones geopolíticas y comerciales, que pueden frenar la inversión y subir los precios de las importaciones. Preocupa también un hipotético frenazo del mercado laboral y que la inflación no baje tanto como se espera, lo que acabaría desencadenando problemas financieros.
Sin embargo, también encuentra pistas positivas: los ingresos reales se están recuperando, lo que puede aumentar la confianza del mercado y el gasto de los consumidores. Y si el precio del petróleo sigue bajando, la desinflación se acelerará.
Así, el organismo dirigido por Mathias Cormann recomienda aplicar medidas fiscales orientadas a la sostenibilidad de la deuda, para que los gobiernos tengan recursos para reaccionar en el caso de perturbaciones. "Es fundamental redoblar los esfuerzos para contener el gasto y aumentar los ingresos, dentro de unas sendas de ajuste creíbles a medio plazo", concluyen los técnicos en el informe.