Supervivientes del 7 de octubre y familiares rememoran su dolor: "Cada día es una guerra dentro de la guerra"
- "Matar no va a ninguna parte, ni unos ni otros" cuenta Ander Illarramendi a un año del asesinato de su hermano
- El padre de Maya Villalobo, la española asesinada, explica que "el vacío, la tristeza y el dolor siguen intactos"
La música del Nova Fest se desvaneció para dar paso a los gritos. En un instante, el terror invadió a los miles de asistentes que bailaban despreocupados, a pocos kilómetros de la frontera gazatí, cuando Hamás irrumpió en el festival y comenzó la masacre que dejó 264 muertos tan sólo en el concierto. Del mismo modo, en los kibutz cercanos a Gaza, la vida se detuvo abruptamente. Allí residían personas como Iván Illarramendi, uno de los dos españoles, junto a Maya Villalobo, asesinados en los atentados del 7 del octubre perpetrados por Hamas.
Su hermano Ander ha participado en Madrid, junto a otros familiares y supervivientes, en un acto organizado por la Federación de Comunidades Judías en España para recordar a las víctimas, en el que se ha rememorado el horror de esas horas. Ivan Illaramendi y su mujer Dafna Garcovich habían regresado tan sólo dos días antes, el 5 de octubre de 2023, de un viaje de pareja y estaban "más felices que nunca", relata Ander Illarramendi a RTVE Noticias. El 7 de octubre por la mañana recibió los primeros mensajes de alarma que le escribía Iván desde Israel, en los que le explicaba que estaba siendo "una mañana muy complicada" porque había entrado gente en el kibutz y sospechaban que eran terroristas.
Los últimos mensajes de Iván
Illarramendi había nacido en Zarautz (País Vasco), tenía 46 años pero vivía con su mujer Dafna en el kibutz Kissufim, a dos kilómetros de la Franja. Durante aproximadamente una hora, desde las diez de la mañana, mantuvo el contacto con su familia en España a través de WhatsApp. Tecleó que habían lanzado granadas y proyectiles y que varios habían impactado contra su pecho.
Muy preocupado por lo que contaba su hermano, Ander le dijo que iba a organizar un operativo para sacarlos de allí. Iván le explicó entonces que los terroristas habían reventado los cristales y que estaban al otro lado de la puerta. A partir de ese momento, dejan de comunicarse para evitar que el sonido del teléfono móvil pueda delatarlo, aunque le promete que cuando pueda salir se pondrá en contacto con él. Esos mensajes, lamenta Ander, nunca llegaron. A las 10:39 horas se cortó la comunicación.
“Quemaron la casa, quemaron los coches, les quemaron a ellos, lo quemaron todo“
Después de un mes de incertidumbre, en el que la familia transitaba entre la esperanza y la angustia, pensando que Iván y su mujer estaban secuestrados pero con vida, recibieron la llamada que les confirmaba que habían encontrado fragmentos de sus cadáveres calcinados. "Quemaron la casa, quemaron los coches, les quemaron a ellos, lo quemaron todo", cuenta Ander, que recuerda esos días como los peores de su vida. El 8 de noviembre les confirmaron que les habían asesinado el mismo día de la masacre.
Ya en 2008, Dafna, la mujer de su hermano, había abandonado Israel, preocupada por la violencia que padecían. Poco después, conoció a Iván y se casaron, unos años más tarde decidieron mudarse a Kissufim.
Ander Illarramendi agradece el apoyo institucional que ha recibido desde entonces por parte de la Embajada de Israel en España pero insiste en la necesidad de transmitir un mensaje de paz: "Matar no va a ningún lado, tanto unos como otros. La violencia no tiene que existir de ninguna de las maneras". Aún augura un largo recorrido al proceso judicial que se encuentra en marcha. "Queremos sentar ante el banquillo a unos cuantos que están en Qatar y que son los que financian", explica a RTVE.es, pero ve difícil avanzar con el juicio mientras dure el conflicto.
Señala la desinformación como uno de los principales problemas. "Antes de juzgar hay que estar bien informado, sobre todo juzguemos los hechos, no las ideologías", apunta. Recuerda que él mismo recibió información falsa sobre su hermano, información que le provocó mucho dolor. La embajada le indicó que no diera credibilidad a lo que le llegase de fuentes no oficiales, pero no alcanza a comprender el interés en "mentir sobre algo así, con el daño que produce a las víctimas".
Maya realizaba el servicio militar obligatorio
La otra joven española que murió a manos de Hamás el pasado 7 de octubre de 2023 fue Maya Villalobo, de 19 años y nacida en Sevilla. Tenía la doble nacionalidad española e israelí. Vivía con su madre en Israel y se encontraba junto a su grupo de compañeras del batallón 414, en el servicio militar obligatorio.
Los terroristas asaltaron la base de Nahal Oz y la asesinaron. Su padre, Eduardo Villalobo, ha contado en el acto que "murió rodeada de sus amigas, rodeada de amor", algo en lo que encuentra un leve consuelo. Sin embargo, un año después, asegura que "el vacío, la tristeza y el dolor siguen intactos".
El símbolo viral de Shani contra el terror
El nombre de la influencer Shani Louk, de 22 años, daba la vuelta al mundo el pasado 7 de octubre de 2023, después de que se viralizara un vídeo en el que miembros de Hamás paseaban su cadáver por las calles de Gaza, mientras jaleaban y escupían a su cuerpo. Su padre, Nissim Louk, recuerda en el acto de la Federación de Comunidades Judías en España que aquella mañana la familia se levantó temprano y escuchó un ruido extraño del cielo. Al reconocer los misiles, llamaron a Shani, la única de sus hijas que no se encontraba en casa. La joven avisó a sus padres de que salía del festival y se dirigía hacia Tel Aviv con su novio para refugiarse. Su familia trató de contactar con ella de nuevo pero fue imposible.
Horas después, un grito resonó en la casa de los Louk. Era uno de los hijos, al recibir en su teléfono el vídeo de su hermana. A pesar de las imágenes, la familia mantenía la esperanza de que pudiera seguir con vida. "Como padre, ver esa imagen es muy fuerte. Cualquiera la vea entiende que hay algo malo en el mundo", lamenta Nissim Louk y recuerda que los siguientes días no podía comer ni dormir: "La echamos mucho de menos. Nos sentamos y hay un hueco en la mesa y en nuestro corazón"
Desde aquel día, Louk ya no se dedica a la ingeniería mecánica. Mantiene reuniones con medios e instituciones, para transmitir su mensaje. Insiste en que el material de guerra cuesta mucho dinero, que no procede de Palestina y Líbano, sino de Irán. "Si das dinero, tienes que asegurarte de donde va porque, si no, financia el terror", señala. Louk alerta de que el peligro acecha a Europa: "Si Israel cae, caerá el mundo occidental". Pide apoyo y llama a vigilar dónde se dirige el dinero. "Si tenéis alguna duda, solo mirad la imagen, ella es la mensajera del bien frente al mal y yo estoy orgulloso de ser el padre de la mensajera", sentencia.
Carmel, superviviente del festival
Carmel Efron llegó el 6 de octubre para trabajar en la gestión de accesos al evento. Cuando se abrieron las puertas, vio a muchos de sus amigos y percibió una atmósfera de felicidad. "Este festival es muy especial. No teníamos ni idea de que se convertiría en una masacre. Es un festival de paz y amor, que acoge a personas jóvenes de todo el mundo, de todo tipo de religiones", explica.
Al amanecer, el cielo se llenó de misiles y se extendió la oscuridad. Efron se apresuró a conducir en dirección a casa de sus padres para recoger a su hija, pero, en mitad del atasco, vio como un proyectil asesinaba al conductor que se encontraba delante de ella. "En ese momento entendí que tenía que huir y salvar mi vida. Dejé mi coche, solo cogí el móvil y empecé a correr", recuerda. Miles de personas tomaron la misma iniciativa. En medio del caos, la superviviente reconoció a un amigo y se dirigieron juntos a la zona de fiesta. Un policía les avisó de que llegaban furgonetas con miembros de Hamás y les incitó a escapar del lugar.
El cansancio intentaba apoderarse de su cuerpo pero su instinto le decía que no podía dejar de correr, los terroristas estaban a pocos metros y disparaban sus armas. Al ver cómo otros muchos jóvenes eran alcanzados por las balas y caían al suelo, pensó que eran sus últimos minutos de vida.
“Le dije a mi amigo que sentía que estaba en el Holocausto“
"Pedí a Dios que cuidara de mi hija y empecé a llorar, sabiendo que no la vería crecer. Nunca olvidaré ese momento. Le dije a mi amigo que sentía que estaba en el Holocausto. No lo podía creer, vi como disfrutaban matando", asegura.
Tras largas horas escondida junto a otras personas en el bosque, recibió la ayuda de un hombre de un pueblo cercano que acudió a su rescate. A partir de ese momento, los supervivientes comenzaron a tener información sobre amigos y familiares fallecidos o secuestrados. Lo recuerda como "una pesadilla".
Su vida ha cambiado totalmente desde entonces. No ha vuelto a trabajar y siente que desde aquel 7 de octubre todo está en pausa: "Cada día es una guerra dentro de la guerra". A pesar de lo vivido y de que muchos de sus amigos aún se encuentran como rehenes en Gaza, Efron todavía cree "en el amor y la bondad". Es lo que quiere transmitir a su hija, según relata a RTVE.es. Según cuenta, la pequeña, de solo 7 años, es consciente de la realidad que le rodea y le confiesa a su madre que teme que la secuestren y la maten.
Durante las primeras semanas después del ataque, Efron tuvo que lidiar con la pérdida de sus amigos, muertos o secuestrados. Recuerda tener al menos cuatro funerales cada día. "Al principio solo lidiaba con eso, ni siquiera tenía tiempo para mi propio trauma. Es muy duro perder a alguien que quieres, pero cuando son decenas es algo que el cerebro humano ni siquiera puede digerir", explica.