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Bruselas pide retrasar un año el veto a las ventas de café, cacao o aceite de palma que causen deforestación

  • La propuesta aún tendrá que ser aprobada por el Parlamento Europeo y el Consejo de la UE
  • Organizaciones ecologistas y eurodiputados verdes, socialdemócratas y liberales han criticado con dureza la decisión

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Bruselas pide retrasar un año el veto a las ventas de café,  cacao o aceite de palma que causen deforestación
Bruselas pide retrasar un año el veto a las ventas de café, cacao o aceite de palma que causen deforestación GETTY

La Comisión Europea ha propuesto retrasar un año, hasta diciembre de 2025, la aplicación de la nueva ley. Esta ley obligará a las empresas a demostrar que productos como café, cacao o aceite de palma no provienen de zonas en deforestación. Bruselas defiende que toma este paso tras escuchar la preocupación de socios internacionales por la complejidad para cumplir a tiempo con el nuevo marco legal comunitario.

En todo caso, para que el aplazamiento sea efectivo, queda aún que tanto los Veintisiete como el Parlamento Europeo den su visto bueno para que la nueva ley se aplique a partir de diciembre de 2025 a las grandes empresas y seis meses después, el 30 de junio de 2026, a las microempresas y pymes. 

Uno de los primeros en manifestarse en contra ha sido el excomisario de Medio Ambiente que negoció la reforma, el lituano ecologista Virginijus Sinkevicius, quien en un mensaje difundido en redes ha afirmado que supone "un paso atrás en la lucha contra el cambio climático"

"El retraso pone en riesgo 80.000 acres de bosque diariamente, alimenta el 15% de las emisiones globales de carbono, rompe la confianza de nuestros socios globales y daña nuestra credibilidad en los compromisos climáticos", ha remachado el ahora eurodiputado. 

Bruselas asegura que "están listas las herramientas" para cumplir la norma

Bruselas, sin embargo, sostiene que las herramientas "técnicas" para cumplir la norma "están listas", por lo que los doce meses de más en el calendario permitirán introducir las nuevas obligaciones de manera "gradual" para garantizar una implementación "adecuada y efectiva". Del mismo modo, afirman los servicios comunitarios, el retraso "en ningún modo" pone en duda los objetivos o el contenido de la ley. 

En la versión adoptada, y aprobada por holgada mayoría en el Parlamento Europeo y en el Consejo de la UE en 2023, a partir del 30 de diciembre de 2024 las empresas que importen en la UE esas materias primas deberán demostrar mediante un sistema de geolocalización que no han generado deforestación o degradación de masas forestales. Sin embargo, el Ejecutivo propone ahora otorgar "12 meses adicionales de período de adaptación, respondiendo a las solicitudes de socios globales", tras intensas presiones de algunas industrias, partidos políticos y países como Brasil, Bolivia, Colombia, Perú, Ecuador, Venezuela, Estados Unidos o Canadá.

La confederación de cooperativas agrarias Copa Cogeca, por su parte, ha celebrado el paso de Bruselas porque considera que es "el único resultado lógico" y ha instado a los Gobiernos y a la Eurocámara a permitir el aplazamiento.

El marco no veta las importaciones de ningún país

El marco común no veta las importaciones de ningún país en concreto, pero sí obligará a las empresas a verificar el cumplimiento de la legislación pertinente del país de producción, incluida la relativa a los Derechos Humanos y el respeto a los pueblos indígenas afectados. Las compañías incumplidoras se expondrán a sanciones de al menos un 4% de su facturación anual en el mercado europeo

El reglamento busca evitar que ciertas materias primas y productos derivados consumidos en la UE generen deforestación, pues entre 1990 y 2020 se destruyó globalmente una superficie de masa forestal mayor que la de la UE, y cerca del 10% es atribuible al consumo europeo.

Los productos cubiertos por la nueva legislación son el ganado, el cacao, el café, el aceite de palma, la soja y la madera, incluidas producciones que contengan, se hayan alimentado o se hayan fabricado con estas materias primas (como el cuero, el chocolate y los muebles). También abarca productos como el caucho, el carbón vegetal, los productos de papel impreso y una serie de derivados del aceite de palma, así como una definición más amplia de degradación forestal que incluye la conversión de bosques primarios o bosques de regeneración natural en plantaciones forestales o en otras tierras boscosas y la conversión de bosques primarios en bosques plantados.

Críticas ante la nueva prórroga

Organizaciones ecologistas y eurodiputados verdes, socialdemócratas y liberales han criticado con dureza la prórroga, que aún tendrán que aprobar el Parlamento Europeo y el Consejo de la UE

"Genera serias dudas sobre el compromiso de la presidenta de la Comisión con el cumplimiento de las promesas ambientales de la UE", ha trasladado a EFE la responsable de políticas forestales de WWF, Anke Schulmeister-Oldenhove.

Por su parte, Greenpeace también ha cargado duramente contra Von der Leyen. "Ha condenado los bosques del mundo a otro año de destrucción como resultado del consumo europeo". Asimismo, critican la lentitud de la Comisión en publicar las directrices y documentos técnicos y que, finalmente, "ha cedido oficialmente a la presión de empresas y Gobiernos que son hostiles a la ley".

La deforestación contribuye al calentamiento global

Las críticas también han aflorado entre socialistas y liberales en el Parlamento Europeo. Desde la bancada socialdemócrata, el alemán Bernd Lange ha calificado de "desgraciada" la decisión, criticando el retraso por la falta de publicación oportuna de documentos de apoyo. Por su parte, el liberal francés Pascal Canfin ha lamentado también la decisión en un contexto de destrucción acelerada de los bosques tropicales.

En contra posición, el Partido Popular Europeo, defendido por el alemán Peter Liese, ha justificado la prórroga, afirmando que evitará "caos" y permitirá un "diálogo sensato". El cristianodemócrata Christophe Hansen, quien lideró las negociaciones, ha subrayado la necesidad de más apoyo para los pequeños agricultores y una implementación sin burocracia excesiva.