Weird Market: 'Catwalk', ¿son suficientes las 7 vidas de un gato para encontrar la libertad?
- Un proyecto de serie animada de Lidia Luna, Omayra González Pérez y Toni Mortero
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Entre los 180 proyectos que se presentan en esta 16ª edición de Weird Market, uno de los más interesantes es la serie animada Catwalk de Lidia Luna (dirección), Omayra González Pérez (dirección de arte) y Toni Mortero (dirección técnica). Un proyecto que ganó el Next Lab Generation 2024 y que se presentó en el último Annecy.
Lidia nos cuenta cómo nació la idea: “Trata de la búsqueda de la libertad. Yo me independicé con 18 años y creía en la cultura del esfuerzo, en que estudiando y trabajando iba a ser libre. Pero me llevé un chorro de realidad que me impactó. Ahí se me ocurrió la historia de una chica que se convierte en gato y tiene siete vidas para volver a empezar, para intentar encontrar su camino y ser libre”.
“Empecé a escribirlo como una novela –añade Lidia-. Pero lo veía de una forma muy visual y, durante la pandemia, casi diez años después, se me ocurrió escribir un guion. Queríamos producirlo entre amigos y el premio del Next Lab ha sido nuestra oportunidad. Así que seguimos intentando levantarlo”.
María, una joven que trabaja en un call center
La protagonista del corto es María, una chica que trabaja en un call center. “Es un trabajo en el que se siente atrapada. Se pasa el día de casa al trabajo y del trabajo a casa. Tiene ansiedad y aunque se esfuerza en socializar le cuesta mucho. Una noche se va con unos amigos a una discoteca, a regañadientes, y tiene un accidente en el baño. Entonces su consciencia se traslada al cuerpo de una gata”.
“Al principio –añade la directora-, lleva una vida de gata muy bonita y alegre. Descubrirá que puede subirse a la azotea, conocerá a un pajarito que va a ser su mentor, que le ayudará a aprender a maullar… Pero también tendrá dificultades para encontrar alimento y refugio. Y cada uno de los siete capítulos de la seria acabará con el final de una sus siete vidas de gato”.
Una mezcla de drama y humor ácido
En cuanto al tono de la serie, Lidia lo define como: “Una mezcla de drama y humor ácido. Sobre todo, esa diferencia se verá en las muertes de la gata porque unas serán muy dramáticas y otras muy cómicas, casi ridículas. Hay algunas muertes incluso gore, pero será un gore muy cuqui”.
Lidia también destaca los ojos de la gata: “Nos sirven para que el espectador vea enseguida la conexión entre la protagonista y la gata. Son prácticamente los ojos de María, pero rasgados, como los de un gato”.
En cuanto a la duración de la serie, Toni nos comenta: “Son siete capítulos, uno por cada vida del gato, de unos 8 o 10 minutos de duración. Y cada capítulo intenta reflejar una problemática social o humana. Comparándola con el reino animal”.
“Por ejemplo –añade Toni-, en una de las vidas tendrá problemas con los vecinos, que están hartos de escucharla maullar, y en otra se encuentra con el rechazo de una comunidad de gatos que la sienten como como ajena y se enfrentan con ella en una pelea callejera. En cada capítulo veremos como la gata intenta encajar, encontrar su sitio. Sin olvidar esa premisa constante de intentar sobrevivir, ya que el hambre siempre acecha y también tienes que estar buscando refugio para poder seguir vivo”.
“Porque siendo un gato se sentirá libre por primera vez –concluye Toni-, pero también se enfrentará a problemas tan básicos como intentar sobrevivir. No intentamos dar lecciones a nadie porque tampoco tenemos las respuestas. Pero lo fundamental es que esta serie es una llamada a la acción, a que la gente busque respuesta a esa pregunta que le lanzamos: ¿Qué harías tú en el lugar de ese gato?
Un mundo de neones y colores rosa
En cuanto al aspecto visual que han buscado para la serie, Omayra González nos comenta: “Lydia me dijo que le gusta el color rosa y los neones de discotecas, y encontramos una paleta de colores que se llama Neo-Noir, que es como el estilo las películas de detectives de los años 40. Mezclamos esa atmósfera misteriosa con los neones y un poco de Cyberpunk”.
“Y en algunas secuencias también usamos colores vibrantes para acentuar el dramatismo. El mundo de María es muy diferente del de la gata y hay algunas escenas psicodélicas, donde no solo varía el color sino también la técnica de animación. Será cuando nos veamos las cosas desde esa visión un poco loca de los gatos. Por ejemplo, cuando se transforme en gata por primera vez, para María todo será una explosión de color y de ruido, que poco a poco irá volviendo a la normalidad”.
En cuanto a la ciudad por cuyos tejados se pasea la gata, Omayra nos comenta: “Es un mix de muchas ciudades, porque queríamos que tuviera su propia personalidad. Porque la ciudad es un personaje más, que va a evolucionar junto con la historia. Es una ciudad abarrotada, con mucho bullicio… no voy a decir Barcelona, pero…”
La serie mezcla lo místico y lo urbano
Toni nos comenta que la serie también es una mezcla de lo místico y lo urbano: “Se nota sobre todo en ese trance donde la conciencia de María viaja a la gata. Es un viaje onírico que nos sirve de transición entre vida y vida. A ese viaje lo llamamos psicodelia porque nos lo imaginamos como muy espontáneo y lo hemos propuesto como un espacio de colores y de transformaciones. En la serie no hay diálogos y por eso queremos potenciar mucho el lenguaje visual. Y en esos momentos tan importantes es cuando intentamos que la imagen sea como una poesía visual”.
Para resaltar esa fusión de lo místico y urbano, la elección de la música ha sido fundamental: “Queríamos usar música urbana y encontramos el Lo-Fi, el Trip Hop. También hay guitarras que no llegan al punk. Y queríamos un toque nostálgico para mostrar esos anhelos de la protagonista. Y el Lo-Fi nos pegaba mucho más que el Hip Hop, por ejemplo”.
“La cosa es que haciendo el teaser –añade Toni-, contactamos con Eva Quevedo, que nos propuso una música que no era lo que esperábamos, pero que nos encajó estupendamente”.
Catwalk nos hará reflexionar sobre algo tan interesante como si estamos dispuestos a ser libres, corriendo riesgos, o preferimos una vida anodina sin preocupaciones.