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Joan Manuel Serrat: “El Mediterráneo es ahora un mar contaminado y un sarcófago inmenso"

  • El compositor y cantante recibe este viernes el Premio Princesa de las Artes 2024 por su trayectoria y compromiso

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Joan Manuel Serrat
Joan Manuel Serrat. David Zorrakino/Europa Press

A Joan Manuel Serrat le ha despertado esta mañana en Oviedo el timbre inevitable de las gaitas, un instrumento que dice “no le gusta a todo el mundo” pero a que a él le “envuelve en una sensación de alegría, de campo abierto y de bienestar”. El ‘Noi del Poble Sec’ está encantado con su semana asturiana, donde este viernes recibe el Premio Princesa de Asturias de las Artes 2024.

En rueda de prensa, ha apuntado las tres líneas de su discurso en la ceremonia. “Le he dado muchas vueltas con mucho cariño para tratar de transmitir mis sentimientos con el premio, el tiempo que nos ha tocado vivir, y el oficio que practico”, ha resumido. Pero tampoco hay que esperar tanto, porque a continuación ha desgranado su visión sobre todos esos asuntos, empezando por un oficio del que, pese a su retiro de los escenarios en 2022, está condenado –en el buen sentido- a seguir practicando.

“Sigo escribiendo y componiendo, aunque no con la intensidad que lo hacía cuando tenía una relación directa con los escenarios y la música y las canciones tenían una relación directa con el escenario”, detalla. “En estos momentos es una etapa más calma. Dejé los escenarios no para componer, sino para encontrarme a más a mí mismo. Dejar los escenarios no representa dejar de ser artista, dejar de componer ni de cantar. El rigor de escribir es el mismo, pero lo hago cuando me lo pide el cuerpo, no cuando me apetece. Son dos cosas distintas: apetecer me apetece siempre, pero al cuerpo de vez en cuando. Hay que hacer caso al cuerpo, que es muy listo”.

En 60 años de carrera, Serrat ha visto mutar a la industria discográfica. No se ve como un dinosaurio ni reniega de los cambios, pero es consciente de que un mundo se ha apagado. “El hecho de grabar un disco no me hace ilusión. La industria discográfica que he conocido ha sido sustituida por plataformas de todo tipo. Y la difusión de las canciones, sobre todo del tipo de música que hago, no está presente en los medios de difusión. En la radio y televisión prima otro tipo de música, por los intereses y por la demanda de la juventud y adolescencia. El ritmo le ha ganado la batalla a la melodía, pero no soy enemigo del hip-hop ni del reggaetón. Vendrán cosas interesantes y cosas banales”.

"Si el futuro son las redes y los algoritmos estamos bien dados, porque el individuo desparece”

Su visión “sobre el tiempo que nos ha tocado vivir” la aborda al ser preguntado sobre si cambaría ahora la letra de “Mediterráneo”. “Es una canción absolutamente valida que hay que no hay que tomar no como un retrato del Mediterráneo, sino como una ensoñación sobre el Mediterráneo, pretendía contar el aspecto lúdico y sexual de mi infancia”.

Porque el mar, evidentemente, ha cambiado. “El Mediterráneo es en estos momentos un mar contaminado porque al tratarse de un mar cerrado y turístico es el paraíso de los plásticos y la degradación. Y ha pasado de ser un puente de culturas a un sarcófago inmenso donde se depositan los sueños de miles de personas. Pero no por eso voy a dejar de amarlo como el lugar de mi niñez y mis amores”, especifica.

Si apunta contra las redes sociales. “No creo que sean el futuro de nada tal y como están establecidas. Si el futuro son las redes y los algoritmos estamos bien dados, porque el individuo desparece”.

Por último, quita gravedad a su idea de legado. “La posteridad no tiene nada que ver conmigo, porque no estaré aquí y eso me da mucha tranquilidad. En cuanto al futuro de música, lo ignoro. Siempre tendrá su parcela y dependerá de lo que apueste la industria. Me quedo con la frase de Antonio Molina: el futuro es muy oscuro, trabajando en el carbón”.