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Svalbard, un territorio clave en la geopolítica en la pugna entre Occidente y Rusia

  • El deshielo abre la puerta a nuevas rutas marítimas en el Gran Norte y el acceso a recursos naturales
  • Todas las potencias intentan posicionarse para conseguir una parte del pastel

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Svalbard, el archipiélago que se ha convertido en pieza fundamental para la geoestrategia en el Ártico

Svalbard es un archipiélago en el océano glaciar Ártico bajo soberanía de Noruega. Es el lugar habitado más cercano al Polo Norte y la zona cero del calentamiento global. La zona se ha convertido en los últimos años en clave en la geopolítica, en el marco de la actual confrontación entre Occidente y Rusia y de los intereses de las potencias. Las relaciones entre Longyearbyen, la localidad más importante de Svalbard, y Barentsburg, el principal asentamiento ruso, están congeladas desde la invasión de Ucrania.

El Tratado de Svalbard

Con el deshielo y el calentamiento global, el Ártico ha pasado a ser una pieza fundamental de la geoestrategia global y el archipiélago noruego ha adquirido un papel cada vez más relevante. Es, además, el mejor y más fácil acceso al Ártico. "La corriente del Golfo hace accesible la costa occidental de Svalbard incluso en invierno. Rusia tiene puntos de acceso, pero todos son militares. Están cerrados", explica el alcalde de Longyearbyen, Leif Terje Aunevik. Y añade: "Gracias a Svalbard, somos también una superpotencia ártica al mismo nivel que Rusia, Estados Unidos, Canadá, Groenlandia. Así que, en términos estratégicos, Svalbard es extremadamente importante".

En 1920, el Tratado de Svalbard concedía la soberanía del archipiélago a Noruega que, desde entonces, ha conseguido mantener la estabilidad y la paz. El acuerdo ha sido firmado ya por casi 50 países, entre ellos la mayoría de los de la Unión Europea y de la OTAN, y también Rusia, China o Corea del Norte.

Ahora todos se posicionan a la espera del reparto de los tesoros que surgirán cuando el hielo desaparezca y se abran nuevas rutas marítimas y se pueda acceder a recursos como petróleo, gas, tierras raras o minerales preciosos. "Todo el mundo sabe que el Ártico es el futuro, el transporte, el Ártico son los recursos", nos recuerda Andrei Chemerilo, el cónsul de Federación Rusa en Barentsburg. "En los últimos años, la ruta marítima del Norte se ha convertido en una ruta de transporte cada vez más utilizada y relevante", apostilla el director del Instituto del Ártico y del Antártico en el asentamiento ruso, Aleksandr Novikov. Las rutas del Ártico son entre un 30-50% más cortas que las del canal de Suez y el de Panamá.

Un barco trasnporta carbón en Longyearbyen

Un barco trasnporta carbón en Longyearbyen

El Tratado de Svalbard establecía, entre otras cosas, que los países firmantes podían asentarse en el territorio y explotar sus recursos en igualdad de condiciones, pero bajo las leyes noruegas. Y dispone claramente en su artículo número 9 que el archipiélago no puede ser utilizado con fines bélicos ni militarizarse. Hay países que cuestionan la soberanía de Noruega. Otros, como China, quieren consolidar su presencia. Pekín incluso intentó comprar el último terreno privado en el archipiélago. El gobierno noruego paró la operación.

"La ciencia es una herramienta política para entrar en el Ártico. Es bastante obvio. ¿Y qué hacen las naciones que no tienen masa continental en el Ártico? Construyen enormes rompehielos y buques científicos. Y reclaman tener un pedazo del Ártico. Esto también se puede ver con China. En 2010, reivindicó su condición de Estado cercano al Ártico, lo cual, cuando miras el mapa, suena un poco raro", explica, con cierta sorna, el alcalde de Longyearbyen. "Hay países que están muy interesados en tener presencia en Svalbard, incluso aunque no les sea rentable", afirma la bióloga española Beatriz Albiol.

Rusia, en Svalbard desde los años 30

La presencia rusa en el archipiélago data de los años 30 del siglo XX y se debió al deseo de Moscú de explotar el carbón en Spitsbergen, la mayor y principal isla de Svalbard. El Kremlin no está dispuesto a ceder su importante trozo del pastel. "Una de las tareas del Consulado General es, por supuesto, supervisar el cumplimiento del Tratado de Svalbard en lo que respecta a la Federación Rusa", asegura Andrei Chemerilo.

Desde la invasión rusa de Ucrania, Svalbard se ha convertido, además, en parte de la pugna entre Rusia y la OTAN en el Ártico. El archipiélago está próximo a la península rusa de Kola, que alberga parte del arsenal de Moscú y donde se encuentra la base de su flota del Norte, incluidos los submarinos nucleares.

El cónsul ruso en Barentsburg se encarga de recordarnos, a modo de advertencia, la importancia del Ártico para su país. "Hay que tener en cuenta que cerca del 53% del litoral del territorio ártico pertenece a la Federación Rusa y en esa zona viven más de 2,5 millones de personas que suponen casi la mitad de la población del Ártico. ¿Es el Ártico importante para la Federación Rusa o no? Usted misma puede valorar la importancia que el Ártico y Svalbard tienen para la Federación Rusa".

Una casa al lado de Longyearbyen con una bandera noruega ondeando

Una casa al lado de Longyearbyen con una bandera noruega ondeando

Svalbard es así de clave para la seguridad y la defensa rusas porque su ubicación podría ser fundamental para la OTAN para controlar la flota rusa del Norte, en caso de conflicto abierto. De ahí, la necesidad y la importancia para el Kremlin de conservar los asentamientos y aumentar su presencia en ellos. "Esa es la única razón, porque no es práctico. La minería no es valiosa. El turismo tampoco. No reportan mucho dinero", dice Valeriya Burlachenko. Trabajó de guía turística en Barentsburg, pero lo abandonó tras la detención del opositor ruso, Alexéi Navalni. No quería ser cómplice del Kremlin.

Tanto Rusia como la OTAN han incrementado su presencia militar en el Ártico, prueba de la relevancia de la zona. Para la Alianza Atlántica resulta vital proteger las rutas de transporte y las comunicaciones entre Estados Unidos y Europa. "Es una región de importancia estratégica para la seguridad de toda la zona euroatlántica. En los últimos años, hemos asistido aquí a un aumento significativo de la actividad militar rusa. También percibimos un interés cada vez mayor de China en la región. Por todo esto, la OTAN ha incrementado su presencia militar en el Norte", declaraba, en marzo de 2022, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg.

Vista del glaciar de Svalbard

Vista del glaciar de Svalbard

Rusia y su nuevo eje en el Ártico

"Aunque la guerra terminara mañana, algo se habría destruido. Pero cuando las cosas se destruyen, siempre es posible arreglarlas. Y Rusia es nuestro vecino. No podemos cambiar este hecho, pero no podemos aceptar lo que está pasando", afirma el alcalde de Longyearbyen, consciente de la necesidad de mantener las sanciones contra Rusia, pero también de las consecuencias para Svalbard de las nuevas alianzas que pueda tejer el Kremlin en el archipiélago noruego.

El cónsul ruso en Barentsburg lo dejaba claro cuando le preguntamos por la ruptura de relaciones entre las dos partes y el hecho de que los científicos rusos tuviesen que acudir a publicaciones chinas o indias para sus trabajos, ante la imposibilidad de publicar en las occidentales. "Respecto a los contactos internacionales, no estamos aislados. Nuestros científicos están interesados en los contactos con sus colegas de China e India en el archipiélago. Y nosotros, el Consulado General, facilitaremos que se establezcan estos contactos en un futuro próximo", aseguraba Andrei Chemerilo, en Barentsburg, al equipo de RTVE.

Los lazos entre Rusia y China se están incrementando en el Ártico. De hecho, ya ha trascendido que Moscú planea construir un centro educativo para la ciencia y la cultura en la llamada ciudad fantasma de Pyramiden, uno de sus asentamientos, ahora casi abandonado. Y piensa contar con Pekín y no es descartable que, a través de esa institución, otros países amigos de Moscú consoliden su presencia en la zona.

"Es demasiado pronto para hablar del proyecto en sí. Ya se ha ultimado todo el concepto y el gobierno ruso lo estudiará en un futuro próximo. Pero, en general, en cuanto se haga público, todo el mundo podrá valorar su atractivo. Los estudiantes recibirán formación en este centro, un centro Internacional de Educación Científica", explica el cónsul ruso, sin desvelar más detalles sobre el plan del Kremlin, que, sin duda, reforzaría su presencia en Svalbard.