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De la petición de perdón a una carta no contestada: un desencuentro México - España que se remonta a 2019

  • España ha decidido no mandar a ningún representante a la toma de posesión como respuesta a la no invitación del rey
  • La presidenta electa, Claudia Sheinbaum, sigue la línea de su antecesor y se mantiene en la necesidad de que se pida perdón

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El choque diplomático México - España: una petición de perdón, la investidura de Sheinbaum y la no invitación a Felipe VI

El próximo 1 de octubre, la nueva presidenta de México, Claudia Sheinbaum, tomará posesión en el cargo y lo hará ante cientos de representantes de otros países, entre los que no estará España. El motivo, México ha decidido excluir de las invitaciones al jefe del Estado español, el rey Felipe VI. El Ministerio de Asuntos Exteriores, encabezado por José Manuel Albares, ha decidido no enviar a ningún representante a la toma de posesión.

La cartera de Exteriores de España ha justificado esta decisión porque considera “inaceptable” que no se haya invitado al rey a dicha toma de posesión. Además, justifican esta decisión en la propia defensa de la corona, tras recordar que es el Felipe VI el encargado de acudir a las tomas de posesión de los presidentes iberoamericanos y es reconocido y querido en esa comunidad.

El rey Felipe VI ha acudido, desde que era Príncipe de Asturias hasta hoy en día, a más de 80 tomas de posesiones en Latinoamérica. La última fue la del presidente argentino, Javier Milei, hace justo casi un año. Un acto al que no acudió el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, por las tensiones diplomáticas entre ambos mandatarios.

Pero, ¿cuál es la raíz de esta situación anómala entre dos países con lazos históricos tan estrechos?

Los inicios de una tensión inesperada

Hay que remontarse a 2019, concretamente al 25 marzo, para encontrar la primera respuesta a una situación anómala e inesperada en la relación diplomática entre los dos países.

Fue aquel día cuando el todavía presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, hizo público que pidió por carta, el día 1 de ese mismo mes, al rey de España, Felipe VI, y al papa Francisco que se disculpasen por los abusos cometidos por los españoles durante la conquista del actual México.

"Envié ya una carta al rey de España y otra al papa para que se haga un relato de agravios y se pida perdón a los pueblos originarios por las violaciones a lo que ahora se conoce como derechos humanos". Estas declaraciones de Obrador fueron difundidas a través de un vídeo publicado en sus redes sociales, concretamente cuando se encontraba en el suroriental estado de Tabasco para conmemorar los 500 años de la Batalla de Centla, en la que los indígenas mayas chontales fueron derrotados por las tropas españolas de Hernán Cortés.

Acompañado de su esposa, Beatriz Gutiérrez Müller, titular de la Coordinación Nacional de Memoria y Cultura de México, el presidente sostenía que "tenemos que pedir perdón y que el año 2021 sea el año de la reconciliación histórica".

Ese año se conmemoraba los 700 años de la fundación de Tenochtitlan, actual Ciudad de México, los 500 años de la caída de Tenochtitlan en manos de los españoles y los 200 años de la independencia de México.

¿Cuál fue la respuesta de España?

En un comunicado, el Gobierno de España reaccionó ante esta petición, lamentando “profundamente” que se hiciese pública esa carta, tras rechazar su contenido "con toda firmeza".

"La llegada, hace quinientos años, de los españoles a las actuales tierras mexicanas no puede juzgarse a la luz de consideraciones contemporáneas. Nuestros pueblos hermanos han sabido siempre leer nuestro pasado compartido sin ira y con una perspectiva constructiva, como pueblos libres, con una herencia común y una proyección extraordinaria", apuntaba el comunicado de respuesta emitido por Exteriores.

En esa idea insistió el por entonces ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, y lo hizo desde Argentina, donde estaba acompañando, precisamente, a los reyes con motivo de una visita de Estado.

"Obviamente, España no va a presentar esas extemporáneas disculpas que se piden. Parece un poco raro que en este momento se plantee pedir disculpas sobre acontecimientos que ocurridos hace 500 años; de igual manera que no vamos a pedir a la República Francesa que presente disculpas por lo que hicieron los soldados de Napoleón cuando invadieron España; o los franceses no van a pedir disculpas a los italianos por la conquista de las Galias por Julio César", sentenciaba con firmeza Borrell ante la misiva de Obrador.

Esa petición del presidente mexicano vino tres meses después de que Felipe VI acudiera a su investidura y dos meses del encuentro que mantuvo con el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez.

En el vídeo difundido en redes sociales, el mandatario mexicano aseveraba que la conquista "se hizo con la espada y la cruz" y recrimina que hubiese "matanzas", "imposiciones" y "se construyeron iglesias encima de los templos" prehispánicos.

¿Cuál fue la respuesta de El Vaticano?

El papa también estaba en el punto de mira de la petición de perdón de López Obrador y también obtuvo su respuesta por parte del Vaticano, que se remitió a una visita del máximo pontífice en 2015 a Bolivia, en la que ya pidió perdón.

Fue en julio, cuando Francisco, primer papa latinoamericano de la historia, pidió "humildemente perdón" no sólo por "las ofensas de la propia Iglesia, sino por los crímenes contra los pueblos originarios durante la llamada conquista de América".

"Aquí quiero detenerme en un tema importante. Porque alguno podrá decir, con derecho, que cuando el papa habla del colonialismo se olvida de ciertas acciones de la Iglesia", afirmó el papa argentino en un acto con los movimientos populares en Santa Cruz de la Sierra.

Obrador tensó más la cuerda ante la negativa española de pedir perdón

Lejos de aflojar la tensión diplomática entre los dos países, el ahora presidente saliente de México, López Obrador, volvió a la carga tres años después, cuando en febrero de 2022 dio un paso más allá y propuso “pausar” las relaciones diplomáticas con España tras acusar a las autoridades y empresas españolas de aprovecharse de México.

Obrador argumentó que la relación con España “no era buena” y que esa “pausa” era para “tomar un respiro” entre ambos países, pero con el matiz de que no suponía romper los lazos diplomáticos.

El presidente mexicano acusó a las empresas españolas de aprovecharse de su país, particularmente en el sector energético. Obrador dijo que México se llevó "la peor parte" de la “promiscuidad” económica y política en las relaciones bilaterales durante las últimas décadas: "Nos saqueaban".

A finales de 2022, en una rueda de prensa desde el Palacio Nacional, López Obrador insistió en que para abrir "una etapa nueva en las relaciones", es importante que haya un "gesto de humildad" en el que se reconozca "el exterminio, la represión, los asesinatos a los pueblos originarios".

La nueva presidenta de México, en la misma línea de Obrador

Este 1 de octubre, Claudia Sheinbaum se convertirá en la nueva presidenta de México y será la sucesora de López Obrador. Una línea continuista en las tensiones con España que ha dejado clara con la no invitación del rey al acto de su toma de posesión.

La presidenta electa dijo a finales de julio estar de acuerdo en que debe haber una petición de perdón por parte de España por “la conquista española” que dejó “muchas masacres y violencia”, aunque insistió en mantener las relaciones bilaterales.

Sheinbaum ya ha respondido a la decisión de España de no mandar a nadie ante la negativa de México de invitar al rey Felipe VI y mantiene la misma decisión que su antecesor.

La presidenta electa respondió con otra misiva a través de su cuenta en la red social X, donde recordó que sí se envió una invitación a Sánchez el pasado mes de julio, pero que la no invitación al rey se debe a la falta de respuesta de este a la carta que Obrador le mando en 2019, reclamándole que pidiera perdón por los abusos "originarios por las violaciones a lo que ahora se conoce como derechos humanos".

En su comunicado, la presidenta electa insistió en que, para el Gobierno que encabezará a partir del próximo martes, "el reconocimiento de los pueblos indígenas es fundamental" y ha recordado que el contenido de la misiva enviada por López Obrador fue aprobada por unanimidad en la Cámara de Diputados y Senadores de México.

"Confío en que esta circunstancia, que hoy pone de manifiesto nuestra diversidad de opiniones, sea también punto de partida para que México y España encuentren pronto nuevas vías de entendimiento", afirma la nota.

México pone de acuerdo al Gobierno y a la oposición

México ha conseguido algo que no ocurría hace mucho tiempo, poner de acuerdo al Gobierno, con Sánchez a la cabeza, y a la oposición, con Feijóo al mando. Ambos han mostrado el rechazo contundente a la decisión de no invitar al rey a la toma de posesión de Sheinbaum y su posterior justificación.

Sánchez ha considerado "inexplicable e inaceptable" esta decisión y ha afirmado que desde el Ejecutivo "no aceptan” la exclusión del jefe del Estado español y que por eso ha decidido no enviar a ningún representante "en señal de protesta".

Yolanda Díaz se ha mantendio fiel al Ejecutivo del que forma parte y tampoco irá al acto de posesión, a pesar de la buena relación que mantiene con Sheinbum. Aunque sí que irá unos de sus diputados en representación de Sumar, será Gerardo Pisarello el encargado de estar en al toma de posesión.

El Partido Popular también ha cerrado filas con el Gobierno ante la exclusión de Felipe VI de la toma de posesión y ha pedido consideración hacia el rey. "Respeto a su majestad el rey y un respeto a España", ha manifestado el portavoz 'popular' Borja Sémper, en los pasillos del Congreso.

Aunque no ha habido tanta unidad desde parte de los socios de investidura, donde ERC se ha desmarcado de la posición del Gobierno a grito de "¡Viva México, cabrones!", que ha exclamado su portavoz en el Congreso, Gabriel Rufián, al ser preguntado por la decisión del Gobierno de no acudir a la toma de posesión.

Desde Podemos, Ione Belarra ha considerado que el Gobierno debería acudir a la toma de posesión a pesar de que Felipe VI no haya sido invitado y ha expresado su preocupación porque el Ejecutivo "esté atando sus relaciones internacionales" a las de la monarquía.

Así está la situación entre México y España a falta de unos días para que la nueva presidenta sea investida en una ceremonia que será histórica para el país, ya que será la primera mujer en su historia que ocupe este cargo.