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Carolina Marín: "Quiero retirarme en una pista de bádminton, es mi mayor ilusión”

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Carolina Marín en su casa de Huelva.
Carolina Marín se sincera con 'Informe Semanal' en su casa de Huelva. RTVE

Carolina Marín es la única mujer que tiene tres títulos del mundo y la única no asiática que ha conseguido un oro olímpico. Esta semana recibe el premio Princesa de Asturias del deporte. Es la octava mujer en conseguirlo y la tercera española de entre las galardonadas.

Es todo un ejemplo de resiliencia y superación dentro y fuera de las pistas de bádminton. Informe Semanal ha hablado con ella, con su familia y con su entrenador, Fernando Rivas, acerca de sus emociones, de su personalidad y de su fortaleza mental.

ADN de ganadora

Carolina Marín nos recibe en su casa. Llega precipitadamente en su coche después de la sesión matutina de entrenamiento. Ha vuelto al gimnasio con fuerza, con ganas e ilusión después de que la operaran de la grave lesión de rodilla que sufrió en el partido de semifinales de los juegos Olímpicos de París.

Aquel 4 de agosto Carolina volaba en la pista. Le quedaban tan solo 11 puntos para llegar de nuevo a una final. Pero en unos segundos, después de un mal apoyo tras un golpeo, Carolina se rompió de nuevo y el sueño de medalla se evaporaba.

La determinación con la que ha afrontado todos los procesos de recuperación ha sido de fuera de serie, de alguien único

Su dolor en la pista se convirtió en un dolor colectivo. Pero ahora, viéndola de nuevo entrenar con esa fuerza —teniéndola enfrente— ilusionada y decidida a marcarse nuevos objetivos y proyectos, comprendes mejor lo que es capaz de conseguir la mentalidad ganadora de esta deportista. Para su entrenador, Fernando Rivas, Carolina es extraordinaria: “la determinación con la que ha afrontado todos los procesos de recuperación ha sido de fuera de serie, de alguien único”.

Carolina Marín recogerá su premio en Oviedo el viernes, 25 de octubre.

Carolina Marín recogerá su premio en Oviedo el viernes, 25 de octubre. EUROPA PRESS

“No sé si vamos camino de la nueva Carolina —asegura la deportista— pero desde luego que en el momento en el que estoy por dentro, mi alma se va recomponiendo poquito a poco. Y es gracias a todo el cariño y el apoyo de la gente de la calle, de mi propia familia y, sobre todo, de mi equipo, que para mí es lo más importante".

Ganar le viene de serie

Carolina se siente muy orgullosa de todo lo que ha conseguido. “Ha habido mucho trabajo detrás, mucha disciplina, muchas alegrías y también muchas lágrimas. Muchos malos momentos que hemos tenido que ir superando”, confiesa la deportista.

Si echa la vista atrás y mira a esa niña de ocho años que empezó a jugar a bádminton en el polideportivo Diego Lobato de Huelva, no podía imaginarse que iba a lograr lo que ha conseguido. "Yo siempre digo que las medallas son muy bonitas, pero con lo que yo me quedo es con el camino que recorremos para conseguir cada uno de los grandes triunfos que he tenido en mi carrera deportiva", declara la recién premiada Princesa de Asturias del deporte.

La madre de Carolina Marín en un momento de la entrevista.

La madre de Carolina Marín en un momento de la entrevista. INFORME SEMANAL

A Carolina no le gusta perder. Es algo que han corroborado tanto su madre, Toñi, como su entrenador, Fernando Rivas. “Cuando jugaba al parchís con su abuela y no ganaba, recogía el parchís y ya no se jugaba más. La abuela, para seguir jugando, se dejaba ganar. O sea que lo de ganar es un regalo que nos viene con Carolina", explican los que mejor la conocen.

Quiero ganar el campeonato de Europa, el campeonato del mundo y quiero ser la mejor en todo

Quizá por ello, con tan solo 14 años, cuando Carolina dejó su Huelva natal —su casa, su familia y sus amigos— para ir a entrenar al Centro de Alto Rendimiento de Madrid, entró en el despacho de Fernando Rivas (la persona que descubrió su talento cuando era una niña) y le dijo sin pestañear: “Quiero ganar el campeonato de Europa, el campeonato del mundo y quiero ser la mejor en todo”.

Carolina Marín

Carolina Marín

A partir de ese momento comenzó un camino de trabajo físico y mental sin descanso. El alto rendimiento es una elección de vida. Cuando un deportista se marca un reto y quiere conseguirlo, sabe que tiene que desechar muchas cosas. Carolina, desde ese momento, lo ha dado todo "por y para el bádminton". Un deporte minoritario en nuestro país que cuenta con algo más de 9.000 licencias.

El binomio del éxito

No sabremos si Carolina Marín habría logrado conquistar la cima del bádminton sin la dirección férrea y el programa de entrenamiento creado ad hoc por su entrenador de toda la vida, Fernando Rivas. “Cuando empecé a trabajar con ella no me había imaginado este viaje tan emocionante", resume el técnico.

Hemos coincidido en el tiempo y en el espacio dos personas ambiciosas y hemos podido aguantar durante muchos años

"Hemos coincidido en el tiempo y en el espacio dos personas ambiciosas y hemos podido aguantar durante muchos años", reconoce Rivas, sabedor de que no es habitual que gente de un equipo permanezca tantísimos años trabajando juntos. Más aún conociendo todo lo que requiere el alto rendimiento: viajes, estrés, lesiones... "Pero funciona bastante bien”, reconoce el entrenador.

Fernando Rivas, entrenador de Carolina Marín.

Fernando Rivas, entrenador de Carolina Marín. INFORME SEMANAL

Exploraron métodos diferentes de entrenamiento, técnicas distintas, tácticas nuevas. Trabajaron lo físico y enseñaron a Carolina a dominar sus emociones y su temperamento para que pudiera explotarlo positivamente. Carolina cuenta que ella necesita "retos para moverse, para superar el dolor de cada entrenamiento" porque sabe que eso llevará a "ganar y conquistar el objetivo". El equipo de Fernando le enseñó a sentirse campeona y a vivir como una campeona, a que lo visualizase en todo momento.

Una de las cosas que hicieron para preparar los Juegos de Río de Janeiro de 2016 fue preparar un montaje de fotos con ella en el pódium luciendo la medalla de oro. “Lo pusimos por todos sitios, también en su casa. Cuélgalo en el frigorífico para que cada vez que lo abras lo veas", recuerda Fernando Rivas. "Lo que queríamos es que eso le pareciera normal, que se lo creyera", comenta el entrenador, que no deja de reconocer las cualidades excepcionales de Carolina Marín: "Hay que decir que ella entra mucho en ese juego y que es una superdotada en cuanto se pone a visualizar. Y cuando conecta todas las cosas que le decimos de ella, todo va rodado".

Lesiones y triunfos

El palmarés de Carolina es extraordinario. Es la única mujer que ha ganado tres oros mundiales. En Europa es invencible. Ha logrado 8 títulos europeos y además es la única no asiática que ha conseguido una medalla de oro en unos juegos olímpicos, después de haber sufrido dos graves lesiones. Tampoco ninguna jugadora había logrado volver a su mejor nivel de juego tras semejantes roturas.

Carolina Marín, en una imagen de archivo

Carolina Marín, en una imagen de archivo

El calvario de las lesiones la ha acompañado casi desde el principio, pero los últimos cinco años de su carrera han estado "plagados de obstáculos y dolor", cuenta Carolina. En el año 2019 se rompió el cruzado de la rodilla izquierda. Poco después, en el año 2020 murió su padre como consecuencia de un grave accidente laboral. Y en 2021, a tan solo dos meses de los juegos olímpicos de Tokio, una nueva rotura de rodilla la aparta del sueño de medalla. Otra decepción y nuevo otro objetivo Paris 2024.

Ha habido muchos llantos y muchas lágrimas y malos momentos

“Ha habido muchos llantos y muchas lágrimas y malos momentos. Muchas dudas, muchos miedos, muchas inseguridades. De hecho, para París los entrenamientos que he hecho han sido terribles. Todo mi equipo me ha apoyado. Yo he llegado casi a odiar en forma sarcástica a mi entrenador de todo lo que me estaba exigiendo, de todo lo que me apretaba. Pero en el fondo, en ciertos momentos de esa preparación, sabía que lo hacía por mi bien y era porque queríamos ganar esa medalla de oro. Y esa medalla de oro no cae del cielo cuando tú pones la mano, sino que esa medalla de oro costaba mucho y era mucho más complicada conseguir la medalla de oro en París que en Río de Janeiro", cuenta a Informe Semanal.

La McEnroe del bádminton

La imagen de Carolina llorando en la pista rota de dolor cuando estaba a punto de ganar las semifinales se convertirá casi seguro en una de esas historias de Los Juegos que se recordarán siempre. La McEnroe del bádminton -como la llamaba su madre Toñi porque rompía las raquetas cuando perdía un partido o un tanto- no se arrepiente de nada de lo que ha conseguido en su vida.

Ella, que asegura ser muy impaciente y quererlo todo para ya, dice que con las lesiones ha aprendido a tener paciencia. De su personalidad destaca su resiliencia, su capacidad para superar cualquier obstáculo y su mentalidad ganadora. Carolina no quiere rendirse.

La campeona olímpica de bádminton Carolina Marín

La campeona olímpica de bádminton Carolina Marín, Premio Princesa de Asturias de los Deportes 2024, mantiene un encuentro con alumnado de un programa educativo en torno a su trayectoria. EFE / PACO PAREDES

En Oviedo, donde se celebran los Premios Princesa de Asturias, volverá a sentir el calor de la gente cuando reciba el premio del deporte. El día que le hicimos la entrevista iba a elegir el vestido que llevará en la ceremonia el viernes 25 de octubre. Estaba llena de ilusión por todo lo que le espera en esa ciudad. Quiere disfrutarlo junto a su equipo y parte de su familia.

Ha estado en un agujero negro del que pensaba que le costaría salir y, sin embargo, nos confesó: “Estoy en un momento dulce. Es cierto que por fuera estoy mejor que por dentro. Por dentro todavía tengo mi heridita de París, de la lesión, por no haber conseguido ese objetivo que tanto quería conseguir. Pero la vida me está dando otras cosas muy bonitas”.