Muere Fethullah Gülen, líder del movimiento turco al que Erdogan atribuyó el fallido golpe de Estado de 2016
- De aliado a enemigo de Erdogan, Gülen murió el sábado en Estados Unidos, donde vivía exiliado desde 1999
- Gülen siempre negó las acusaciones de haber orquestado el golpe y responsabilizaba al propio Erdogan
El predicador turco Fethullah Gülen, fundador y líder del movimiento musulmán que lleva su nombre y al que Ankara responsabiliza del fallido golpe de Estado de 2016, murió el pasado sábado a los 83 años en un hospital de Estados Unidos, ha informado la cadena NTV.
La noticia de su fallecimiento, de la que este lunes se han hecho eco todos los medios turcos, fue anunciada inicialmente por Herkul, un sitio web cercano al predicador, y confirmada posteriormente por su sobrino, Ebuseleme Gülen, en las redes sociales.
Posteriormente, también el ministro de Exteriores turco, Hakan Fidan, ha anunciado oficialmente la muerte de quien es considerado el principal enemigo del presidente de Turquía, el islamista Recep Tayyip Erdogan. "Nuestros servicios de inteligencia confirman la muerte del líder de la organización terrorista FETÖ. Está muerto", ha declarado el jefe de la diplomacia turca en una rueda de prensa junto a su homólogo ucraniano, Andrí Sibiga.
Acto seguido, el ministro invitó a los seguidores del fallecido a abandonar "el camino" que han emprendido al pertenecer a la cofradía de Gülen. "El final de este rumbo no es bueno", ha sentenciado Fidan.
Gülen, cuyo movimiento fue durante años aliado del actual Gobierno turco, se convirtió en su principal enemigo en 2013 y posteriormente fue considerado el artífice del golpe de Estado que sacudió Turquía en 2016. Calificado como "terrorista" por su propio país, vivía desde 1999 exiliado en Pensilvania, Estados Unidos. En los años posteriores a la acusación, Gülen negó toda implicación y, en cambio, señaló a Erdogan de haber orquestado el levantamiento.
Uno de los hombres más poderosos de Turquía
El número de seguidores de Gülen aumentó especialmente en la década de 1970, no solo en Turquía, sino también en Asia Central y otras regiones. Su expansión convirtió al predicador en la cabeza de una comunidad considerada durante años como la más fuerte y mejor organizada del país euroasiático. Pese a ello, sus seguidores siempre lo han calificado como un líder espiritual y no político, si bien su influencia lo llegó a convertir en el segundo hombre más poderoso de Turquía después de Erdogan.
El predicador rara vez aparecía en público, pero sus enseñanzas se transmitían por vídeo o en forma de mensajes difundidos entre sus seguidores. El buque insignia del movimiento gülenista fueron academias privadas de apoyo a la enseñanza secundaria repartidas por toda Turquía, así como colegios privados en numerosos países del mundo, incluido Estados Unidos.
De hecho, a principios de los 2000 era común que sus seguidores se encontraran ubicados en puestos clave como la Policía y la Judicatura turcas. Su presencia marginaba a los funcionarios de la vieja escuela kemalista y laica e imponía una visión islamista, a favor del cumplimiento de las normas religiosas y una mayor segregación entre mujeres y hombres.
La ruptura con Erdogan
La pugna entre Erdogan y Gülen sucedió durante el gran juicio "Ergenekon" (2008 y 2013), en el que cientos de altos cargos militares fueron acusados de una conspiración golpista y condenados a cadena perpetua, lo que dejó fuera de juego a muchos miembros de la cúpula del líder espiritual. En otoño de 2013, llegó la ruptura definitiva, al ordenar Erdogan el cierre de todas las academias privadas de refuerzo escolar, de las que al menos un tercio estaba en manos de gülenistas.
Durante años, uno de los términos utilizados por Erdogan y su partido, el AKP, para describir la red gülenista fue "Estado paralelo", sugiriendo que el movimiento había establecido estructuras al margen de las oficiales para reemplazar así el Gobierno elegido en las urnas. Pero hasta 2013, la red de seguidores de Fethullah estaba bien integrada en el Estado y, de hecho, varios oficiales formaban parte de este grupo.
En 2016, el Tribunal Supremo anuló todas las condenas y Erdogan acusó públicamente a los gülenistas de haber intentado hundir con ese gran juicio y mediante pruebas falsas a las Fuerzas Armadas. Entre medias, la muy influyente prensa gülenista, defensora incondicional de Erdogan, empezó a distanciarse del rumbo cada vez más autoritario, sobre todo tras las protestas izquierdistas de Gezi que dejaron varios muertos tras la brutal represión policial.
Ankara persigue desde 2016 a los miembros del autodenominado Movimiento Hizmet ("servicio", en turco), la cofradía del predicador, al que califica como "organización terrorista FETÖ".