Las auroras boreales iluminan los cielos del hemisferio norte: ¿volverán a verse pronto en España?
- La magnitud de la última tormenta solar ha permitido que el fenómeno sea visible en latitudes bajas
Una aurora boreal deslumbró la pasada noche a sus espectadores de todo el país, que han compartido imágenes del inusual fenómeno en las redes sociales. Este evento astronómico se asocia generalmente a las regiones árticas y subárticas, pero ha podido observarse por segunda vez este año en España.
Las auroras boreales son espectáculos luminosos generados por la interacción del viento solar con el campo magnético terrestre. Pese a que es muy extraño que sean visibles en latitudes bajas, en esta ocasión se ha documentado su presencia en multitud de zonas del territorio, como Cataluña, Castilla y León, Madrid, Andalucía e incluso Canarias.
El origen del fenómeno astronómico
El Sol se aproxima al pico de actividad de su ciclo solar, que tiene una duración de unos 11 años, denominado Ciclo Solar 25. Por este motivo, se ha desencadenado una serie de tormentas geomagnéticas, que generan las auroras boreales. La principal causa del fenómeno de la pasada noche ha sido una eyección de masa coronal: una explosión masiva de partículas cargadas que son expulsadas desde la atmósfera solar y, al llegar a la Tierra, interactúan con el campo magnético del planeta.
La llamarada que ha liberado el Sol en esta ocasión es una de las más poderosas observadas en los últimos meses, como indica su tipo X1.8. Aunque no ha sido la más intensa registrada en este ciclo solar, sí ha sido suficiente para crear las condiciones que han permitido a habitantes de latitudes bajas disfrutar del espectáculo astronómico. Habitualmente, se producen en latitudes entre los 60º y los 75º, pero, en esta ocasión, se ha podido ver desde latitudes inferiores a los 36º.
En su llegada a la termosfera y exosfera, las capas superiores de la atmósfera, los electrones y protones del viento solar colisionan con los átomos de oxígeno y nitrógeno. Esto provoca la emisión de fotones, que son los encargados de formar las características bandas de luz de las auroras boreales.
Espectáculo lumínico en España
Desde las primeras horas de la tarde del 10 de octubre, los expertos ya predecían la llegada de una tormenta solar intensa. Las auroras comenzaron a ser visibles al caer el Sol y, hacia la medianoche, los cielos de varias regiones españolas se llenaron de tonos verdes, rosados y púrpuras.
El espectáculo ha sido mayor en las áreas rurales y en lugares alejados de la contaminación lumínica. En redes sociales, los usuarios han compartido imágenes captadas en puntos como Segovia, Menorca, Madrid o Valencia. Las fotografías han recibido gran atención por el atractivo de un evento natural que rara vez ocurre tan al sur de Europa.
Los tonos que se aprecian en las imágenes muestran auroras rojizas, de luz difuminada y más débiles, tal y como ha explicado a RTVE Joan Anton Català, divulgador científico especializado en astrofísica y astronomía.
Auroras en todo el hemisferio norte
España no ha sido el único territorio en el que se ha observado el fenómeno. La aurora boreal también se ha podido disfrutar en varios puntos de Europa y Norteamérica, donde han sido más intensas y persistentes debido a la menor distancia de estas regiones con el Ártico, que es el lugar en el que habitualmente se concentran las auroras.
En países como Noruega, Escocia y Canadá, las auroras iluminan los cielos con mayor frecuencia, aunque también se han notificado avistamientos en zonas de Estados Unidos.
La tormenta geomagnética, según las últimas predicciones de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA), alcanza una categoría G4 e incluso ha llegado a rozar la G5, el nivel más alto, con un índice Kp de hasta 8 sobre una escala de 9. Esta magnitud es lo que favorece su visibilidad mucho más al sur de lo habitual. Aunque este nivel de actividad resulta fascinante, también conlleva riesgos. Las tormentas solares pueden afectar a los sistemas de comunicación satelital, interferir en las señales de GPS y causar interrupciones en las redes eléctricas.
¿Cuándo se volverán a ver?
La razón detrás de la mayor frecuencia de estos fenómenos es la actividad solar creciente, típica de los picos del ciclo solar. El Sol pasa por un ciclo de actividad que dura entre 10 y 12 años, durante el que las manchas solares, las eyecciones de masa coronal y las erupciones solares se vuelven más comunes. Ahora, el Sol está en plena fase activa, lo que significa que estos eventos podrían repetirse en los próximos meses, antes de que el ciclo alcance su máximo previsto para 2025. En este sentido, Telmo Fernández, astrofísico y director del Planetario de Madrid, señala a RTVE que el universo es impredecible y es complicado anticiparse a una llamarada solar.
A medida que el Sol avanza hacia el máximo de su ciclo, los aficionados a la astronomía y fotógrafos de todo el mundo esperan con ansias la posibilidad de ver nuevas auroras. Los mejores lugares para observar este tipo de fenómenos son las áreas rurales, parques nacionales y zonas alejadas de las grandes urbes, donde la oscuridad de la noche permite que las luces sean visibles con mayor claridad.
"El fenómeno ha durado muchísimas horas, de hecho se ha terminado porque se ha hecho de día, no es que haya finalizado la actividad", explica a RTVE Alex Roig, responsable del Observatorio de Prades (Tarragona). El experto apunta a que la siguiente noche aún podría haber actividad, aunque la tendencia ya es decreciente.