El Museo Sorolla cierra dos años sus puertas: el legado del pintor que captó a la perfección el mar de Valencia
- El director del museo, Enrique Varela, cree que la espera para la reapertura es "un esfuerzo que merece la pena"
- No obstante, la obra del artista se extiende por varios museos, desde Valencia a Nueva York
El Museo Sorolla cerró sus puertas el 29 de septiembre debido a unas obras que durarán dos años. Carlos del Amor ha podido visitar para TVE las instalaciones, en la que fuera la casa del pintor, un artista que gusta a casi todo el mundo.
En la calle, la gente da las claves del éxito de Joaquín Sorolla entre el público: "La luz", "la playa", "el movimiento del aire", "los colores", "el mar", "la paz y la naturaleza" o "la belleza del paisaje" son algunos de los aspectos que más fascinan de las pinturas del artista.
El director del museo, Enrique Varela, cree que la espera de dos años para la reapertura es "un esfuerzo que merece la pena", porque "el edificio tiene más de 100 años y necesita una renovación", así como "una ampliación en un edificio colindante" donde se prestarán nuevos servicios.
¿Fue Sorolla el artista que mejor pintó el mar?
Si bien gran parte del público considera que Sorolla fue el artista que mejor pintó el mar, hay otros grupos que reivindican otras figuras.
Es el caso de J. M. W. Turner y su mar de tormenta, el humo y los barcos a punto de naufragar. También aparece la figura de Caspar David Friedrich, y su mar negro que se confunde con el cielo y da sensación de desesperanza, el paisaje de la costa de Normandía por Claude Monet y hasta John Singer Sargent, con su mar brillante y calmado.
Es difícil saber qué artista pintó mejor el mar, pero en cualquier clasificación, Sorolla estaría siempre muy arriba. "Está en la cumbre de los grandes pintores del mar", considera José Manuel Pascual, profesor de pintura, porque "consigue muchísimos matices de color", con una paleta bastante extensa, que va desde "diferentes tipos de azules, el verde esmeralda hasta detalles dorados y rojizos".
La 'Capilla Sixtina del regionalismo'
Para mitigar la espera por la reapertura de la casa-museo, hay obras de Joaquín Sorolla por todo el mundo: desde el Museo del Prado en Madrid, hasta la Sociedad Hispánica de América en Nueva York.
El fundador de este museo de Manhattan se quedó tan impresionado del éxito arrollador del artista español en exposiciones a principios del siglo XX en Estados Unidos que le encargó 14 murales para vestir una sala de lectura.
Algunos la llaman la 'Capilla Sixtina del regionalismo': Sorolla pintó a lo grande el folclore español, la España que creía que iba a desaparecer, aunque al final él desapareció antes incluso de que la inauguraran, explica la corresponsal de TVE en Nueva York, Sara Rancaño.
Valencia, cuna e inspiración
Un viaje más a mano para seguir la huella de Sorolla es Valencia, donde solo al pisar la estación de tren (que lleva su nombre) ya se encuentra quien la visita con su figura. La ciudad que le vio nacer acoge también su tumba, un monumento que tuvo que ser reconstruido tras el paso de una riada y una calle en su honor, donde se encontraba la escuela de artesanos, sin la que, según el propio Sorolla decía, nunca hubiera sido artista.
Dicha escuela atesora su matrícula y sus dibujos, hechos con tan solo 16 años. Aunque el verdadero cofre del tesoro en la ciudad es el Museo de Bellas Artes, con medio centenar de sus pinturas. Su galería bíblica es la Albufera de Valencia, cuyo puerto, aunque ha cambiado, sigue siendo reconocible entre los trazos de Sorolla.
Y aunque la playa sea distinta, la luz de sus cuadros permanece, y hasta cobra vida, gracias a la Inteligencia Artificial.