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El 'lama de Murcia', ante el juez: las subvenciones fueron "voluntarias"

  • Este líder o gurú espiritual, el lama de Mahasandhi, presidía una Fundación creada para organizar retiros
  • Presuntamente, utilizaban técnicas de manipulación como el suministro de sustancias psicoactivas para manipular

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Declara el líder de una secta que suministraba mercurio a sus adeptos

El abogado del 'lama de Murcia', líder espiritual de la fundación budista de Abanilla (Murcia) ha dicho a los periodistas que su cliente ha declarado este miércoles ante una jueza de Cieza que las donaciones por las que le acusan de estafa fueron voluntarias y sin coacciones. El líder de esta secta está detenido como presunto autor de varios delitos, entre ellos, uno contra la salud pública por suministrar mercurio a sus seguidores.

En el marco de un segundo procedimiento por el que dos antiguos miembros de la organización lo han denunciado por ese delito, estos sostienen que le entregaron grandes cantidades de dinero cuando se encontraban sometidos a presión psicológica, sobre lo que el acusado ha respondido a las preguntas de la jueza y de su letrado, Pablo Martínez.

Ha defendido que de los numerosos miembros que la Fundación Mahasandhi ha tenido, solo estos han denunciado supuestas irregularidades en la pieza separada del procedimiento por el que el investigado lo está como presunto autor además de delitos de tráfico de drogas, contra los recursos naturales y el medio ambiente y contra la salud pública por fabricar, suministrar y comercializar productos y medicamentos, intrusismo profesional y asociación ilícita, entre otros.

Estos denunciantes fueron los que destaparon la investigación policial contra quien se hacía llamar entre sus seguidores Trascendencia Total, pero no se aceptó su personación como acusación particular, lo que motivó que cursaran esta segunda denuncia contra él por estafa.

Una de ellas, que pasó diez años vinculada a la fundación, ha explicado a los periodistas tras su declaración cómo con el paso del tiempo el investigado iba pidiendo a sus seguidores cada vez más donaciones para realizar cursos y talleres de espiritualidad o hacer inversiones en su finca de unas 10 hectáreas.

Casi 300.000 euros en donaciones

Asegura que abonó en torno a 50.000 euros para diferentes proyectos, como la construcción de su propia casa cueva, cedida después de forma gratuita al líder, un hospital o un centro de meditación de los que nunca volvieron a saber.

Añade que él les prometió que ambos centros serían para prestar servicios gratuitos, sin embargo, todas las actividades organizadas por la entidad eran de pago o requerían de donaciones y aportaciones, lo que la mujer considera una estafa; el segundo querellante aportó unos 250.000 euros.

Ella ha dicho que los seguidores realizaban continuamente trabajos para la comunidad budista sin retribución ni contrato ni alta en la Seguridad Social y estaban sometidos de manera constante al consumo de sustancias estupefacientes, lo que sumado a las largas jornadas de trabajo y a la falta de sueño, generaban un clima propicio para someter su voluntad.

En ese sentido, el abogado de los denunciantes, el especialista en sectas Carlos Bardavío, ha puesto el foco en la "presión coercitiva" a la que estaban sometidas las víctimas, lo que considera que podría considerarse un "delito de coacciones", al que se sumaría el de asociación ilícita y estafa.

"Era todo obediencia, te humillaban, tenías miedo a hablar. Te decían que no pensaras, porque eso estorba. Cuando protestabas por algo, te decían que se te estaba colando la oscuridad dentro", ha explicado ella.

Según sus palabras, el acusado separó a los denunciantes de sus familias y amigos y les hizo pasar todo el tiempo libre del que disponían en la organización, hasta el extremo de que ella llegó incluso a dejar su trabajo para trasladarse a vivir a la comunidad y dedicar toda su vida a ella.

Al igual que el otro denunciante, acabó separándose de su pareja, que continúa vinculada a la fundación, donde actualmente sigue residiendo una de sus hijas, con la que el líder espiritual no le permite tener ningún contacto y que define como una persona “en un estado vulnerable, dependiente psicológicamente, sin capacidad crítica”.

Este líder o gurú espiritual presidía una Fundación creada para organizar retiros y otras actividades, según informó en su momento la Policía Nacional.

Presuntamente, utilizaban diferentes técnicas de manipulación coercitiva, entre las que se encontraba el suministro de sustancias psicoactivas peligrosas para la salud, para manipular las voluntades de sus seguidores con fines económicos y de poder. 

 La comunidad espiritual, que se había establecido hace aproximadamente 15 años en la localidad de Abanilla, contaba con una amplia finca de aproximadamente 100.000 metros cuadrados, donde había multitud de casas cueva, un albergue, almacenes, templos, búnkeres y laboratorios. 

El detenido pasaba la mayor parte del año en una de las cuevas donde se encontraban los laboratorios en los que practicaba la alquimia. El líder del grupo junto con los adeptos más cercanos eran los encargos de dirigir y organizar todas las actividades de la secta. 

La Fundación se financiaba con las donaciones y el pago de los asistentes a estas actividades. Además, contaba con la colaboración de una mercantil donde elaboraban "elixires", en una nave sita en Lorquí (Murcia), que luego se distribuían en herbolarios, se vendían en la Fundación o incluso, según destacaron fuentes policiales. 

El líder, que se autodenominaba Trascendencia Total, era reconocido como sanador, guía espiritual y maestro, y, bajo fines humanitarios y sociales, conseguía que sus adeptos trabajaran y realizaran aportes económicos para su Fundación, aumentando en relativamente poco tiempo su patrimonio. 

Los más acérrimos seguidores del líder residían en casas cueva situadas en torno a la casa del maestro, ejerciendo diferentes tareas y funciones según las necesidades personales de este o de la Fundación (administración, gestión de redes sociales, jardinería, mantenimiento, formación, entre otros), sin cumplir los requisitos legales, además de realizar largas jornadas de trabajo, tal y como señaló la Policía Nacional. 

Mercurio purificado

Según los investigadores, el detenido pretendía elaborar una sustancia llamada 'mercurio purificado', utilizando técnicas de alquimia, ya que, al parecer, podría tener efectos energizantes y vitalizadores. 

Este proceso lo realizaban los adeptos, quienes comenzaron a manifestar diferente sintomatología originada por la neurotoxicidad del mercurio. Además, los residuos de estas prácticas se habrían depositado en una fosa séptica dentro de la comunidad, lo que sería altamente tóxico para el medio ambiente. 

Asimismo, durante las ceremonias realizadas en la Fundación se distribuirían diferentes clases de psicoactivos perjudiciales para salud y de cuyos efectos presuntamente se valdría esta organización para lograr someter la voluntad de los consumidores. 

El líder pasaba largas temporadas encerrado en su casa cueva acompañado de varias mujeres que le asistían y realizaban las tareas que este disponía. La devoción a la figura del líder era tal, que estas personas habrían abandonado totalmente la relación con su círculo familiar y social para entregarse fielmente a las decisiones de este. 

Dos registros el año pasado

Los agentes practicaron de forma simultánea en noviembre de 2023 dos registros, uno en la finca de Abanilla, donde residía el líder y alrededor de 10 seguidores de este; y otro en una nave situada en un polígono industrial de Lorquí, donde se elaboraban 'elixires' que luego se comercializaban. 

Fruto de estos registros se intervinieron 90.000 euros en metálico, un revólver, 19 kilos de marihuana, múltiples sustancias para la práctica de la alquimia como el mercurio, así como documentos sobre la experimentación con estas sustancias peligrosas y diverso material pseudo religioso y esotérico.  

Un zulo con 180 kilogramos de mercurio

Previamente a este dispositivo policial, los investigadores lograron identificar en Abarán (Murcia) el lugar exacto donde el detenido había construido un zulo para almacenar clandestinamente 180 kilogramos de mercurio y cinabrio, entre otras sustancias, tal y como detalló la Policía Nacional.