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La Comunidad de Madrid duplica su población de buitre negro y triplica la de águila imperial ibérica

  • La cigüeña negra ha crecido en su población reproductora desde las cinco parejas en 2013 a ocho en 2024

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Buitre leonado
Imagen de un buitre leonado que alza el vuelo EUROPA PRESS

La población de buitre negro, una de las especies más amenazadas de Europa, se ha duplicado en la Comunidad de Madrid, donde también se ha triplicado la del águila imperial ibérica. En los últimos años, han aumentado significativo las parejas reproductoras de estas especies en riesgo. En 2012, la región contaba con 104 parejas de buitre negro. Sin embargo, en 2024, el número de parejas ha superado las 250, lo que convierte a la Comunidad de Madrid en uno de los principales refugios de esta ave, que puede alcanzar hasta 280 centímetros de envergadura con las alas abiertas.

Desde el Ejecutivo madrileño atribuyen este crecimiento a una serie de acciones estratégicas, como la mejora de los espacios naturales, la vigilancia constante de posibles amenazas, el suministro de alimentación suplementaria y la recuperación de crías caídas de sus nidos.

Uno de los hitos más recientes en la protección de esta especie tuvo lugar la pasada primavera, cuando dos pollos de buitre negro fueron localizados por los agentes forestales y trasladados al Centro de Recuperación de Animales Silvestres (CRAS). Después de recibir cuidados intensivos durante siete meses, esta semana se han liberado en la finca Término de El Paular, en el municipio de Rascafría. Esta finca, adquirida por el Gobierno autonómico en octubre de 2023, es un refugio esencial para la fauna y se espera que pronto sea incluida en el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, lo que aumentaría la superficie protegida del parque en un 12 %.

El buitre negro, que prefiere anidar en pinos alejados de áreas urbanas y con escaso tránsito humano, habita principalmente dos Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA) dentro de la Comunidad de Madrid: en Alto Lozoya, hogar de la cuarta mayor colonia de esta especie en España, y en Encinares del río Alberche y río Cofio.

Incremento de otras especies protegidas

Otras especies de aves también han experimentado un aumento en la Comunidad de Madrid. La población de águila imperial ibérica, también en peligro, ha triplicado su número de parejas reproductoras en los últimos 16 años. En 2008, la región albergaba 30 parejas, mientras que en 2024 se ha registrado la presencia de 101.

La cigüeña negra, aunque menos común que su pariente la cigüeña blanca, también ha experimentado un crecimiento en su población reproductora, desde las cinco parejas en 2013 a ocho en 2024. Este año, se ha documentado que estas aves han sacado adelante a nueve pollos, lo que marca otro paso importante en la conservación de la especie. En cuanto a la cigüeña blanca, mucho más frecuente, se han registrado más de 2.300 nidos. El buitre leonado ha superado ya los 600 ejemplares. Esta ave carroñera es menos exigente en cuanto a su hábitat que el buitre negro y se adapta con mayor facilidad a zonas rocosas y acantilados.

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CRAS: referente en la conservación de fauna silvestre

El Centro de Recuperación de Animales Silvestres (CRAS) de la Comunidad de Madrid se ha consolidado como uno de los principales hospitales europeos dedicados a la atención y recuperación de fauna silvestre. Su labor no solo se enfoca en la preservación de especies autóctonas en peligro, sino que también juega un papel crucial en la gestión de especies exóticas invasoras, cuya presencia supone una amenaza para los ecosistemas locales.

En 2024, el CRAS ha experimentado un aumento significativo en el número de ingresos. Durante los primeros seis meses del año, el centro ha recibido 4.698 ejemplares, lo que supone 310 más que en el mismo periodo de 2023. De estos ingresos, 3.204 corresponden a especies autóctonas, entre las que destacan vencejos, aviones comunes y cigüeñas blancas. De los animales autóctonos atendidos, 768 han sido reintroducidos en su hábitat natural tras su recuperación, mientras que otros 865 continúan en proceso de rehabilitación. Además, 1.471 de los ejemplares ingresados pertenecen a especies exóticas o invasoras, que también requieren atención especializada antes de ser retiradas de los ecosistemas locales.