Sánchez y Ayuso: una relación llena de desencuentros y rifirrafes
- La relación ha sido tensa desde que ambos llegaron a sus respectivos gobiernos
- Se han afeado mutuamente los casos de presunta corrupción que afecta a sus entornos familiares
La negativa de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, a acudir el próximo viernes al Palacio de la Moncloa a reunirse con el jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, es solo el último capítulo de una serie de desencuentros que ambos llevan protagonizando desde que están al frente de sus respectivos gobiernos.
La relación entre Sánchez y Ayuso nunca ha sido buena y ha estado plagada de reproches cruzados, siendo la corrupción una de las armas que más han esgrimido ambos para atacar al otro.
La presidenta madrileña es la voz más crítica dentro del PP con el jefe del Ejecutivo, y se ha desmarcado en muchas ocasiones de las directrices de Génova, como en esta ocasión, que se ha convertido en la única presidenta autonómica 'popular' que no estará en la ronda de reuniones bilaterales, a pesar de que el líder del partido, Alberto Núñez Feijóo, había defendido que era un "error" no acudir.
Una guerra abierta desde la pandemia
La mala sintonía entre Sánchez y Ayuso comenzó a hacerse patente durante la pandemia de la COVID-19 a cuenta de la gestión de la crisis sanitaria que hizo cada Ejecutivo. Y esos choques frontales entre ambas administraciones han continuado hasta la fecha.
En todos estos años, solo han tenido dos citas. La primera se produjo en la sede de la Comunidad de Madrid, en septiembre de 2020, cuando ambos acordaron luchar juntos contra la pandemia, aunque ese supuesto 'buen rollo' les duró poco, ya que tres semanas después, el Gobierno de Sánchez decretaba de manera unilateral el estado de alarma a la Comunidad de Madrid, la primera vez que se imponía únicamente a una autonomía.
El siguiente encuentro fue en el Palacio de la Moncloa, en julio de 2021, una reunión que llegaba después de los indultos a los condenados por el 'procés'. Entonces, al salir de la reunión, Ayuso acusó a Sánchez de romper el orden constitucional con esa medida.
Del "me gusta la fruta" a la corrupción
Uno de los choques más sonados se produjo durante la sesión de investidura de Pedro Sánchez de noviembre de 2023. En su discurso de investidura, el candidato hizo alusión al caso ya archivado de las mascarillas que afectaba al hermano de Isabel Díaz Ayuso.
Esa alusión a su familiar provocó la reacción inmediata y airada de Díaz Ayuso, que estaba asistiendo al debate desde la tribuna de invitados del Congreso. Fue entonces cuando la presidenta madrileña insultó a Sánchez y tras ser captada por las cámaras, luego ironizó e hizo famosa la frase "me gusta la fruta".
La última batalla que les ha enfrentado tiene a sus respectivas parejas en el centro de mira por presuntos casos de corrupción, y les ha servido de excusa para cada uno pedir la dimisión del otro.
Por un lado, el novio de Ayuso, Alberto González Amador, está siendo investigado por fraude fiscal, un delito que habría admitido el implicado. Además, este caso ha sido el detonante de la imputación del fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, por revelación de secretos, después de que la pareja de la presidenta se querellase contra él.
Y por otro lado, la mujer de Sánchez, Begoña Gómez, está siendo investigada por un presunto delito de corrupción y tráfico de influencias. Eso, sin olvidar, el caso Koldo que afecta al exministro de Transporte José Luis Ábalos, que fue mano derecha de Sánchez.
"De la A de Ayuso a la Z de Zaplana, tienen un caso de corrupción por cada letra del abecedario", clamaba el jefe del Ejecutivo en la última sesión de control al Gobierno del pasado miércoles.
A lo que Ayuso respondía al día siguiente desde la Asamblea de Madrid: "Si tenemos que hablar de corrupción de la A a la Z no vamos a empezar por Ábalos y vamos a acabar por Zapatero. Vamos a hablar de la B de Barrabés, de Berni y de Begoña".
Entre este cruce de reproches, no han faltado las insultos. "El sanchismo es chavismo" o "son unos mafiosos y unos estalinistas" son algunas de las acusaciones que ha lanzado Ayuso hacia Sánchez y el PSOE.
La última batalla antes del plante de la presidenta madrileña se produjo el pasado jueves, cuando desde una rueda de prensa en Bruselas, Sánchez llamó "delincuente confeso" a la pareja de Ayuso y exigió al PP que reclamase "responsabilidades" a la "jefa" por "presuntamente, haberse beneficiado indirectamente" del enriquecimiento de su novio.