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La ultraderecha austriaca logra una victoria histórica en las elecciones parlamentarias

  • El FPÖ lograría el 28,9% de los votos y se impone por primera vez en las elecciones parlamentarias
  • El resto de las formaciones anuncia su rechazo a pactar un gobierno con los ultranacionalistas

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La ultraderecha austriaca logra una victoria histórica

El partido ultranacionalista FPÖ ha ganado este domingo por primera vez las elecciones parlamentarias en Austria, al lograr el 28,9% de los votos por delante del conservador ÖVP, que obtuvo el 26,3%.

El socialdemócrata SPÖ acaba como tercera fuerza, con el 21,1% También entran en el Parlamento el liberal Neos (9,1 %) y Los Verdes (8,2 %) que han sido el socio minoritario del ÖVP en el Gobierno, y que pierden más de cinco puntos.

El FPÖ, un partido aliado con formaciones ultranacionalistas y de extrema derecha de Europa como Hermanos de Italia o el Fidesz húngaro, logra así su mejor resultado electoral, superando incluso al que tuvo en 1999 el histórico dirigente Jörg Haider. El pasado mes de junio ya logró su primera victoria en una votación nacional, cuando se impuso al ÖVP en las elecciones europeas.

Tras conocer las proyecciones, el líder del FPÖ, Herbert Kickl, se ha postulado para "dirigir un Gobierno" y se ha mostrado dispuesto a hablar con todos los partidos para hacer cumplir "el mandato ciudadano" de cambio.

"Los votantes han hablado y se ha abierto la puerta a una nueva era", ha señalado Kickl, que ha pedido a los demás partidos y también al presidente federal, Alexander van der Bellen, "recapacitar" y asumir la petición de cambio de rumbo.

Rechazo por parte del resto de formaciones

La formación ultranacionalista llevaba meses liderando los sondeos, por encima del Partido Popular (ÖVP) del canciller Karl Nehammer, tras una campaña dominada por la inmigración y la preocupación por la situación económica.

Estos datos suponen una subida de 12 puntos porcentuales respecto a sus resultados de 2019, con su mensaje antiinmigración y crítico con las medidas tomadas por el actual Gobierno, de conservadores y ecologistas, para controlar la pandemia de la Covid-19.

La victoria no garantiza el gobierno para Kickl, cuya figura polarizadora ha despertado recelos entre los líderes del resto de formaciones y que necesita un socio de coalición, ya que solo contaría con 56 de los 183 escaños en la Cámara baja del Parlamento.

El conservador ÖVP, que ha perdido 11 puntos respecto a las elecciones de 2019, ha rechazado coaligarse con el FPÖ y ha criticado los "métodos" de Kickl. Así lo ha señalado su líder Nedhammer, quien ha afirmado que su partido apuesta por "resolver los problemas de la gente y no vivir de ellos", aunque ha admitido que su partido debe analizar "por qué los radicales sacan más votos" que ellos.

Nehammer dijo hoy que, a diferencia de Kickl, su formación quiere resolver los problemas de la gente y "no vivir de ellos".

La ultraderecha gana las elecciones en Austria

El canciller austriaco y líder del ÖVP, Karl Nehammer, atiende a los medios de comunicación HELMUT FOHRINGER / APA / AFP

'Gran coalición'

Una alternativa de gobierno que está tomando fuerza es una 'gran coalición' entre el ÖVP y el socialdemócrata SPÖ, tercera fuerza. Esas dos formaciones políticas, que reconstruyeron el país tras la Segunda Guerra Mundial, sumarían 92 escaños, justo los necesarios para tener la mayoría absoluta.

Andreas Babler, jefe del SPÖ, se ha mostrado dispuesto a iniciar contactos en ese sentido con los conservadores. También se ha ofrecido a entrar en un posible pacto tripartito el partido liberal Neos, que ya gobierna junto con el SPÖ en la región de Viena. Neos aportaría 18 escaños a la coalición, lo que permitiría un Gobierno con más margen parlamentario.

La líder de Neos, Beate Meinl-Reisinger, ha descartado de forma explícita cooperar con el FPÖ, al igual que Babler, quien se había presentado en la campaña electoral como un "cortafuegos" contra el partido de Kickl.

Finalmente, el partido Los Verdes, los socios ecologistas hasta ahora del ÖVP y grandes perdedores de la jornada, se ha mostrado dispuesto a pasar a la oposición.

De certificarse esta victoria, sería un paso más dentro del incremento de apoyos que está recibiendo la extrema derecha en países europeos como Holanda, Francia o Alemania.

El Gobierno debe respetar la democracia liberal, advierte el presidente

El presidente del país, el progresista Alexander van der Bellen, afirmó tras las elecciones que cualquier Gobierno debe respetar los principios de la democracia liberal, como la independencia de los medios, la separación de poderes, la pertenencia a la UE o los derechos de las minorías.

Además, ha recordado que cualquier ejecutivo necesita tener mayoría absoluta en el Parlamento y que si una formación no la tiene, debe convencer y ganarse el apoyo de otras.

Van der Bellen llegó a afirmar en el pasado que se negaría a aceptar a Kickl como jefe del Ejecutivo, una potestad que le atribuye la Constitución austríaca. En un discurso, el presidente indicó que en las próximas semanas consultará con los partidos políticos para ver qué proponen y que opciones de colaboración existen, antes de proceder a encargar la formación del nuevo Gobierno.