Las caras de la misoginia: "Ha cambiado el mandato de ser madre por el de ser sexy y eternamente joven"
- Las redes sociales y los contenidos audiovisuales son los nuevos canales de la misoginia
- La mitología, la religión, la ciencia o la filosofía han justificado la discriminación de la mujer
- "Historia de la misoginia", en Objetivo Igualdad, el domingo a las 14:40 h en Canal 24 horas.
Una de las últimas tendencias en la red social TikTok es llamar a una mujer "La 3:59" ó "La 3:99", en referencia al precio que se pone en una conocida plataforma pornográfica por el contenido sexualmente explícito. Este apelativo vuelve de nuevo a denigrar a las mujeres por una supuesta conducta sexual activa. Y son también muchas mujeres las que insultan así a otras. Fue un tiktoker quien quiso hacer daño a otro streamer atacando a su mujer, también creadora de contenido. Y ahora, muchas jóvenes siguen sufriendo el insulto. Otros influencers denigran a las jóvenes por su "kilometraje" y otras formas de expresar que han tenido varios novios.
Que las redes sociales y los contenidos audiovisuales siguen difundiendo misoginia y un modelo de mujer cosificado no es ninguna sorpresa. "En nuestros días, la función de madre y esposa ha ido decayendo y casi el concepto actual es el otro, el de la mujer como cuerpo para el placer sexual, para la contemplación, para una sonrisa eterna, una juventud eterna. La mujer como cuerpo sexy que entreabre los labios y sonríe", explica Ana de Miguel, profesora de filosofía moral y política de la Universidad Rey Juan Carlos.
La catedrática de Psicología Social de la Universidad Islas Baleares, Victoria Ferrer Pérez, coincide en que a menudo no somos conscientes de la violencia simbólica que conllevan determinados contenidos: "La violencia simbólica puede ejercerse de muchas formas (...) a través de productos culturales que pueden ir desde una canción hasta una película, hasta un videojuego, cualquier otro elemento donde se transmita esa idea (...) los hombres son superiores, las mujeres somos inferiores y la relación entre nosotros y nosotras es una relación de subordinación".
La mujer pública y la mujer fácil
Durante siglos y siglos se han lanzado mensajes para mantener a las mujeres en "su sitio", en el plano del hogar y de la supeditación a los padres, el marido, los hijos... Esto se ha podido materializar a través de leyes discriminatorias, que siguen vigentes tristemente en muchos países y de los que el Afganistán talibán es el ejemplo más palmario. Pero el insulto ha sido también un gran instrumento de la misoginia, incluso en ese patriarcado del consentimiento en el que vivimos y en el que hay igualdad legal, pero la presión social siguen yendo en otro sentido. "A día de hoy, todavía hay quien sigue considerando que la expresión "mujer pública" no hace referencia a una mujer que se dedique a la política, por ejemplo, si no es un sinónimo de prostituta entendiendo eso como una de las denostaciones o de los insultos más fuertes que se le pueden hacer a una mujer", afirma Victoria Ferrer, coautora de "Historia de la misoginia" (Anthropos Editorial).
“Prostituta es uno de los insultos más fuertes que se pueden hacer a una mujer“
¿Por qué se pone tanto énfasis en el control de la vida sexual de las mujeres? Históricamente, la sexualidad libre de las mujeres impedía la seguridad de la línea de descendencia del varón. Además, las mujeres se consideraban propiedad de padres primero y esposos más tarde. "Si repasáramos la historia de la sexualidad de las mujeres hasta la generación de nuestras antepasadas más inmediatas, la noción de placer sexual estaba prohibida totalmente por la religión. Pero no solo por la religión, sino por la perspectiva social y moral que había en torno a la sexualidad", explica Juan Sisinio Pérez Garzón, Profesor emérito de Historia de la Universidad de Castilla-La Mancha.
La bruja y la causante de todos los males
Otro de los insultos más habituales ha sido desde hace siglos el de "bruja" y las acusaciones de brujería han llevado a muchas mujeres a morir asesinadas en la hoguera. Victoria Ferrer recuerda que las mujeres podían ejercer esas labores de cuidados médicos y de preparación de remedios naturales mientras la sociedad los valoraba poco. "En el momento en el que hay un interés por profesionalizar todo eso, a las mujeres que se dedican a esas tareas se las criminaliza considerándolas brujas. Y se separa inmediatamente la posibilidad de que las mujeres tuvieran acceso a los conocimientos científicos. Cuando se crean las universidades, las mujeres quedan fuera", explica.
Pero la figura femenina como causante del mal y de la perdición de los hombres es más antigua todavía. Ana de Miguel ha repasado esta evolución en su libro "Ética para Celia" (Ediciones B). Recuerda el mito de Pandora con su caja portadora de todas las desgracias, a la que los dioses enviaron para castigar a Prometeo. "Ellos robaron el fuego. Vamos a castigarles, porque os habéis pasado de prepotentes. Los varones son los primeros cronológicamente y al hombre griego le mandan a Pandora que es el origen de todos los males. La mujer es también el origen de todos los males en la cultura cristiana. Eva repite este mito que está en muchas culturas, no solo en la cultura occidental".
Filósofos misóginos
El mundo de la filosofía está plagado de mensajes misóginos. "Aristóteles decía que la mujer es un hombre imperfecto, es un hombre defectuoso. Como la ciencia y los valores morales se establecen en relación con el modelo varonil, pues todo lo que distingue a la mujer del varón es causa de esa perversión y de ese mal comportamiento", explica la profesora de historia contemporánea de la Universidad Autónoma de Madrid, Pilar Díaz Sánchez.
“Aristóteles decía que la mujer es un hombre imperfecto, es un hombre defectuoso.“
Ana de Miguel cita también a filósofos supuestamente progresistas en su época como Rousseau, que decía: "Hacer que nuestras vidas sean fáciles y agradables, esa es la función de las mujeres en todo tiempo y lugar y es para lo que deben ser educadas las niñas desde la infancia". De Miguel rechaza una justificación que ha escuchado demasiadas veces: "Nos dicen que en aquella época era imposible que se pensara de otra manera, era imposible que Rousseau pensara de otra manera. Primero, es falso porque había personas, mujeres y hombres contemporáneos de Rousseau que pensaban ya de otra manera. Pero, sobre todo, tenemos que tirar de ironía y decir... ah perdón, pensé que filósofo era una persona que justamente pasa la historia porque se atrevió a pensar de otra manera".
“Proudhon diferenciaba a las mujeres como ama de casa o prostituta“
"Uno de los padres del anarquismo, Proudhon, diferenciaba a las mujeres como ama de casa o prostituta porque no concebía otra dicotomía. Esa idea tan maniquea de Proudhon está muy extendida, fruto de esa misoginia que supone la perspectiva de inferioridad de las mujeres. Es un ser doméstico y, por tanto, o está a mi servicio y es buena o si no está mi servicio es perversa o radical", dice Juan Sisinio Pérez, autor de "Historia del feminismo. La revolución de las mujeres" (Libros de la Catarata).
Argumentos "científicos"
Las religiones han servido para imponer un férreo control moral sobre las mujeres a lo largo de la historia. Pero también la ciencia ha tenido ejemplos de misoginia que ahora parecen increíbles. Durante el siglo XIX abundaron las teorías pseudocientíficas que supuestamente demostraban que el cerebro de las mujeres era más pequeño y menos desarrollado que el de los hombres. El mismo Darwin afirmaba que la mujer estaba menos evolucionada que el hombre dentro de la especie humana.
Pero quizás la teoría del "útero errante", que aparece por primera vez en la Grecia clásica es la que más nos sorprende. Argumenta que las mujeres se ven dominadas por sus órganos reproductivos. "Dice que la mujer tiene dentro de su cuerpo otro animal, que es el útero. Este útero discurre de forma descontrolada por el cuerpo de las mujeres: se establece en la cabeza, en el corazón, en el hígado... y da lugar a determinados padecimientos específicos de las mujeres. Supone falta de control, la mujer no controla sus pasiones, no es capaz de raciocinio, sino que obedece a ese útero que hace que sus instintos naturales se desboquen", explica la profesora Pilar Díaz. La palabra griega para el útero es "histere" y de ahí que la histeria se considerara una característica o enfermedad propia de las mujeres hasta casi finales del siglo XX.
Aunque ahora nos escandalicen, todos estos argumentos y los mitos con los que se ha retratado a las mujeres siguen presentes de una forma más sutil en nuestra sociedad. Como aseguran las personas entrevistadas, cuesta mucho deshacerse de creencias que han estado vigentes durante centenares de años.