Colita, una pionera de la fotografía comprometida con el feminismo y con la época que le tocó vivir
Tras su estreno en el reciente festival de Valladolid, este domingo 27 de octubre, a las 21:35 horas, en La 2 y en RTVE Play, podéis ver el Imprescindibles Colita sin filtros, dedicado a la popular fotógrafa Isabel Steva Hernández (Barcelona 1940-2023), más conocida como Colita. Una pionera del feminismo, que inmortalizó la transición y vivió por y para la fotografía. Desgraciadamente falleció el pasado 31 de diciembre de 2023, cuando había aceptado participar en este documental.
Las directoras de este documental, Elisabeth Anglarill y Toten Vélez, destacan su papel como pionera de la fotografía y el feminismo, además de cómo testigo de su época, sobre todo de la transición: “Colita fue una persona y una fotógrafa comprometida con la realidad que le tocó vivir. Y eso se refleja en su creación, en sus imágenes. Además, era tremendamente versátil, de modo que abarcó el fotoperiodismo, que era incipiente en los últimos años del franquismo, el retrato, o fotografías más artísticas”.
“Su mirada no compraba el discurso oficial y sus fotografías combinan la intuición con un profundo conocimiento de aquello que iba a fotografiar –añaden-. Se preparaba sus fotografías: si fotografiaba a un escritor leía sus libros y si iba a un acto público se informaba de quien asistiría, en qué consistiría etc”.
“También destacaríamos quizás su mirada sobre la mujer, que rompía con la de los fotógrafos de su entorno –añaden las realizadoras-. Le interesaban todas las mujeres, cualesquiera que fuera su edad o extracción social, y su mirada era empática, tierna”.
“Muchas de sus fotografías tienen una importante carga de denuncia, a veces obvia y otras más sutil: la foto de Maruja Torres con un cartel que reza “Yo también soy adúltera” o la foto de un cartel de una revista a las puertas de un teatro con dos señoras mayores delante son ejemplo de lo uno y lo otro”, añaden las directoras.
El documental comienza con su última exposición
El documental comienza con la exposición Antifémina, en la que Colita trabajaba cuando falleció. “La idea del documental parte de esa exposición, que se inauguró este 2024 en Madrid –nos comenta Hortensia-. Decidimos seguir el proceso de producción de la exposición: desde la impresión de las fotos hasta la inauguración”.
“Colita –añade Hortensia-, empezó el proyecto con Francesc Polop, el comisario de la exposición, y participó en el contenido y la selección de fotografías. Lamentablemente falleció el 31 de diciembre de 2023, antes de verla inaugurada. Pensamos que mostrar el montaje de esta, su última exposición, sería una buena manera de mostrar su obra, en un acontecimiento actual. En ella están todos los temas en los que se fijó el ojo de Colita. Es transversal”.
La exposición era un homenaje al libro del mismo título que colita publicó en su juventud y que acabó siendo censurado: “Hace casi 50 años que Maria Aurèlia Capmany y Colita publicaron el libro Antifémina (1977) –nos explica Hortensia-. Y aun así sus reflexiones no chirrían. Textos y fotos construían una radiografía de la mujer de aquella época, finales de los 70. Rompía con el estereotipo de mujer perfecta y sumisa patrocinado por el régimen y era una mirada inclusiva y realista. Por ello fue considerado subversivo y retirado por la propia editorial poco después cuando en la misma cambió la dirección”.
Con su cámara captó la miseria de los gitanos del Somorrostro
Con su cámara captó la miseria de los gitanos del Somorrostro
pero fue también
la retratista oficial de Barcelona.
Ocho meses después de su muerte, la bienal de fotografía
rinde un homenaje a sus 40 años de profesión.
La muestra se preparó con ella aún en vida.
"Ella nos dijo el titulo
tiene que ser para un roto y para un descosido
porque en mi vida profesional he hecho de todo,
es un titulo que me caracteriza perfectamente.
No faltan las fotos a Carmen Amaya
ni las del mundo del flamenco, su visión feminista
de los primeros años de la democracia
o el icónico retrato de García Marquez
con todo el peso de una obra maestra sobre su cabeza.
"La que se ha popularizado
es esa del libro que es la foto que yo he vendido mas en mi vida,
la que más".
Fue su padre quien le regaló la primera cámara fotográfica
pero cuando Colita
le mencionó que se quería dedicar profesionalmente.
"¿Fotógrafo?, dice, ¿como estos que en ayuntamiento
cuando hay un vernissage se tiran encima de la comida?
¿Una muerta de hambre quieres ser? Esto es lo que me dijo mi padre".
Pero el buen ojo de Colita le permitió vivir de la fotografia.
Sus primeros trabajos fueron para el cine
El documental vemos como los primeros trabajos de Colita fueron para el cine, como nos comenta Hortensia: “Empezó a trabajar profesionalmente en la película Los Tarantos, del director Rovira-Beleta. La contrataron para hacer las fotografías del casting. Buscaban gitanos en las barracas del Somorrostro y de Montjuïc de Barcelona para hacer de extras.
“Desde ese momento, trabajó como fotógrafa de foto fija en muchas películas de la llamada “escuela de Barcelona”. Y para directores como Vicente Aranda, Jacinto Esteva, Gonzalo Suarez, Joaquim Jordà y muchos otros”, añade Hortensia.
“Estos trabajos la ayudaron a relacionarse con actores, directores, iluminadores, se introdujo “de pleno” en el mundillo cinematográfico de la época. Y consiguió grandes fotografías”.
“De su trabajo para el cine –concluye Hortensia-, destacaría una imagen de Las Crueles de Vicente Aranda de una chica metida en una nevera, desnuda o la de Romy, la actriz y modelo estirada en el suelo de una porqueriza, rodeada de cerdos, de la película Metamorfosis, de Jacinto Esteva”.
Su retrato de García Márquez fue la foto que más vendió
Sus retratos también figuran entre los mejores de su generación. Preguntamos a Elisabeth por qué cree que son tan especiales: “Colita creaba una atmósfera. Quería que sus retratados estuvieran relajados. A veces tiraba un rollo, para crear una complicidad con el retratado, del cual sabía que no aprovecharía nada. Pero le resultaba tremendamente útil para crear un clima que garantizaba posados más naturales”.
“Además –continúa Elisabeth-, no dudaba en disfrazar a sus retratados, en retratarlos junto a animales o juguetes, Colita los animaba a jugar, a reírse... no era una fotógrafa invisible, intervenía para sacar el niño interior de cada persona”.
“Así surgieron instantáneas que han dado la vuelta al mundo, como la de Gabriel García Márquez, vestido con un mono de trabajo y con su libro Cien años de soledad en la cabeza, y otras como Terenci Moix con un látigo o con un oso enorme de peluche, Quino, el dibujante, comiendo un plato de sopa…Colita buscaba la provocación, dar la vuelta al personaje”, concluye Elisabeth.
Se echó a las calles para documentar la transición
Cuando llegó la transición, Colita no dudó en echarse a las calles para documentarla: “Colita quería ser un testimonio de la realidad a través de su fotografía –nos comenta Elisabeth-. Era consciente de que vivía unos momentos históricos y quería documentarlos. Y, como los fotógrafos de su tiempo, querían hacerlo de una forma concreta, ser como los grandes fotógrafos americanos y europeos coetáneos, que informaban sin cortapisas. Ahí radicaba su compromiso”. Colita insistía en que “Quería estar ahí”, que “no me interesa fotografiar una sesión de moda en Waikiki”.
“Trabajaba mucho –añade Elisabeth-, y proponía de forma constante reportajes a las revistas más destacadas del momento, que en los años de la transición vivieron un momento dorado: Cambio 16, Interviú o Vindicación Feminista, la primera revista feminista en España”.
“Estaba en el momento oportuno en el lugar adecuado: de ahí que consiguiera fotorreportajes históricos, como la exclusiva de las autolesiones de los presos de la cárcel Modelo en 1978 o la denuncia de las condiciones infrahumanas de un manicomio en Barcelona que indujo el cambio de las mismas tras su publicación en Interviú”.
“Yo he hecho de todo”
Como vemos, Colita fue una fotógrafa todoterreno que no temía a nada. “Como ella decía: ‘Yo he hecho de todo’ en la fotografía. Prueba de ello son los innumerables libros con sus imágenes que publicó, con temas tan variopintos como los animales, o los cementerios, por citar un par al azar”, nos comenta Elisabeth.
“Sin embargo –añade Elisabeth-, algo que marcó su vida y reflejó a lo largo de su carrera fue su pasión por el flamenco. Cuando conoció a la bailaora Carmen Amaya durante el rodaje de Los Tarantos ella sufrió lo que calificó de “deslumbramiento” al verla bailar. La energía que rebosan las fotografías están a la altura de ese “síndrome de Stendhal” con el que ella definía esa devoción por la bailaora”.
“Pero además –continúa Elisabeth-, fotografió a los flamencos rompiendo el molde clásico de los posados en las actuaciones: entró en sus casas, asistió a sus saraos, y fotografió su vida cotidiana dando al flamenco una dimensión que contribuyó a su dignificación. La foto del bar de El Pinto, con Antonio Mairena al frente, podría ser un ejemplo”.
Casi todas las fotografías de Colita son en blanco y negro, como nos cuenta Hortensia: “Ella explicaba en muchas entrevistas, que el color no reflejaba la realidad. El blanco y negro lo controlaba, pero el color desde el momento en que disparas una fotografía hasta que se revela o se imprime, podía variar, le hacía desconfiar del resultado. Nosotras hemos querido hacer un homenaje a ese principio y casi la mitad del documental esta posproducido en blanco y negro”.
Maruja Torres, Joan Manel Serrat o Teresa Gimpera
Destacar los interesantes testimonios que las directoras han recabado para este documental. “Realizamos decenas de encuentros con personas de su entorno: familiares, amigos, galeristas y curadores de fotografía, fotógrafos, flamencólogos. Como es obvio no todos aparecen en el documental, pero sus contribuciones fueron muy valiosas para construir ese retrato poliédrico de Colita que es el documental, y sobre todo, para ser fieles a su persona, porque al fin y al cabo, un documental de estas características construye memoria sobre un personaje”, asegura Elisabeth.
“En el documental aparecen algunos de sus amigos más cercanos: Francesc Polop, que además es el director del Archivo Colita Fotografía y gestiona su legado, Maruja Torres, Pilar Aymerich, Enric Majó, Joan Manel Serrat. Por supuesto también aparece Teresa Gimpera, que falleció pocos meses después. Eran muy amigas”.
“El análisis formal y conceptual de la fotografía de Colita lo aportan expertas como Laura Terré, historiadora de la fotografía, Mary Nash, catedrática emérita de Historia, o Rosario Peiró, directora de colecciones del MNCARS”, Concluye Elisabeth.
“El sentido del humor guiaba su vida y su trabajo”
En las estupendas imágenes de Colita, rescatadas del archivo de Televisión Española y de otras fuentes, queda patente el sentido del humor de Colita. “Ese sentido del humor guiaba su vida y su trabajo, pero eso no quiere decir que fuera frívola”, asegura Hortensia.
“Para ella el sentido del humor era fundamental en su vida –añade la directora-. En cualquier cosa que hacía su premisa era: “Hay que pasárselo bien”. Lo que no quiere decir banalizar su trabajo, sino que perseguía disfrutar de la vida. A lo largo del documental, tenemos muchas declaraciones en las que proclama que se lo ha pasado muy bien en la vida, y que ha sido muy afortunada por ello. Su obra, es un homenaje a la alegría, a la vida”.
“Una mujer comprometida con su tiempo y su manera de vivir”
Tras dedicar meses a realizar este documental, preguntamos a Hortensia y Elisabeth que han descubierto sobre Colita: “Fue una mujer con una profunda conciencia feminista, una mirada empática y delicada. Un equilibrio entre el rigor y el compromiso y la carcajada y la alegría como actitud vital, que demuestra que no son incompatibles”.
“Colita era auténtica. Colita fue comprometida con todo lo que se propusiera: con su tiempo y con su manera de vivir. Y alguien muy consciente de la importancia de la imagen como testimonio histórico. Por ello hizo además estudios e investigaciones plasmadas en publicaciones sobre las fotógrafas pioneras, por ejemplo. Para el público que no la conozca diremos que es una gran fotógrafa y un referente en el mundo de la imagen”, concluyen.
No os perdáis Colita sin filtros, el apasionante documental sobre una mujer irrepetible, que podéis ver este domingo, 27 de noviembre, a las 21:30 en La 2 de TVE.