Enlaces accesibilidad

Herbert Kickl, el líder de la ultraderecha austríaca que se autoproclama "canciller del pueblo"

  • Kickl ha hecho de la inmigración y la crítica de la gestión del Gobierno los puntos fuertes de su campaña
  • El líder del FPO promete transformar radicalmente el sistema político austríaco y de la Unión Europea

Por
Herbert Kickl, el líder de la ultraderecha austríaca autoproclamado "canciller del pueblo"
Herbert Kickl, líder del Partido de la Libertad de Austria, es vitoreado a su llegada al acto electoral de la formación tras el anuncio de las votaciones en el restaurante Stiegl-Ambulanz de Viena AFP/ALEX HALADA

Herbert Kickl se ha convertido en el protagonista de la política austríaca con su histórica victoria en las elecciones del domingo. El máximo dirigente del Partido de la Libertad (FPO) ha quedado tres puntos por encima de los conservadores del canciller Karl Nehammer, un triunfo inédito, pero insuficiente para gobernar en solitario.

Mediante el eslogan "Fortaleza Austria: cerrar fronteras, garantizar la seguridad", Kickl ha hecho del discurso antiinmigración y la crítica de la gestión económica del Gobierno los puntos fuertes de su campaña electoral.

Ahora, el autoproclamado Volkskanzler (canciller del pueblo, término empleado por el nacionalsocialismo), promete transformar radicalmente el sistema político austríaco y, más allá de eso, el de la Unión Europea.

Desde el momento en que Kickl asumió el liderazgo, el FPO ha abandonado la política de normalización de su predecesor, Norbert Hofer, para acercarse a las tesis iliberales del primer ministro húngaro, Víktor Orban y, en última instancia, a la Rusia de Vladímir Putin.

De la base a la cúpula

Herbert Kickl (1968) se define a sí mismo como un hegeliano de derechas, periodista de formación y graduado en Ciencias Políticas por la Universidad de Viena. A pesar de sus lazos familiares con la socialdemocracia, inició su carrera política bajo la tutela de Jörg Haider, hijo de exnazis e histórico líder del FPO entre 1986 y 2000.

"Lo que ocurrió en 1986 fue que el Partido de la Libertad se dividió y tuvo una discusión interna muy intensa entre ser liberales puros o un enfoque populista de derecha", argumenta el experto senior en Economía Europea del think tank Bertelsmann Stiftung, Thomas Schwab.

"Finalmente, fue Haider quien tuvo éxito y, desde entonces, el partido se ha basado fuertemente en el populismo y en posiciones de derecha y de extrema derecha", incide.

Haider era un amplio conocedor de las tesis ultranacionalistas austríacas, algo que atrajo a Kickl, quien rápidamente se convirtió en su redactor de discursos. Al actual líder del FPO se le atribuyen varios de los eslóganes más polémicos de Haider, como "Sangre vienesa: demasiados extranjeros no hacen ningún bien a nadie" y "Hogar en lugar del Islam".

Durante su período de formación en el FPO, la necesidad de Kickl de conectar con el electorado superaba el deseo de ajustar la doctrina del partido con la democracia austríaca. Se especializó en diseño técnico e ideológico de campañas electorales, una habilidad que desarrolló en 2005 como director del periódico del partido, Neue Freie Zeitung.

Las mañanas de RNE - Josep Cuní - ¿Por qué ha ganado la ultraderecha de FPO en Austria? - Escuchar ahora

En ese año, y hasta 2017, fue designado secretario general de la ultraderecha austríaca y miembro del Consejo Nacional. Fue en este período, y tras la muerte de Haider en un accidente de coche en 2008, cuando Kickl ocupó el ala más radical de la formación.

En diciembre de 2017 alcanzó el cargo de ministro de Interior en la coalición entre el VPO y el FPO, y que mantuvo hasta la caída de la alianza en 2019 por el 'caso Ibiza'.

Tras la renuncia del vicecanciller y líder del FPO, Heinz-Christian Strache, por su vinculación con estos escándalos de corrupción, Norbert Hofer, defensor de la estrategia de normalización del partido, asumió el liderazgo. Durante su período, hubo tensiones con Kickl, quien creía que la formación solo podía fortalecerse mediante la radicalización. Su postura que mantuvo hasta la renuncia de Hofer por motivos de salud en 2021.

Sin rivales políticos destacados en el seno de la formación, Kickl ascendió a la cima del FPO el 19 de junio de ese mismo año. La crisis de la COVID-19 fue su primera prueba para dar a conocer sus polémicas tesis, entre ellas la promoción de los discursos antivacunas, llegando a negarse a llevar mascarilla y a comparar la vacunación con campos de concentración.

Reformar el sistema austríaco

Desde el momento en que ha ocupado el liderazgo del FPO, el objetivo de Kickl ha sido alcanzar el poder. La finalidad: reformar la constitución de Austria en las líneas antiliberales de la Hungría de Orbán.

"¿Cuál es su preferencia política? Está claro que no es Meloni, sino Hungría, porque hay lazos cercanos, ya no solo históricos, también en términos de relación con Orbán", establece Schwab.

"El sistema que maneja Orbán es algo que se puede esperar de un Gobierno de Kickl, y algo que ya vimos la última vez en la coalición con Sebastian Kurz entre el FPO y el VPO donde las tendencias eran, de hecho, controlar los medios o alinear el Ministerio de Justicia a sus designios", argumenta.

Kickl espera una unión estratégica de estos partidos en el Parlamento Europeo, al que llama una "casa común", y cuyo objetivo sería bloquear las reformas de la Comisión Europea que se consideren perjudiciales o contrarios a los "intereses nacionales".

Para su victoria ha tenido que apelar a su base electoral y explotar todas las debilidades del sistema, aprovechando el descontento del público contra ciertas políticas del Gobierno. Kickl, que rara vez hace referencia a las tesis ideológicas del partido, prefiere defender su discurso ante el público austríaco al definirse sencillamente como un "patriota" preocupado.

Sin embargo, las bases actuales del FPO no difieren demasiado de las esgrimidas hace una década cuando Kickl asumió la secretaría general. Principalmente, el líder del FPO recurre a la noción de Leitkultur (cultura dominante) y a la salvaguarda de "la lengua alemana". Asimismo, considera la inmigración, la globalización y los EE. UU. como los principales enemigos de Austria, una visión que lo alinea con el presidente ruso, Vladímir Putin, figura contestataria de Washington.  

A su vez, el FPO de Kickl define a Europa en términos de origen étnico e identidad cultural, al igual que otros discursos nacional-populistas europeos. En su caso, apelar a lo "culturalmente austríaco" responde al ideal de una comunidad caracterizada por "valores tradicionales" y contraria a lo extranjero.

Kickl también ha denunciado que el orden mundial está dominado por "poderes ocultos", una idea que ha extendido en los discursos del FPO y de sus partidarios. En dos preguntas parlamentarias planteadas en diciembre de 2023, el secretario general del FPO, Christian Hafenecker, cuestión al ministro del Interior del ÖVP, Gerhard Karner, y a la ministra de Justicia de los Verdes, Alma Zadić, cuántos miembros de su Ejecutivo eran masones.

Para hacer efectivo su mensaje, el líder de ultraderecha se apoya en un imperio mediático altamente efectivo, entre los que se encuentran proyectos como el canal FPO-TV, en antena desde 2012.

A ello se suman sus canales de redes sociales, que suman un porcentaje cada vez mayor de simpatizantes del FPÖ. Solo en YouTube, la cuenta ha pasado de los 14.000 suscriptores en 2016 a más de 200.000 en 2023, lo que representa un 3% del total de votantes en Austria.

En esencia, uno de los objetivos Kickl se basa en romper la soberanía interpretativa de los medios tradicionales para imponer la doctrina de la formación ultraderechista.

Alianzas extranjeras

Bajo el liderazgo de Kickl, el FPO ha logrado desarrollar una política de contactos con otros líderes de la ultraderecha europea. Entre los nombres figuran alianzas con Agrupación Nacional de Marine Le Pen en Francia o el Partido por la Libertad de Geert Wilders en Países Bajos. Pero también se encuentra la intensificación de las relaciones con Rusia, una retórica de acercamiento similar a la de Orbán.

Por lo general, el carácter etnocéntrico inherente a las organizaciones de ultraderecha dificulta la formación de alianzas duraderas a nivel internacional.

Sin embargo, Kickl ha logrado junto a sus socios políticos europeos compartir una gran convergencia ideológica, sobre todo en lo que respecta a las percibidas "amenazas" a las identidades nacionales. Esta es la inmigración, pero también la invasión rusa de Ucrania y la consecuente ruptura del suministro de petróleo y gas rusos a países de la UE. Una medida que fue altamente lesiva para países dependientes de Moscú, como la misma Austria.

En consecuencia, y tras la victoria de su partido en las elecciones europeas, Kickl fundó junto con Orbán y el ex primer ministro checo Andrej Babis el grupo político Patriotas por Europa. Una formación ajena a otras formaciones ultra en el continente, como el Grupo de Conservadores y Reformistas Europeos liderado por la presidenta italiana, Gieorgia Meloni.

Pese a contar con una alianza reforzada en Europa, puede que la ultraderecha austríaca no lo tenga tan fácil en su propio país. Por lo pronto, tanto en su cierre de campaña electoral, como el domingo tras conocerse los resultados, el canciller y líder del OVP, Karl Nehammer, juró que nunca podría compartir el poder con Kickl.

"Es difícil decir si los conservadores realmente se unirían a Kickl como socio menor, porque esta sería la primera vez que ocurriría y también significaría menos poder para ellos. Por otro lado, dado que la coalición anterior entre el VPO y Los Verdes necesita un partido adicional, sería también muy difícil gestionarlo", concluye Schwab.

Sin el apoyo de los conservadores de cara a hipotética coalición, y ante la condición de una alianza a cambio de que Kickl renuncie a la cancillería, la posibilidad del líder del OFP para gobernar se antoja muy difícil.