El filólogo Cátedra elogia la bibliofilia en tiempos de "crisis de las humanidades" en su discurso de ingreso en la RAE
- Pasa a ocupar la silla A, vacante desde el fallecimiento de Manuel Seco Reymundo en diciembre de 2021
- Cátedra es experto en la historia literaria de la Edad Media y del humanismo y Renacimiento
El filólogo Pedro Cátedra García (Las Gabias, Granada, 1954), elegido para ocupar la silla A de la Real Academia Española (RAE), ha elogiado este domingo en su discurso de ingreso la bibliofilia como "virtud pasional" y la "humanización del libro" en tiempos de "crisis de las humanidades".
Cátedra García, que sustituye en la silla A a Manuel Seco Reymundo, fallecido en diciembre de 2021, ha leído un discurso titulado Biografía de un libro, tras recibir la bienvenida por parte del académico Juan Gil en nombre de la corporación.
Precisamente, a Seco Reymundo ha agradecido su labor al principio del acto, destacando su trabajo tanto dentro de la Academia como formando "tantos otros filólogos de lustre" y se ha mostrado confiado en que se le "pegue algo" de su ciencia. "Sin lugar a dudas, su huella en la historia de la Academia admite bien pocos pariguales, y es tan justo como grato decirlo aquí, con la modestia de quien sabe que a él le está sobradamente negado aportar a esta casa ni una fracción de lo que don Manuel Seco Reymundo aportó. Hago votos, no obstante, para que se me pegue algo de su ciencia y también, por qué no, de su 'conuictus'", ha agradecido.
El Pleno de la Real Academia Española eligió como académico a Cátedra en la sesión del 8 de junio de 2023. Su candidatura fue presentada por los académicos Francisco Rico, Inés Fernández-Ordóñez y Juan Gil.
Discurso centrado en Los doce trabajos de Hércules, de Enrique de Villena
Su discurso se ha centrado en los avatares de una obra singular y misteriosa, pues estuvo desaparecida durante más de cuatro siglos. Se trata de una reedición de Los doce trabajos de Hércules, obra original de Enrique de Villena escrita en 1417, impresa en Valencia por el alemán Cristóbal Cofman el 30 de agosto de 1514 junto al tratado De regimine.
Experto en la historia literaria de la Edad Media y del humanismo y Renacimiento, Cátedra lo considera un texto "imprescindible" desde el punto de vista filológico para el estudio de la renovación de la prosa artística peninsular y del léxico castellano en los dos primeros decenios del siglo XV.
Humanizando a su "criatura", de la que amanuenses, impresores y editores serían "los parteros", Cátedra ha recordado que la obra original se compuso en catalán con el título Els dotze treballs de Hèrcules y que el propio Villena la tradujo al castellano apenas seis meses después. Fue uno de los textos más reencarnados de la literatura hispana del siglo XV, pero desapareció durante 438 años, antes de reaparecer en 1952. Y es que desde 1529 y hasta finales del año siguiente la peste se encarnizó con los habitantes de Valencia y se llevó por delante también a maestros impresores como el propio Cofman.
Según Cátedra, la valoración canónica de Los doce trabajos de Hércules es "muy inferior a su importancia histórico-literaria, lingüística y socio-política". La obra, ha apuntado, "contribuyó a que germinara entre los jóvenes poetas castellanos una lengua y un nuevo tipo de poesía sutil y difícil" y, por otro lado, la sistematización de Villena era relativamente novedosa en la Península Ibérica.
Se trata además de "una buena muestra ibérica del uso de la literatura al servicio de la personal reivindicación social y política" y la versión original catalana fue tan reconocida en el siglo XV como para haber prestado su prólogo a un clásico de la narrativa europea, Tirant lo Blanc.
Citando los diarios de Emilio Renzi, el filólogo ha apelado con humor a la sensación de "metamorfosearse en un libro" como "la más extremosa de las experiencias de bibliofilia fisiológica" y ha justificado la pertinencia de hablar de una obra singular ante "la crisis generalizada sobre el papel y la función de cualquier disciplina humanística".
Licenciado y doctorado en Filología Hispánica con premio extraordinario en la Universidad Autónoma de Barcelona, Cátedra también inició allí sus labores docentes como profesor entre 1976 y 1986.
Es catedrático en la Universidad de Salamanca desde 1987 y ha sido también profesor e investigador invitado en universidades de Europa y América, entre ellas las de Roma-La Sapienza, Parma, Paris-Sorbonne, Paris-Sorbonne Nouvelle, Colonia, Münster, Londres, Oxford, Berkeley, Columbia o Pennsylvania.
Desde 1992 es miembro de la Academia das Ciências de Lisboa; desde 2001, de la British Academy, y, desde 2008, correspondiente de la Real Academia de Buenas Letras de Barcelona.