Christopher Reeve, el Superman que no pudo volver a caminar pero luchó para que otros lo consiguieran
- Se estrena el documental Super/Man: La historia de Christopher Reeve, en el que ha participado la familia del actor
- Ha sido dirigido por Ian Bonhôte y Peter Ettedgui y llega a los cines este jueves, 10 de octubre
En este siglo XXI, los superhéroes del cómic son los dueños de las pantallas de cine, pero el primer actor que nos hizo creer que un hombre podía volar fue Christopher Reeve (1952-2004), en la película Superman (Richard Donner, 1978). Un personaje que convirtió a ese joven desconocido en una de las mayores estrellas de cine de la época. Hasta que un accidente de equitación estuvo a punto de costarle la vida, en 1995, y lo dejó paralizado de cuello para abajo.
Pero ahí es cuando Christopher Reeve se convirtió en un ejemplo de superación para todos y en un luchador por los más desfavorecidos, como nos demuestran los directores Ian Bonhôte y Peter Ettedgui (McQueen), que repasan su triste pero inspiradora historia en Super/Man: La historia de Christopher Reeve, que llega a los cines este viernes, 10 de octubre.
Una película que os hará llorar, sobre todo si ya tenéis una edad y vivisteis la historia en su momento, pero que también es emocionante e inspiradora, ya que Reeve nunca se rindió, nunca perdió la esperanza de volver a caminar. Y lo que es más importante, dedicó todo su esfuerzo a crear una fundación que ayudase a los que estaban en su misma situación. Y fue un ejemplo para que otras personas con discapacidad tampoco se rindieran.
Él nunca pudo volver a caminar, pero 20 años después de muerte (10 de octubre de 2004), su fundación sigue luchando para conseguir que otros en su situación puedan hacerlo. Una hazaña que no habría podido conseguir ni el mismísimo Superman.
En las imágenes de archivo del documental, Christopher Reeve asegura que: "Nunca he sido un héroe y nunca lo seré", pero después de ver esta película, no podemos estar más en desacuerdo con él.
Han participado los tres hijos del actor
Los directores, que ya nos sorprendieron con su documental sobre el diseñador Alexander McQueen (2018), logran emocionarnos desde el primer minuto, comenzando con el accidente de equitación que lo dejó paralizado, para luego ir reconstruyendo su vida, desde que era un joven actor de teatro en Londres, hasta el final de sus días.
Y lo hacen con las palabras que el propio Reeve grabó, películas familiares caseras nunca vistas y el testimonio de los tres hijos del actor: Matthew Reeve (1979) y Alexandra Reeve (1982), fruto de su relación con Gae Exton (a la que también entrevistan) y Will Reeve (1992), nacido de su matrimonio con Dana Reeve (1961-2006), fallecida apenas año y medio después que el actor, a consecuencia de un cáncer de pulmón.
También incluye el testimonio de otros grandes actores de Hollywood que lo conocieron, como Susan Sarandon, Glen Close y Whoopi Goldberg. Y fabulosas imágenes de archivo en las que comprobamos su maravillosa relación con el también fallecido actor Robin Williams, que fue uno de los mayores apoyos de Reeve antes y después de su accidente (de hecho se llamaban "hermanos").
Las imágenes caseras de Reeve y sus hijos, cuando ya estaba paralizado, también son muy emocionantes.
"Sigues siendo tú y te quiero"
En el documental somos testigos de como Reeve dio sus primeros pasos como actor en el teatro y como todo el mundo le desaconsejó aceptar el papel de Superman, pensando que iba a ser una película ridícula. Y como gracias al tesón, esfuerzo e imaginación de Reeve y de Richard Donner (y de las 100 personas que formaban la "unidad de vuelo"), consiguieron que Superman volara, que la película fuera un éxito y que Reeve se convirtiera en uno de los actores más populares y mejor pagados de su generación.
Pero lo cierto es que también somos testigos de como el resto de sus papeles cinematográficos, a pesar de los esfuerzos de Reeve por demostrar su talento y versatilidad, fueron un fracaso. De hecho, acabó protagonizando telefilmes. Para interpretar uno de esos papeles tuvo que aprender a montar a caballo (a pesar de que era alérgico) y, desde entonces se volvió un apasionado de los caballos.
"Si hubiera sido un centímetro más arriba, habría muerto de manera instantánea. Si hubiera sido un centímetro más abajo, apenas habría sido una caída ridícula", destaca uno de sus hijos sobre el accidente que lo dejó tetrapléjico.
Reeve estuvo uno días entre la vida y la muerte y, tras recuperar la conciencia, pensó en dejarse ir. Pero unas palabras de su esposa Dana le motivaron para seguir con vida: "Sigues siendo tú y te quiero".
Fue entonces cuando Reeve se volcó en la búsqueda de una cura para las lesiones de la médula espinal y fue un apasionado defensor de los derechos y la atención de las personas con discapacidad. Y se convirtió en un ejemplo para todos. De hecho, como podemos ver en el documental, en aquella época, cuando Reeve iba a los hoteles, tenía que acceder por el garaje o las cocinas. Pero gracias a su fundación también se ha avanzado mucho para facilitar la movilidad a las personas con discapacidad.
Este 10 de octubre, cuando se estrena el documental en los cines españoles, se cumplen justo 20 años de la muerte de Christopher Reeve, a los 52 años. Y no se nos ocurre otra forma mejor para recordar a un hombre que nos demostró que los auténticos héroes son los que superan sus limitaciones y hacen lo que pueden por ayudar a los demás.