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Italia desplaza al primer grupo de migrantes a los centros albaneses

  • Es parte de un polémico proyecto que pretende atender a miles de solicitantes de asilo en fuera de las fronteras italianas
  • Este acuerdo ha sido muy criticado por la oposición italiana y las organizaciones humanitarias de rescate de migrantes

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El campo de acogida para migrantes traídos desde Italia en Gjader (Albania).
El campo de acogida para migrantes traídos desde Italia en Gjader (Albania). REUTERS/Florion Goga

Italia ha desplazado este lunes al primer grupo de migrantes rescatados en las aguas del Mediterráneo a Albania. Se van a alojar en centros levantados en el país balcánico por el Gobierno de Georgia Meloni como parte de un polémico proyecto que pretende procesar las solicitudes de asilo fuera de las fronteras italianas.

El Ejecutivo de extrema derecha de Meloni ha construido dos instalaciones en Albania en las localidades de Schengjin y Gjader. Este es el primer acuerdo de este tipo en el que un país de la Unión Europea envía migrantes fuera de las fronteras comunitarias en un intento de frenar las llegadas irregulares de personas.

Ahora, un número incierto de ellas han viajado a bordo de una embarcación, bautizada como Libra, que ha partido de la isla de Lampedusa. Una vez en Albania, las autoridades procederán a su "controles acelerados" para identificarlos y retenerlos mientras se gestionan los trámites fronterizos.

Según han indicado desde el Ministerio del Interior italiano, todos ellos han sido sometidos a un primer control a bordo para verificar que cumplen los requisitos: proceden de países "seguros", son hombres y no vulnerables.

Los términos del acuerdo entre Roma y Tirana establecen que Italia puede enviar a Albania hasta 36.000 migrantes al año, siempre que procedan de la lista de países seguros, lo que limita la posibilidad de obtener asilo.

En dicho índice hay 21 Estados, entre los que se encuentran Bangladés, Egipto, Costa de Marfil y Túnez. Solo de esas cuatro naciones, el año pasado, llegaron a Italia 56.588 migrantes.

Sin embargo, una sentencia del Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas (TJCE) emitida a principios de octubre puede suponer un obstáculo, ya que limita la definición de lo que puede considerarse un país seguro fuera de la UE. El Tribunal, que se pronunció sobre un caso distinto que afectaba a la República Checa, ha dicho que un país no perteneciente Unión no puede declararse seguro a menos que todo su territorio se considere libre de peligro. El Ministerio del Interior italiano declinó hacer comentarios sobre la sentencia del TJCE. 

En este primer viaje desde Italia a Albania, no se han confirmado las nacionalidades de las personas migrantes.

Procedentes del norte de África

Los dos centros se encuentran operativos desde la semana pasada, cuando el ministro italiano del Interior, Matteo Piantedosi, adelantó que el traslado de "inmigrantes irregulares procedentes del norte de África" comenzaría lo antes posible y que Europa se ha fijado el objetivo de "reforzar el sistema de expulsiones".

La televisión albanesa mostró el pasado viernes imágenes del centro de Gjadër, en el noroeste de Albania. En ellas se veían camas, una sala médica operativa, un laboratorio de análisis, una sala con instrumentos para radiografía y ecografía, y otra para visitas psicológicas y psiquiátricas. "El acuerdo estipula que los migrantes no pueden abandonar las instalaciones y vagar libremente por Albania", según explicó el primer ministro albanés, Edi Rama.

Criticado por la oposición y organizaciones humanitarias

Este acuerdo ha sido muy criticado por la oposición italiana y las organizaciones humanitarias de rescate de migrantes, aunque varios Gobiernos europeos han mostrado interés en replicar la iniciativa. Según la líder de la oposición italiana, Elly Schlein, los centros "violan los derechos de los solicitantes de asilo en el territorio de la República Italiana, Albania está fuera de Italia. Según nuestras estimaciones costarán al menos 800 millones de euros, pero ¿no podrían dedicarlos a la sanidad pública, donde hay escasez de médicos y enfermeras, en lugar de utilizarlos para violar los derechos humanos?".

Justo la noche anterior, y con el foco puesto en este desplazamiento, la primera ministra italiana posteó en X: "¡Qué escándalo! Un Gobierno que —con un claro mandato recibido de los ciudadanos— trabaja para defender las fronteras de Italia y detener el tráfico de personas, a través de acciones concretas y acuerdos internacionales". Era una respuesta a la ONG Sea Watch que acusaba a Roma de gastar "cientos de millones de euros de los contribuyentes para deportar y encarcelar a unos pocos miles de migrantes en Albania. Quizás los impuestos de los italianos puedan gastarse mejor, para acoger e incluir, en lugar de rechazar".