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La Escuela Oficial de Cinematografía, el “nido de rojos” donde se forjó la historia del cine español

  • Una muestra de la Filmoteca Española expone el origen de Berlanga, Bardem, Saura o Erice
  • “Fue una escuela de libertades”, recuerdan alumnos como Jaime Chávarri y Cecilia Bartolomé

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Imagen de 'Margarita y el lobo', de Cecilia Bartolomé.
Imagen de 'Margarita y el lobo', de Cecilia Bartolomé. Filmoteca Española

Durante la dictadura, cuando todo el cine español era escrutado por la censura, existía una aldea gala con verdadera libertad de expresión: la Escuela Oficial de Cinematografía, el lugar en el que entre 1941 y 1976 sus alumnos pudieron rodar obras que, al no ser destinadas a la exhibición comercial, cruzaban límites inimaginables al otro lado de las aulas. Entre sus alumnos, Berlanga, Bardem, Saura, Molina, Picazo, Borau, Camus, Martín Patino, Mercero o Erice.

Esas prácticas conforman uno los archivos más importantes de la Filmoteca Española, donde se conservan 1.750 títulos: cortometrajes, largometrajes, spots publicitarios, o pruebas conjuntas. Coincidiendo con la inauguración en Madrid de una exposición sobre la escuela, y la celebración el 6 de octubre del Día del cine español, el Ministerio de Cultura anunció el inicio de los trámites para declarar Bien de Interés Cultural (BIC) la colección de la Escuela Oficial de Cinematografía, el “primera vez que el audiovisual” recibe ese tratamiento, según destacó el ministro de Cultura, Ernest Urtasun.

La exposición de la Filmoteca, titulada Los 100 metros libres: Vida y milagros de la Escuela de Cine (1947-1976), ordena no solo las prácticas, entre las que se encuentran obras tan emblemáticas como La tarde del domingo, de Carlos Saura, o Margarita y el lobo, de Cecilia Bartolomé, sino que aporta todo el archivo documental: exámenes, carnets de los alumnos, ejercicios escritos, guiones o storyboards.

Una isla de libertad

Bartolomé, presente en la inauguración de la exposición, junto a otro exalumno, Jaime Chávarri, lo recuerda así: “Sí, teníamos mucha libertad y recibí muchas bofetadas, porque la libertad se paga. Pero hice lo que quise hacer. No sé si me expulsaron”. Chávarri resuelve sus dudas: “Seguro que sí”.

Porque, a partir de 1968, las prácticas empezaron también a ser revisadas por la censura y en la exposición se puede ver el informe negativo correspondiente a Margarita y el lobo: ‘De juzgado de guardia’. “No dejé títere con cabeza y además había desnudos, que para mí que había crecido en África no tenían importancia”, recuerda la cineasta.

Informe de censura de 'Margarita y el lobo'.

Informe de censura de 'Margarita y el lobo'.

Igualmente incendiario fue Chávarri. “Hice una práctica titulada El asesinato de Sharon Tate, donde un chico hacía de travesti. Cuando el director de la escuela la censuró, provocó primero una huelga y luego el cierre, porque el 90% de los alumnos de dirección nos fuimos”.

Pero antes de 1968, la escuela sencillamente pudo abordar temas sociales cercanos al neorrealismo, retratos de mujeres e, incluso, la Guerra Civil. Asuntos completamente tabús o directamente perseguidos.

Imagen de 'Historia de la vida de Blancanieves'

Imagen de 'Historia de la vida de Blancanieves'

“Al estar pensada en consumo interno, rodaban con libertad dentro de ese contexto de censura y doctrina nacional-católica que lo impregnaba todo. Era una isla de libertad y un granero de opositores. El régimen la consideraba un nido de rojos”, resume Asier Aranzubia, comisario de la muestra, cuyo título, Los 100 metros libres, alude al ejercicio en el que con 100 m de película (unos tres minutos) tenían que contar una historia. “También tiene connotaciones de la idea de correr hacia la libertad”, concluye.