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Cumbre luso-española: una cita de la que se espera un compromiso para unir Madrid y Lisboa con la alta velocidad

  • Regular los caudales del río Guadiana y el Tajo es otro de los principales objetivos del primer ministro luso
  • Este año, la cumbre se celebra en Faro, Portugal

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Portugal impulsa la alta velocidad hacia Vigo y Madrid

Este miércoles se celebra en Faro (Portugal) la cumbre ibérica, la primera para el primer ministro portugués, el conservador Luis Montenegro. Regular los caudales del río Guadiana y el Tajo y avanzar en nuevas conexiones con España son sus principales objetivos.

Portugal anunció este verano su intención de apostar por la alta velocidad, y por la conexión entre Lisboa y Madrid, las dos capitales europeas peor comunicadas por tren. Una de las prioridades del gobierno portugués es cumplir con los objetivos de descarbonización y el número de vuelos en los aeropuertos de Lisboa y Oporto. Solo entre las dos capitales ibéricas hay una afluencia de millón y medio de pasajeros al año que utilizan el avión. Por eso se mira también al próximo campeonato mundial de fútbol de 2030 como una fecha clave para la finalización de los trabajos de la alta velocidad.

De esta cumbre ibérica se espera un compromiso para acercar las dos capitales. En territorio portugués ya está construida la línea desde Evora hasta la frontera con Badajoz. Es el primer tramo de alta velocidad portugués con 90 kilómetros. Del lado español está la línea Badajoz-Plasencia que tiene que llegar hasta Talavera y Madrid.

Portugal mantiene también con la misma prioridad la construcción de un eje atlántico que permitiría unir Lisboa-Oporto y Vigo reduciendo los tiempos. Con un horizonte a 2032. Si se cumplen los plazos, Vigo y Oporto estarán conectadas en 50 minutos. Galicia presiona para que el estado portugués empiece ya con los trabajos. Y ve en esta cumbre una puerta para garantizar también el compromiso y la financiación del estado español. 

Más allá del tren: Portugal pide nuevos tramos de autovía

Pero hay más peticiones encima de la mesa. También en esta cumbre se quiere avanzar en nuevas conexiones transfronterizas con nuevos tramos de autovía por el norte y por Extremadura. Uno de los tramos es entre Quintanilla en el lado portugués y Zamora, una conexión clave para Oporto. Y otro tramo es entre Castelo Branco, por el centro de Portugal, hasta Moraleja y Plasencia en Extremadura, ya en lado español. En estos momentos entre España y Portugal hay cinco autovías transfronterizas, y Portugal ha pedido ampliar estas comunicaciones.

Otro de los acuerdos previstos en esta cumbre ibérica es la construcción de dos puentes internacionales. Uno entre Nisa y Cedillo en Extremadura, que van a permitir acabar con una de las reivindicaciones históricas que se ha pedido en casi todas las cumbres: reducir los casi 100 kilómetros del recorrido que actualmente tienen que hacer sus vecinos para llegar a una de estas localidades. Con este puente la distancia pasará a ser de 13 kilómetros. El otro puente previsto para construir está en el sur que unirá el municipio onubense de Sanlúcar de Guadiana con Alcoutim en el Algarve, otra de las zonas que tiene una gran demanda de pasajeros.

Recuperar servicios desaparecidos y el gran reto del agua

Asociaciones como la Alianza Ibérica del ferrocarril tiene puestas muchas esperanzas en Faro. Creen que la próxima cita del mundial de fútbol va a ser clave para avanzar en la alta velocidad y en la conexión ferroviaria. Hay otras peticiones como recuperar servicios que desaparecieron, es el caso del tren nocturno que unía Lisboa y Madrid que dejó de estar operativo en la pandemia o la línea entre Sevilla-Huelva y Faro, uno de los ejes económicos que se quiere impulsar desde Andalucía.

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Pero además de querer avanzar en la movilidad transfronteriza, este encuentro de primer nivel entre España y Portugal tiene el gran reto del agua, la regulación de los caudales que comparten ambos países, con el río Tajo y el río Guadiana. Por eso se espera también alcanzar un compromiso que permita establecer un régimen que respete los caudales mínimos ecológicos y su salinización, que garantice el suministro y penalice las tomas ilegales de agua como las registradas en el embalse de Alqueva.