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Jóvenes en peligro de pérdida auditiva: ¿dispuestos a pasar más de la mitad de su vida sin oír?

  • Más de 1.000 millones de jóvenes adultos en el mundo están en riesgo de sufrir daño auditivo
  • Los hábitos y la exposición al ruido, un factor clave del problema

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Auriculares y música alta pone en riesgo la audición de los jóvenes
Una joven procede a colocarse unos auriculares. GETTY

Hablar en un volumen adecuado. Informar de algo que esté demasiado alto. Usar tapones específicos auditivos en lugares de mucho ruido o música alta. Algunas de estas recomendaciones pueden ayudar a que los jóvenes cuiden sus oídos.  

Susana Martínez tiene 23 años, ha estudiado danza contemporánea y tiene una pérdida de audición de 30 decibelios por debajo de los parámetros normales. Una pérdida que, como ella indica, “no le afecta en conversaciones, en unas condiciones normales”, sin embargo, en entornos altamente ruidosos, ya “puede experimentar algo de dificultad para comprender determinadas palabras”, comenta a RTVE.es. El “no oír bien”, padecer pérdida auditiva es “otra de las grandes olvidadas en el ámbito de la salud”, manifiesta la audióloga y responsable del área pediátrica en centros auditivos RV Alfa, Myriam González. 

Según los últimos datos de 2024, la Organización Mundial de la Salud, se calcula que hay 430 millones de personas en el mundo que tienen pérdida auditiva en forma de incapacidad. Sin embargo, en los últimos años la hipoacusia —disminución de la capacidad auditiva—  incide, cada vez más, en un grupo de edad concreto: los jóvenes. 

Incrementa el peligro de pérdida auditiva en jóvenes

Una chica escuchando música a través de unos cascos.

¿Eligen ser ciegos o sordos? 

La hipoacusia es un daño que se produce en las “células del oído interno” por múltiples factores, expone a RTVE.es el doctor Rubén Polo, especialista en Otorrinolaringología en el Hospital Universitario Ramón y Cajal. Aunque la genética puede influir, la pérdida auditiva puede ser adquirida debido al ruido al que estamos expuestos en la vida diaria, donde nos arriesgamos a sufrir pérdidas de audición irreparables, las que afectan a las células internas o al nervio auditivo.

No son para nada conscientes de que exponerse a ruido de forma continua sea algo que les vaya a provocar hipoacusia

Los expertos consultados coinciden en que existe en la población un “gran desconocimiento de lo que supone” este problema de salud. Tener pérdida auditiva afecta a la comunicación y puede perjudicar el desarrollo cognitivo, el aprendizaje y la capacidad de memorizar. La investigadora del Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBER) y del CSIC, Silvia Murillo relata a RTVE.es, como en las actividades de divulgación sobre el ruido y cuidado auditivo que organizan en institutos y centros escolares, suele plantear a los alumnos si prefieren padecer sordera o una discapacidad visual. “Prácticamente, el 100% preferiría quedarse sordo”, lamenta la científica. “Nos damos cuenta de que ellos no son para nada conscientes de que exponerse a ruido de forma continua sea algo que les vaya a provocar hipoacusia”, añade.

Primer diagnóstico, a los 30 años

Las estadísticas en España de jóvenes con pérdida auditiva son escasas. En este sentido, los de entre 12 a 34 años “no suelen ser diagnosticados de pérdida auditiva hasta los 30”, expresa la audióloga Myriam González y confirma que sus pacientes jóvenes, a partir de la treintena, se dan cuenta de sus problemas de audición en el entorno laboral. 

En el caso de la estudiante universitaria, Susana Martínez, detalla que, en las clases de danza a las que asistía, estaba expuesta a “música alta de forma continua” y además, “los docentes se comunicaban con nosotros a través de micrófonos”, de lo contrario, “era complicado oírles”. 

Víctor Luengo, un joven de 19 años, fue diagnosticado de hipoacusia severa a los nueve años. Desde los 11 años le acompaña un audífono a todas partes para garantizar una buena comunicación. Actualmente, continúa con sus revisiones periódicas de audiología.

Escuchaba la música más alta de lo debido y no le daba importancia

“Cuando inicié secundaria escuchar música con auriculares se convirtió en una de mis aficiones”, explica Luengo. Él estima que ese tiempo de escucha podía prolongarse, en algunas ocasiones “hasta tres horas diarias”. Sin embargo, a través de una de sus últimas audiometrías en 2022, le descubrieron “una pérdida adicional de audición de 40 decibelios”. Un daño que, como comenta el joven, su especialista en audiología atribuye “a la exposición a los auriculares”. “Escuchaba la música más alta de lo debido y no le daba importancia”, reconoce el joven. 

“La previsión es que en España cada vez tendremos más pacientes con hipoacusia a edades más tempranas”, determina el especialista Polo. "La edad en la que comienza la pérdida de audición natural se ha adelantado unos 10 años y ya comienza a partir de los 50”, apostilla.

27 de septiembre,  Dia Internacional de las Personas con Discapacidad Auditiva

27 de septiembre, Dia Internacional de las Personas con Discapacidad Auditiva

Consecuencias en la salud mental

La OMS estima que en el 2050 habrá cerca de 2.500 millones de personas con algún nivel de pérdida auditiva y que más de 700 millones precisarán rehabilitación, lo que equivale a una de cada diez personas afectadas a nivel global. Estas cifras indicarían que la hipoacusia puede pasar a ser uno de los grandes problemas de salud en el futuro. 

La audióloga, Myriam González, y la investigadora, Silvia Murillo, apuntan a que los jóvenes españoles tienen un mayor riesgo de desarrollar pérdida auditiva debido a las costumbres, los hábitos y a una mayor exposición a ruidos de alta intensidad. A raíz de padecer hipoacusia, ambas expertas coinciden en que la pérdida auditiva o sordera afecta a la salud mental. Además de causar problemas de comunicación —confirman las expertas— perder audición puede derivar en problemas de “aislamiento, depresión, ansiedad”.

La ‘música a full’, un factor de riesgo a nivel mundial

Un estudio publicado en 2022 en la revista BMJ Global Health aborda las prácticas de escucha inseguras en adolescentes y adultos.

Cualquier exposición del oído, a más de 90 decibelios y de forma prolongada, puede suponer un daño auditivo permanente

La investigación, llevada a cabo en una muestra de más de 19.000 personas participantes, confirma: casi un 24% de jóvenes de entre los 18 años y 34 años que utilizan auriculares de forma continua y cerca de un 50% que se exponen a ruidos en espacios de ocio —festivales, discotecas y conciertos— pueden estar en riesgo de pérdida auditiva. De la misma forma, el estudio estima que entre 670 y 1.350 millones de jóvenes a nivel global están en riesgo de daños auditivos a causa de estos hábitos. “Cualquier exposición del oído, a más de 90 decibelios y de forma prolongada, puede suponer un daño auditivo permanente”, advierte la audióloga González. 

En el caso de los auriculares, es posible saber y comprobar si el límite de volumen excede lo recomendable.

La regla del 50/50, no usar auriculares más de 50 minutos al día y de una intensidad por debajo de 50 dB

“Si estamos en un entorno en unas condiciones acústicas normales y, sin embargo, podemos escuchar la música que tiene la otra persona en sus cascos, indica que el volumen de su música está muy por encima de los niveles saludables”, indica a RTVE.es la doctora y especialista en Otología y Otoneurología en la Clínica Universidad de Navarra, Raquel Manrique. En este mismo sentido, el doctor Rubén Polo, recomienda tener en cuenta que "la referencia segura es la regla del 50/50, no usar auriculares más de 50 minutos al día y de una intensidad por debajo de 50 dB".

Aumenta el riesgo de pérdida auditiva en jóvenes

Jóvenes en una discoteca.

“Es importante que cualquier persona sea consciente de que los pitidos en cualquier oído al salir de una discoteca o un concierto, son un signo de que el oído está sufriendo”, añade la audióloga González, a la vez que puntualiza que “si ese acúfeno es momentáneo no es un problema”; solo si se prolonga durante varias horas o al día siguiente, puede ser “un indicio de una lesión o daño auditivo”.

A futuros problemas de audición, pequeñas soluciones 

Todos los especialistas coinciden en que la pérdida de audición en que es un problema de salud que, en muchos casos, es evitable. Con respecto a la prevención, la responsable pediátrica de RV Alfa, considera imprescindibles unas pautas básicas para que las personas jóvenes cuiden su salud auditiva: evitar la exposición a ruidos de alta intensidad —por encima de los 85 db— y los sonidos que duren más de una hora, utilizar tapones específicos con filtro que atenúen el ruido y permiten el paso de la voz en el caso de frecuentar lugares con mucho ruido o profesiones específicas.

Entre otras recomendaciones se encuentra acudir a realizarse una revisión audiológica anual, especialmente si tienen antecedentes familiares con pérdida auditiva, sordera o con infecciones de oído. Por último, si un día se levanta un joven y no oye bien o siente un oído taponado o los dos, acudir a Urgencias dentro de las primeras 48 horas. 

Si queremos saber conocer los niveles de ruido que pueden afectar a nuestra audición, es importante saber que los ruidos que abarcan nuestra vida se encuentran entre los 35 y 85 decibelios. Por encima de los 85 db, la población puede apreciar sonidos y ruido que causan molestias. No obstante, para que la audición sea segura, el límite de los sonidos deben estar entre 50 y 55 db

Un semáforo o ‘guion sonómetro’

La OMS estima que más de 1.000 millones de jóvenes adultos en el mundo se encuentran en riesgo de sufrir una pérdida auditiva en unas décadas, que, en muchos de los casos, son irreversibles y a la vez, evitables. Ante las previsiones de una mayor esperanza de vida de las personas a nivel mundial, la doctora y especialista en Otología y Otoneurología en la Clínica Universidad de Navarra, Raquel Manrique, calcula que la población joven que pierda audición en un futuro y viva una media de 90 años, podría pasar “prácticamente más la mitad de su vida sin oír bien”.

Además de la prevención individual, la audióloga González insiste en la importancia de combatir la hipoacusia adquirida en los jóvenes a través de “medidas colectivas”. Un ejemplo de medidas adecuadas en espacios recreativos y de ocio podrían ser “un guion, sonómetro o semáforo” para medir la intensidad del ruido. Concienciar e informar en las aulas acerca de la salud auditiva son las principales medidas que los especialistas proponen para luchar contra este enemigo invisible, que las cifras indican va camino de convertirse en un problema de salud grave.

*Julia Sánchez Guio es alumna de prácticas de Periodismo de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. Esther G. Pérez, redactora jefa de Sociedad, ha supervisado la elaboración de este texto.