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Día Mundial de la Menopausia

La menopausia sigue siendo un tabú sin atención especializada: las mujeres no se sienten escuchadas

  • Afecta a la mitad de la población mundial, pero sigue envuelta en prejuicios
  • El 85% de las mujeres pasa esa etapa de su vida sin atención especializada

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Día Mundial de la Menopausia: nueve millones de mujeres viven esta etapa en España
Una mujer sostiene un abanico mientras se seca el sudor del cuello

La menopausia tiene un día mundial. Desde el año 2000, a iniciativa de la Organización Mundial de la Salud, cada 18 de octubre se dedica esta jornada a dar visibilidad a esta etapa que sigue siendo un tabú rodeado de silencios o de cuchicheos, incluso entre las propias mujeres. Aunque todas las que vivan más allá de los 50, pasarán por ella. "Simplemente, es la última regla en la vida de una mujer", define Sonia Sánchez, ginecóloga de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia. "Aunque por menopausia entendemos todo el proceso de transición y a lo que viene detrás de esa última regla" y lo que conlleva antes, durante y después difiere mucho de una mujer a otra.

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Las consecuencias tangibles de la menopausia

Hay tantas menopausias como mujeres y la experiencia puede ser radicalmente diferente. Para algunas es una liberación, incluso la mejor etapa de sus vidas, "libre, sin presiones, ni profesionales ni sociales", asegura la abogada Sacramento Rubio. Sin embargo, para otras, la intensidad de los síntomas marca la diferencia, convirtiéndola en un infierno.

Sofocos, sudores de noche y de día, problemas graves de sueño. Son síntomas visibles de la menopausia, pero hay otras, como las alteraciones del sistema endocrino "que pueden derivar en la subida del colesterol o la hipertensión que no se ven", apunta Marta Masi, farmacéutica, cofundadora del Club de la Menopausia.

El cese de la actividad ovárica provoca la caída de las hormonas femeninas: estrógenos y progesterona, que regulan muchos procesos orgánicos. Y uno de los impactos más comunes, explica la ginecóloga Sonia Sánchez, es el síndrome genitourinario de la menopausia. "En consulta, el 90% de las mujeres manifiestan ese problema que afecta gravemente a la salud sexual". "Llegué a sufrir una contractura de la vagina debido a la sequedad", apunta una de las mujeres que han participado en el reportaje de RNE.

Rosa mosqueta, soja y terapia hormonal

La terapia hormonal para la menopausia se conoce desde los años 60 y tuvo su boom en los 90, sobre todo en Estados Unidos. Pero en 2002 un informe de la organización internacional Iniciativa por la Salud de la Mujer (Women's Health Initiative) asoció su consumo a un mayor riesgo de desarrollar cáncer, frenando en seco su uso. Y aunque estudios posteriores han matizado extraordinariamente esas conclusiones rebatiendo muchas de ellas e incluso los propios autores de la investigación pidieron disculpas por sus errores, más de dos décadas después esa mancha sigue bloqueando su prescripción tanto entre las pacientes como por la clase médica.

Solo el 5% de las mujeres en menopausia en España recibe terapia hormonal

"Mejoré mucho del insomnio y los sofocos con la terapia hormonal" —apunta una mujer—, "pero lo dejé porque empezó a llevar mala fama, se oía que producía cáncer". "Los ginecólogos que no se sientan seguros a la hora de prescribir terapia hormonal tienen a su disposición cursos de experto, cursos online", recomienda la Asociación Española de estudios para la Menopausia. "Incluso hay aplicaciones que aplican inteligencia artificial para deducir, con el perfil de la paciente, la prescripción adecuada: 'No será porque no existen herramientas'", clama la doctora Sánchez.

Lo cierto es que la terapia hormonal, de uso local o en pastillas, tiene una eficacia extraordinaria —explica— y 21 sociedades científicas y médicas de todo el mundo han consensuado un documento que la recomienda. Pese a ello, solo el 5% de las mujeres en menopausia en España recibe terapia hormonal.

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El desinterés sobre la menopausia

La queja es mayoritaria. Las mujeres no se sienten escuchadas en las consultas. Ni médicos de familia ni ginecólogos o enfermería prestan atención a unos problemas que deterioran la calidad de vida de muchas de las nueve millones de mujeres —entre 45 y 50 años— que pasan por esta etapa en nuestro país. "Lo he comentado con el médico en la sanidad pública y me ha dicho que sudar es muy bueno. Pues no, no me han hecho mucho caso en ese sentido", relata una de las mujeres. "Escucharte, escucharte, no te escuchan demasiado. Parece ser que es una cosa normal", afirma otra. "No me sentí escuchada por los médicos porque ni la ginecóloga ni la médica de cabecera hicieron ninguna, ninguna sugerencia ni prescripción", lamenta otra mujer del grupo que también convive con la menopausia. Todas reclaman dignidad y respeto en el trato y exigen "no tener que pasar a pelo" por el deterioro de su salud cuando hay soluciones. "Si tu médico no te escucha o demuestra no saber cómo abordar tus síntomas, pide que te derive a otro que sepa", anima a todas las mujeres la ginecóloga Sonia Sánchez.