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Princesa de Asturias de las Letras

Ana Blandiana: "La Guerra Civil española fue mucho más que los fascistas contra los buenos, la URSS nunca fue buena"

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Ana Blandiana, Premio Princesa de las Letras 2024
Ana Blandiana, Premio Princesa de las Letras 2024

Ante un grupo de alumnos de institutos asturianos, la poeta rumano Ana Blandiana (Timisoara, 1942) ya había advertido por la mañana de una paradoja: la libertad puede que sea la elección personal más difícil, pero, una vez decidida, se abre paso: "Ninguna dictadura del mundo puede impedir que un escritor escriba".

Blandiana lo sabe mejor que nadie (o tan bien como muchos) por su condición de icono de la rebeldía ante la censura del dictador Ceaucescu. Oviedo pertenece hoy a la poeta y ensayista rumana, ganadora del Premio Princesa de las Letras de 2024, que por la tarde ha atendido a la prensa con la misma energía, amabilidad y algo de soltura con el castellano, aunque prefiera el rumano para sus reflexiones entretejidas de poesía y política.

¿Los poetas del futuro vivirán una censura semejante? "Es evidente que hay poetas que pasan por estas situaciones y están censuradas, aunque en una versión más blanda y suave", opina. "Incluso poetas de países libres están sometidas a la corrección política, que es otra forma de censura. ¿Tengo miedo de que los extremismos del mundo libre van a girar la rueda de la historia hacia atrás? Espero que la humanidad no sea tan irresponsable como para dejar que eso suceda".

Blandiana, hija de un sacerdote ortodoxo, es decir, un enemigo del comunismo, defiende la poesía como compensación de un mundo falto de trascendencia que ella ya no busca en la religión, sino en el arte. "Pronuncié una conferencia en la Universidad de Sofía (Bulgaria) que tenía como título: '¿Puede la poesía salvar al mundo?'. Mi respuesta afirmativa se basaba en argumentos del pasado de Rumanía: en las cárceles comunistas se resistió escribiendo poesía". Incluso, como recuerda, donde no había ni papeles ni lápices.

"Los festivales de poesía crecen: hay cansancio con el materialismo"

Su optimismo reside también en otro fenómeno más reciente. "En el mundo libre crecen exponencialmente los festivales de poesía, lo que prueba el cansancio que tiene la gente con el consumismo y materialismo. André Malraux decía que el siglo XXI será religioso o no será. Se refería a un tipo de espiritualidad y creo que la poesía puede reemplazar esa espiritualidad".

Preguntada por la utilidad de las políticas de memoria democrática, en los países del Este o España, se atreve a desbrozar las diferencias. "En general, me siento muy asombrada cómo en los países del Este en los últimos 20 años se ha hablado libremente: la verdad se ha visto desde todos los ángulos. Es un análisis más radical que el que ustedes hacen de su pasado. La Guerra Civil en España tiene una gran relación con el comunismo. El bien y el mal no están solamente en un lado, sino de los dos. Mi sentimiento es que ustedes miran a la Guerra Civil diciendo que, por un parte, están los fascistas y por otra los buenos, pero es mucho más que eso, porque en la parte buena estaba la URSS, y la URSS nunca fue buena. Era un país con muchísimas víctimas y donde moría mucha gente".

Sonríe mientras le traducen otra pregunta sobre al futuro, la que se relaciona con la inteligencia artificial y la poesía automática de las máquinas, que resuelve rápido: "Las máquinas podrán escribir poemas, sonetos, rondeles y epopeyas, pero nunca entenderán el misterio de la poesía".