Enlaces accesibilidad
Análisis

Austria encara sus elecciones generales sin cerco a la ultraderecha ni alternativas políticas sólidas

  • La ultraderecha mantiene el liderazgo en las encuestas y sin rivales que la desafíen
  • Pese a su ventaja, es probable que necesite un socio para gobernar

Por
Austria encara sus elecciones generales sin cerco a la ultraderecha ni alternativas políticas sólidas

El año 2024 ha supuesto para Austria un sinfín de elecciones, desde las europeas a las regionales en Voralberg y Estiria, así como un extenso número de comicios locales. El "terremoto electoral" finaliza este domingo 29 de septiembre con los comicios legislativos. Una cita con las urnas que podría llevar al frente del Ejecutivo austríaco por primera vez desde el fin de la II Guerra Mundial a un partido de extrema derecha.

Aunque el salto de la extrema derecha al escenario político es una novedad para las democracias europeas, en Austria esto no es algo nuevo. "El Partido de la Libertad (FPO) es pionero en Europa porque ha estado presente desde la década de 1950", comenta la profesora de Métodos en Ciencias Sociales en la Universidad de Viena, Sylvia Kritzinger.

"Al principio era una formación económica y liberal que aglutinó a muchos exmiembros nazis, para después adoptar en los 80 un enfoque muy fuerte contra la migración, similar al de muchas formaciones populistas de derecha que hay actualmente en Europa", aclara.

Asimismo, el FPO ha sido incluido en diversas coaliciones de Gobierno, hasta el punto de que su presencia se ha normalizado a lo largo de los años.

La formación ultranacionalista se sitúa primera en las encuestas tras salir victoriosos en las europeas y después del desgaste de un lustro de Gobierno de coalición entre los conservadores del Partido Popular Austríaco (OVP) y los Verdes.

"En las elecciones anteriores, el entonces canciller Sebastian Kurz logró atraer a muchos electores que votaban por el Partido de la Libertad, lo que le otorgó el 37 % de los votos", señala Kritzinger.

Austria, la 'fórmula Kurz' da ventaja a los democristianos

"Pero ahora, varios han vuelto o volverán al FPO, lo que crea una competencia que explica por qué están tratando de enfocarse en los mismos temas", alega.

Pese a su ventaja, la posibilidad de que el FPO asegure una mayoría absoluta es remota, y es probable que necesite encontrar a un socio de coalición para gobernar.

Herencia nacionalsocialista

Fundado en 1955, el FPO está profundamente arraigado al sistema político austríaco. Inicialmente, este representó a los antiguos nazis en la década de 1960, una postura que lo mantuvo al margen hasta la década de 1980.

Austria encara sus elecciones generales sin cerco a la ultraderecha ni alternativas políticas sólidas

El líder y principal candidato del Partido de la Libertad, Herbert Kickl, asiste al inicio de la campaña electoral de su partido en Graz, Austria (7 de septiembre de 2024) LEONHARD FOEGER

Entre 1983 y 1987, el FPO fue socio de Gobierno junto al Partido Socialdemócrata (SPO). Sin embargo, después de que Jörg Haider, hijo de ex nazis, asumiera el poder de la formación, el SPO disolvió la alianza al considerar inasumibles sus tesis ultranacionalistas.

En las elecciones de 1999, el FPO derrotó al Partido Popular Austríaco, y ambos entraron en coalición. Fue la primera vez que un gobierno democrático occidental incorporaba a un partido explícitamente de extrema derecha en su Ejecutivo.

Al precedente le siguió una protesta internacional y sanciones de la Unión Europea que aislaron políticamente a la república alpina. "Este fue el primer caso de un 'cordón sanitario' a la ultraderecha en el continente, y Austria fue el primer país en romperlo", revela Kritzinger. "Desde entonces, lleva sin aplicarse desde hace 25 años".

La última vez que el FPO saboreó el poder fue en 2019, cuando las implicaciones del partido en escándalos de corrupción provocaron la ruptura de su coalición con el OVP y la caída de su líder, Heinz-Christian Strache.

Su sucesor, y actual secretario general del FPO, es Herbert Kickl, quien lejos de seguir la política de normalización de Strache, ve en su proyecto de Austria la creación de un Gobierno iliberal al estilo del primer ministro húngaro, Viktor Orbán. Una postura que demuestra con su distanciamiento de otros partidos de ultraderecha europeos, como el francés Agrupación Nacional de Le Pen o el italiano Fratelli d’Italia de Meloni.

Asimismo, el resurgimiento del FPO es resultado de las múltiples crisis que han azotado a Austria en los últimos años.

"El país está peor que en 2019 en términos de rendimiento económico, siendo uno de los peores de toda Europa [inició 2024 con una recesión técnica]", reconoce el experto senior en Economía Europea del think tank Bertelsmann Stiftung, Thomas Schwab. "Los costes financieros de la pandemia [y energéticos tras la invasión rusa de Ucrania] han provocado una alta inflación, y los responsables del Gobierno han respondido sin una estrategia clara", añade.

Ante la insatisfacción ciudadana, Kickl ha empleado con éxito la retórica de los "inmigrantes" y el "Estado profundo" como chivos expiatorios de todos los males del país. Ello le ha permitido ampliar su base electoral mientras sigue explotando las debilidades del sistema, algo que está logrando ante la ineficacia de otros partidos para responder a su discurso.

Alternativas debilitadas

Frente al FPO, pocas son las alternativas políticas que ofrecen una respuesta sólida a las preocupaciones de la ciudadanía o que resuenen con fuerza entre los votantes.

Austria encara sus elecciones generales sin cerco a la ultraderecha ni alternativas políticas sólidas

El presidente del Partido Socialdemócrata, Andreas Babler, aparece en un cartel de campaña electoral bajo el eslogan "Por tu mejor Austria" frente al Parlamento austríaco en Viena AFP/JOE KLAMAR

"Actualmente, tenemos a los conservadores y los Verdes en el Gobierno, considerados los principales responsables de los problemas de los últimos cinco años", establece Schwab, "y luego los socialdemócratas del SPO, que han experimentado muchas discusiones internas, incluida la incapacidad para decidir a su principal candidato, lo que ha puesto en duda su profesionalismo ante la ciudadanía".

Pese al débil espectro político austríaco, el nuevo líder del SPO, Andreas Babler, ha buscado desarrollar un programa centrado en su base electoral. Esto le ha permitido recuperar parte de su popularidad, aunque llega tarde y es insuficiente para arrebatar los primeros puestos en intención de voto a la ultraderecha.

"Las luchas de los socialdemócratas se centraron en los últimos dos años en la pregunta de cómo responder a la amenaza del FPO; básicamente una pugna por decidir si escorarse más a la izquierda o a la derecha", determina Schwab. "Los más izquierdistas ganaron, lo que es una clara distinción con el pasado, cuando ambas formaciones [FPO y SPO] incluso cooperaban en algunos aspectos", agrega.

La crisis del OVP también merece una atención especial, dado que el partido está perdiendo apoyos en favor del FPO, y no consigue atraer a los votantes de otros grupos políticos. Esto también se debe en gran medida a poseer enfoques similares al partido de ultraderecha en cuestiones como la inmigración.

"Si copias algo, te conviertes en el imitador, y si te enfocas en hacer lo mismo, estás reconociendo y valorando la posición del otro", incide Schwab. "Además, aparece la pregunta de quién lo puede hacer mejor, si el inventor [FPO] o el imitador [VPO], algo que no les reporta éxito en su discurso", remarca.

Incertidumbre en las urnas

Por lo pronto, y pese a su ventaja relativa, los resultados no auguran una victoria absoluta del FPO, por lo que el único socio de coalición viable parece ser el OVP, a pesar de que el líder conservador, Karl Nehammer, afirmase en su cierre de campaña del viernes la imposibilidad de apoyar un Gobierno responsable con la ultraderecha.

Austria encara sus elecciones generales sin cerco a la ultraderecha ni alternativas políticas sólidas

El canciller y jefe del Partido Popular, Karl Nehammer, espera el inicio de un debate político en televisión en Viena, Austria (23 de septiembre de 2024) LEONHARD FOEGER

"Puede ganar en términos de votos, pero solo obtendrá entre un tercio o un cuarto de las papeletas, por lo que si llega al poder, necesitaría otro socio; algo que, tal vez, serviría como amortiguador a sus políticas más radicales", apunta Schwab.

Pese a ello, tampoco resulta descabellado una victoria del OVP, quien ya superó las previsiones en las elecciones europeas en junio para terminar apenas unas décimas por detrás del FPO. De ocurrir este escenario, obstaculizaría el intento de Kickl de reclamar el Ejecutivo como canciller.

Así, y en caso de que los conservadores ganen las elecciones, deberán elegir entre unirse al FPO o formar el primer Gobierno tripartito de Austria junto al SPO y los liberales del NEOS o los Verdes.

"El Gobierno entre el OVP y los Verdes demostró lo difícil que era una coalición entre dos formaciones distantes ideológicamente, aunque lograron implementar algunas de las promesas que hicieron en 2019", comenta Kitzinger.

Cinco Continentes - ¿Cómo de sólido es el nuevo gobierno de Austria? - Escuchar ahora

"Sin embargo, los problemas que fueron percibidas por los votantes del Partido Conservador pueden hacerles pensar ahora que es mejor una coalición con otro partido donde no tengan que comprometerse ni ceder en temas que consideran importantes", declara.

Esta perspectiva alimenta el escenario de una alianza con el FPO, algo que dañaría seriamente el Estado de derecho austríaco. Como ya ha demostrado el FPO con coaliciones regionales, como las que mantiene en Baja Austria, este rechaza valores democráticos fundamentales como la diversidad cultural. En una de sus propuestas más recientes, han tratado de prohibir en escuelas de la región hablar idiomas distintos al alemán.

Si el FPO se alza con el poder, el presidente de la República, Alexander Van der Bellen, aún tiene capacidad para impedir que Kickl entre en la cancillería. Pese a ello, el FPO podría optar por formar una alianza con el OVP prometiendo una nueva dirección que renuncie a sus exigencias más polémicas. Una posibilidad que Van der Bellen, quien ha adelantado que desea evitar una gran crisis constitucional, podría tolerar.

"Tenemos que esperar el resultado electoral, pero es muy difícil imaginar que algún partido de la izquierda vaya a formar una coalición con el Partido de la Libertad, así que el FPO podría verse limitado al VPO", pronostica Kritzinger. "Pese a todo, la historia austríaca también ha demostrado que se pueden hacer arreglos de coalición bastante interesantes una vez que las votaciones han terminado", concluye.