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El papa en Bélgica: "Los abusos a menores son la vergüenza y la humillación de la Iglesia"

  • Francisco afirma rotundo que "la Iglesia tiene que pedir perdón y hacer de todo para que no suceda más"
  • Una de las víctimas se ha mostrado "sorprendido y reconfortado" por las palabras del papa en Bruselas

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Visita del papa a Bélgica: dice que la Iglesia debe avergonzarse de los abusos a menores

El papa Francisco ha afirmado este jueves desde Bruselas que los abusos a menores "son la vergüenza y la humillación de la Iglesia" y ha agregado: "tenemos sólo que pedir perdón", durante su discurso a las autoridades durante su primer día de agenda oficial en Bélgica. Por su parte, Jean-Luc, una de las quince víctimas con las que se reunirá esta tarde se ha mostrado "sorprendido y reconfortado" por las palabras del papa.

"Esta es la vergüenza que hoy todos nosotros tenemos, hay que afrontar y resolver el problema", ha añadido en su discurso ante las autoridades del país en el Castilo de Laeken, donde también se reunió con los reyes de los belgas Felipe y Matilde. "La Iglesia tiene que pedir perdón y resolver esta situación con humildad cristiana y hacer de todo para que no suceda más", ha agregado, improvisando sobre su discurso escrito.

Tenemos sólo que pedir perdón y esta es nuestra vergüenza y nuestra humillación

Francisco ha dicho que aunque algunos dicen que los abusos también se cometen entre familiares o en el mundo del deporte, "sólo un caso en la Iglesia es suficiente para probar vergüenza". "Tenemos sólo que pedir perdón y esta es nuestra vergüenza y nuestra humillación", aseveró.

El papa en Bélgica y los abusos sexuales

El sacerdote Rik Deville posa junto a una silla con un mensaje que dice "No más abusos" en la iglesia de Don Bosco, en Buizingen. AP / GEERT VANDEN WIJNGAERT

Francisco también ha apuntado que la Iglesia está afrontando "la plaga" de los abusos a menores "con decisión y firmeza, escuchando y acompañando a las personas heridas e implementando un amplio programa de prevención en todo el mundo" y lamentó los casos de "adopciones forzadas".

El primer ministro belga en funciones, Alexander De Croo, reclamó por su parte al papa Francisco que en relación con los abusos a menores por parte de miembros de la Iglesia "hay que dar pasos concretos" y "escuchar a las víctimas", además de reconocer "las atrocidades" y hacer justicia.

En su discurso en un país donde se está viviendo una fuerte perdida del número de católicos, Francisco explicó que "la Iglesia anuncia una Noticia que puede colmar de alegría los corazones y, con las obras de caridad y los innumerables testimonios de amor al prójimo, busca brindar signos concretos y pruebas del amor que la mueve".

Víctima de abusos: "sorprendido" y "reconfortado"

Estas palabras del papa asegurando que los abusos a menores "son la vergüenza y la humillación de la Iglesia" han generado una primera reacción de sorpresa y alivio entre las víctimas, con las que el pontífice se ha reunido en privado este mismo viernes.

"Esperamos mucho más, pero no creo que pueda aportar eso (...). Es un esfuerzo importante (...). No me esperaba que fuera tan pronto. Sorprendido y, de alguna forma, reconfortado", dijo en declaraciones a la radiotelevisión pública RTBF una víctima belga de abusos sexuales por parte de la Iglesia, identificado como Jean-Luc.

El papa tiene previsto reunirse con víctimas de abusos sexuales de la Iglesia en su visita a Bélgica

Jean-Luc fue víctima de abusos "hace treinta años" por parte de religiosos en Bélgica, y ha calificado la intervención papal como "una buena sorpresa, absolutamente". "Ha hablado de crimen, de perdón", declaraba sorprendido.

Van a tener que decidir y tomar medidas claras, algo que no han hecho hasta ahora

En la audiencia que quince víctimas de abusos sexuales mantendrán con Francisco, Jean-Luc le contará su "historia personal" y le pedirá "que se tomen medidas para que la Iglesia adopte una posición clara respecto a los abusadores". "Los obispos deben tomar decisiones, no van a poder esconderlo debajo del mantel y van a tener que decidir y tomar medidas claras, sin ambigüedad y decidir, algo que no han hecho hasta ahora", ha dicho.

Preguntado por si le alivian las palabras del papa, Jean-Luc ha contestado que sí, porque prepara desde hace mucho tiempo este momento y el discurso del pontífice supone "un gran reconocimiento" antes de la audiencia privada. "Tendré la ocasión de expresar mi dolor, de hablar de fe y, sobre todo, de hablar de mis expectativas (...) Tengo mucha esperanza", ha concluido.

Tristeza por las "adopciones forzadas"

Por otra parte, el papa también mostró su tristeza por las "adopciones forzadas" en Bélgica entre los años 50 y 70 del siglo pasado".  En esas historias espinosas se mezcló el fruto amargo de un crimen y un delito como el robo de bebés, "con aquello que era lamentablemente el resultado de una mentalidad difundida en todos los estratos de la sociedad; hasta el punto que, quienes actuaban de acuerdo a esa mentalidad, pensaban en conciencia que estaban haciendo un bien, tanto para el niño como para la madre", explicó el papa.

A algunas mujeres no se les dio la oportunidad de decidir si quedarse con el niño o darlo en adopción

"Con frecuencia las familias y otras entidades sociales, incluida la Iglesia, pensaron que, para quitar el estigma negativo, que desgraciadamente en esos tiempos afectaba a la que era madre soltera, sería mejor para ambos, madre e hijo, que este último fuera adoptado. Hubo incluso casos en los cuales a algunas mujeres no se les dio la oportunidad de decidir si quedarse con el niño o darlo en adopción", añadió.

Según el podcast Kinderen van de Kerk (Hijos de la Iglesia) del periódico belga Het Laatste Nieuws, emitido en diciembre del año pasado, la Iglesia 'vendió' alrededor de 30.000 niños sin el conocimiento de sus madres, en un período que va desde el final de la Segunda Guerra Mundial hasta los años 80.