Los patrones oscuros controlan lo que haces en internet: qué son y cómo reconocerlos
- Los patrones oscuros son trucos de diseño para que los usuarios hagan acciones no deseadas
- El objetivo de las empresas que los usan es conseguir datos o dinero, entre otros
Cuando pierdes horas viendo redes sociales o compras un billete de avión sintiendo que has corrido una carrera de obstáculos, no pienses que internet es así. Te has enfrentado a los patrones oscuros, trucos o técnicas manipulativas que tienen las páginas web para que hagamos cosas que no queríamos hacer o dificultan las acciones que sí queremos hacer.
El diseñador de experiencia de usuario (UX) estadounidense Harry Brignull acuñó el término patrones oscuros (en inglés dark patterns o deceptive patterns) en 2010. Junto a un equipo jurídico, abrió una web para explicar qué son y qué leyes hay en el mundo para regularlos.
Desde entonces, reclama a las empresas un diseño más ético, ha publicado el libro Patrones engañosos: exponiendo los trucos que usan las compañías tecnológicas para controlarte y usa la red social X para denunciarlos.
Brignull cuenta al Laboratorio de Innovación de RTVE (Lab), qué hay detrás de este fenómeno y los trucos de manipulación que usan las compañías para intentar conseguir cosas de nosotros, ya sea nuestro tiempo, nuestros datos o nuestro dinero.
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"Los consumidores son vulnerables a la manipulación online y las empresas se aprovechan de ello", ha sentenciado Brignull, quien ha alertado: "Están experimentando contigo todo el tiempo para descubrir qué te hará hacer clic o qué te hará tomar esa decisión. Todo está grabado y rastreado. Así que estamos en una era de seguimiento e industrialización sin precedentes de la toma de decisiones de los consumidores, y es por eso que necesitamos considerar cuidadosamente una regulación y los posibles daños al consumidor".
“Al estar más tiempo en redes sociales, es más probable que hagas cosas que, con el tiempo, generarán dinero“
Según este diseñador de UX, las empresas usan patrones oscuros “porque tratan de ganar más dinero” y para ello quieren que los consumidores se comporten de una manera determinada. “A veces se trata literalmente de ventas”, ha aclarado Brignull, “pero otras veces las acciones son indirectas, por ejemplo, en redes sociales. Quieren que estés el mayor tiempo posible, que hagas clic en ‘Me gusta’, que compartas… Porque al estar más tiempo, es más probable que hagas cosas que, con el tiempo, generarán dinero”.
El Laboratorio de RTVE también explica la psicología detrás de estos métodos de manipulación:
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Cómo reconocer los patrones oscuros
La directora de la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD), Mar España, presentó en los cursos de verano de la Universidad Menéndez Pelayo el informe “Patrones adictivos en el tratamiento de datos personales”, donde anunció, además, que la institución está investigando a varias empresas de internet por su uso de estas técnicas adictivas.
La AEPD considera que estos patrones pueden generar compromiso en los usuarios, y llegar incluso a la dependencia, que implica que “prefieran su uso [de las plataformas web] en lugar de realizar otras actividades, incluso esenciales, como comer, dormir o relacionarse con otras personas, fomentando, por ejemplo, realizar un gasto financiero desproporcionado o compartir información sensible”.
Así, la Agencia ha propuesto clasificar los patrones adictivos en tres niveles: alto (acción forzada, ingeniería social, interferencia en la interfaz y persistencia); medio (enfoques para seguir estrategias que explotan las debilidades o vulnerabilidades psicológicas de usuarios específicos) y bajo (ejecución específica de los diferentes enfoques).
A continuación, se resumen algunos patrones de alto nivel descritos por la AEPD:
- Scrolling infinito: gesto por el que los usuarios pueden desplazarse sin limitaciones por el contenido, y siempre hay más, en lugar de hacer clic en diferentes páginas.
- Streaming infinito: Cuando termina una canción o un vídeo, el siguiente comienza sin interacción del usuario (un contenido similar, el siguiente episodio, etc.).
- Exposición innecesaria: se requiere a los usuarios que realicen tareas fáciles o repetitivas, incluso sólo para estar conectados o expuestos a algún contenido, para obtener puntos, créditos o algún tipo de recompensa.
- Notificaciones de actividad: este patrón se basa en mostrar anuncios de la actividad de los usuarios. Por ejemplo, “Alicia tiene una publicación nueva” en casi todas las redes sociales, o “A Alicia le gustó esta publicación”.
- Cuenta atrás: este patrón muestra una cuenta regresiva en unidades fijas a partir de un número inicial arbitrario para marcar el tiempo que queda antes de un evento.
- Regresión a la media: este patrón se basa en ofrecer a los usuarios el contenido más popular o viral en diferentes momentos y ubicaciones, de modo que, aunque lo consuman repetidamente, les parezca positivo porque así tienen la garantía de no perdérselo.
- ‘Misdirection’: dentro de la categoría de manipulación estética, este patrón se basa en el uso de colores, fuentes o diseños para manipular el comportamiento de los usuarios, centrando su atención en un elemento muy específico en cada momento.
- Sobrecarga cognitiva: consiste en abrumar al usuario con demasiada información, contenidos y distracciones, con demasiadas opciones simultáneamente, influyendo en su capacidad cognitiva.
Cómo protegernos de los patrones oscuros
Aunque el diseñador de “UX”, Harry Brignull, reconoce que los patrones oscuros “son bastante comunes hoy en día”, “existen leyes y regulaciones en Europa que los prohíben”, como la nueva Ley de Servicios Digitales (DSA), que define los patrones oscuros y los prohíbe en ciertos contextos. Estas regulaciones “están destinadas a evitar que las empresas manipulen y engañen a los consumidores”, ha afirmado Brignull.
Sin embargo, existen acciones que pueden hacer los usuarios para intentar protegerse de estas prácticas “poco éticas”. Desde la iniciativa TELUS Wise, que ayuda a personas de todas las edades a mejorar su experiencia online, lanzan unas recomendaciones:
La primera, prestar atención a los elementos de diseño y a las indicaciones que van saliendo en las páginas web que visitamos, sobre todo a aquellos que tienen el objetivo de engañarnos o manipular nuestras acciones. También consultar webs y apps de fuentes fiables.
Acciones más concretas que sugieren son leer atentamente la información que se nos muestra, sobre todo cuando nos registramos en un servicio o compramos alguna cosa; verificar dos veces antes de clicar en cualquier botón o enlace y antes de registrarnos para cualquier cosa, asegurarnos de que haya posibilidades claras y accesibles para darnos de baja o cancelar si es necesario.
En cuanto a las políticas de privacidad, recomiendan que nos familiaricemos con estos textos que están en todas las páginas y apps y entendamos cómo se recopilan y usan nuestros datos, ya que los patrones oscuros pueden explotar nuestra información personal.
Las compañías, como ha afirmado Harry Brignull, deberían practicar un diseño dirigido a facilitar las cosas a los usuarios. Como no es siempre así, como en tantas situaciones en la vida, es importante estar atentos a lo que hacemos en internet.